miércoles, 17 de febrero de 2016

FUNDAMENTO Y PILAR DE NUESTRA FE: "LA RESURRECCIÓN"

(Lc 11,29-32)


Si Jesús no hubiera resucitado, tampoco yo estuviese escribiendo estas humildes líneas en este blog. El fundamento de mi fe se apoya en la Resurrección de Jesús. Sin ella mis esperanzas no tendrían sentido, y el mundo, en el que vivo, sería mi objetivo principal.

Eso implicaría afanarme por triunfar, tener éxito y beneficios económicos; eso significaría poner mis intereses y egoísmos en el primer plano de mi vida, y después todo lo demás, incluso el hombre. Sería lo lógico, porque la vida del y en el mundo es nuestro tesoro.

Pero, afortunadamente, no es así. Y digo afortunadamente, porque de la otra forma nuestra esperanza no tiene sentido y nuestra pobreza es manifiesta. Vivir, aunque seas feliz, no tiene sentido cuando nos espera la muerte. El deseo de eternidad está escrito dentro del corazón del hombre. Y ese deseo descansa apoyado en la Resurrección de Jesús.

Ese es el Signo que se nos ha dado. Y no hay otro. Un Signo de Verdad y de Vida Eterna. En, con  y por la Resurrección nuestra esperanza renace. En ella encontramos el sentido y las razones para nuestra conversión, y el fundamento para sostenernos en el Camino, la Verdad y la Vida que nos muestra nuestro Señor Jesús.

No pidamos otros signos, pruebas o milagros, porque nos basta con el testimonio y la Palabra del Señor. Jesús ha, como Jonás vomitado del vientre de la ballena, Resucitado al tercer día, y es Signo visible para todos aquellos que, movidos por su testimonio y amor, se abren a la conversión.

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