lunes, 22 de septiembre de 2014

SI PIERDES LA LUZ TE HUNDES EN LAS TINIEBLAS

(Lc 8,16-18)

Siempre me ha interpelado esta frase evangélica: «porque al que tenga, se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará». Y siempre me he esforzado en entenderla. Hoy creo, en el Espíritu Santo, dar un paso más claro en su entendimiento. Supongo, creo que es evidente, que aquellos que viven en la Luz atraen la Luz y todo a su derredor brilla y goza de luz. 

Es lógico que todo el que vive en la Verdad sea transparente y deja pasar la luz de la verdad a través de su vida contagiando, transmitiendo y alumbrando con la Luz de la Verdad. Cumple ese refrán que solemos decir: "El dinero atrae al dinero". En términos evangélicos diríamos: "La Gracia de la verdadera Luz atrae a la Luz". Y es que en la medida que vivamos en la Verdad, nuestra luz será más brillante y alumbrará a todos los que se acerquen a ella.

Por el contrario, quienes vivan en la oscuridad caminaran cada vez más en las tinieblas y sus vidas, opacas y a oscuras andarán perdidas y atormentadas en el sin sentido, vacío y pecado. Terminarán perdiendo incluso lo poco que creían tener. Y es que es evidente y lógico. También resumimos esa realidad con una frase refrán: "Quién mal anda, mal acaba".

Pidamos luz en nuestra vida para que seamos lámpara que alumbre, y no sombra que oscurezca el camino de la Verdad. Amén.

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