martes, 31 de marzo de 2015

¡QUÉ OCURRE EN NUESTRO INTERIOR?

(Jn 13,21-33.36-38)


Conocemos lo que pasó según la Escritura. Y lo hemos leído y oído muchas veces, sobre todo si celebramos la liturgia de la Semana Santa. Pero lo importante no es eso, sino lo que pueda ocurrir en nuestro interior. Surgen varias preguntas, que cada año nos pueden ayudar, de darle respuesta bien intencionada, a dar un paso más en nuestra propia conversión.

No es el pecado lo más importante, ni el que tiene la última palabra en mi vida. Recordamos que Pedro pecó después de afirmar que no abandonaría al Señor. Igual nos ocurre a nosotros, le abandonamos después de prometerle fidelidad en confesión. Pero, tenemos dos caminos que nos señalan, a) uno Judas, y otro, b) Pedro. 

El primero, a) no es bueno, porque es de perdición; el segundo b) es de perdón y esperanza de Misericordia, porque nuestro Padre Dios nos quiere y en Jesús nos perdona. Ya nos lo enseñó Jesús cuando nos habló del hijo prodigo para decirnos cuanto nos quiere nuestro Padre.

Jesús se prepara para su Pasión. Está dispuesto por su propia Voluntad a hacer la Voluntad del Padre. Y todo para perdonarnos nuestros pecados, siempre que estemos arrepentido, no por cuantas caídas tengamos, sino por nuestra actitud contrita y dolorosa, como Pedro, de sabernos pecadores y derramar lágrimas de dolor y arrepentimiento. 

Quizás sea esa la actitud que tengamos que descubrir y vivenciar en nuestra vida, la contrición y el dolor de ofender al Señor, pero, sobre todo, la esperanza de que el Señor no ha venido a juzgarnos y condenar, sino a perdonarnos y salvarnos. Y esa debe ser nuestra actitud, la de estar dispuesto a aceptarla, a recibirlo y a creer en Él.

Miremos a Pedro que, siendo un pobre pecador, su actitud de arrepentimiento, confiado en la Misericordia de Señor, le devolvió la paz y la alegría de sentirse verdadero hijo de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.