miércoles, 15 de julio de 2015

DAME, SEÑOR, LA CAPACIDAD DE ASOMBRO

(Mt 11,25-27)


Sí, quiero seguir asombrándome y maravillándome de tantas cosas. Sí, Dios mío, quiero seguir en cierto modo ignorar el complejo mundo científico y técnico, y dejarme maravillar por lo sencillo, pobre y natural misterios que encierra la vida.

Sí, Padre del Cielo, quiero seguir enamorado, maravillado y asombrado del mundo en el que vivo; quiero tener la capacidad de amar la sencilla y limpia naturaleza y, como Francisco de Asís, hermanarme con ella. Quiero vivir en la sabiduría de los hijos de Dios y ser capaz de aceptar humildemente todo lo que Tú, Señor de la vida y la muerte, quieres revelarnos.

Y es que ocurre que, sin saber cómo y por qué, nos complicamos la existencia y queremos entenderte y explicarte. Y muchos se atribuyen la sabiduría de darte a conocer e imponerte a los demás. Hay muchos sabios dentro y fuera de tu Iglesia. Muchos que interpretan tus leyes y hacen doctrinas. Muchos que juzgan la mota del ojo ajeno, pero no ven la viga del suyo. Muchos que descubren la ignorancia del otro, y ocultan su propia ignorancia. Muchos pecadores que se sienten sanos y limpios.

Y yo, Señor, posiblemente soy uno más. Por eso, hoy quiero descubrirme y ponerme delante de Ti tal y como soy, y postrado a tus pies esperar suplicándote que me perdones y hagas sencillo. Así ha salido mi reflexión de hoy, más como oración y suplica, que como reflexión de tu Palabra. Pero así, como la ha sentido mi corazón quiero presentártela. 

Gracias, Señor, porque en tu Hijo nos has dado la oportunidad de descubrirte y de imitarte. Porque en Él aprendemos a ser sencillos, cercanos, humildes, dialogantes, compasivos, misericordiosos, bondadosos, disponibles y dispuestos a amar. Gracias Señor porque, porque en Ti quiero encontrar el camino de transformar mi corazón suficiente en un corazón sencillo capaz de despertar y admirarse por las maravillas que Tú has creados.

Gracias porque rechazas la suficiencia y prepotencia de los ensoberbecidos y orgullosos que aspiran a dominar e imponer sus intereses e ideologías en este mundo, y pierden la sabiduría de darse cuenta sólo en Ti está el gozo y la eternidad de la Vida. Amén.

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