martes, 9 de septiembre de 2014

NOCHE DE ORACIÓN Y MISTERIO

(Lc 6,12-19)


Nunca sabremos como fue la oración de Jesús aquella noche. Sabemos, eso sí, que después de pasarse la noche orando, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos. Imaginarnos que sería una elección difícil, pues siempre se hace duro elegir a unos y dejar a otros. Y decidió llamar apóstoles a los elegidos.

Suponemos también que Jesús en su oración pediría luz y sabiduría para, en total armonía y sintonía con el Padre, y asistido por el Espíritu Santo, elegir a esos doce apóstoles para encargarlo de fundar su Iglesia. Apóstoles que tuvieron sus dudas y dificultades, e incluso uno les abandono y traicionó a Jesús, pero la Iglesia de Jesús, continuada por Él en el Espíritu Santo ha seguido su camino en la extensión de su Mensaje.

Sin lugar a duda, la gente se agolpaba a su paso y les seguían. Buscaban oírles y ser curados y trataban de tocarle, pues salía de Él una fuerza que los curaba a todos. Y hoy ocurre lo mismo. La gente acude al Señor a través de su Madre y por su intersección, y también  a través de muchos santos que, por la Gracia del Señor, han hechos curaciones y milagros.

Es Medjugorje un lugar donde se están produciendo muchas conversiones por intercesión de la Virgen y también otros santuarios, como Lourdes y Fátima, donde se producen milagros y curaciones. No debemos extrañarnos, pues el mismo Jesús nos invita a pedir por nuestras necesidades y a confiar en ser escuchados y atendidos.

¡Señor, convierte nuestro corazón en un corazón agradecido, generoso y entregado, para que, en pleno contacto contigo por medio de la oración, perseveremos y vivamos según la Voluntad del Padre tal y como Tú nos has enseñado! Amén.

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