sábado, 30 de abril de 2016

EN UN MUNDO LLENO DE ODIO



Nacemos en un mundo en conflicto, lleno de odio y venganza. Un mundo que vive en la oscuridad y que odia la luz, porque se esconde en la mentira difrazado de verdad. Jesús fue odiado por muchos porque vivía en la Verdad. Él, precisamente, es la Verdad.

Y hoy nos dice Jesús: «Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. 

La cuestión está que los criterios de Jesús no coinciden con los del mundo. Mientras el mundo mide por la eficacia, el éxito, el valor y beneficios, Jesús lo da todo gratuitamente y sin condiciones. Incluso, se da el mismo hasta el extremo de entregar su propia vida. Y todo simplemente por amor.

Por eso, los que, creyendo en Él, le seguimos experimentamos el mismo rechazo y odio de los demás, pues ya nos lo advirtió cuando nos dijo: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.

Y a lo largo de nuestra vida experimentaremos ese odio del mundo, tal y como sucedió con Jesús. Seguir a Jesús es ir contra corriente, porque el mundo golpea la Palabra de Dios amándose a sí mismo y despreciando al hombre como criatura de Dios, y sembrando odio y venganza que origina guerras y muertes.

Y es que cuando el hombre se cierra a sí mismo y se aleja de Dios, su vida vive en la oscuridad, y en ella habita el pecado. El pecado que fabrica la envidia, la soberbia, el orgullo y egoísmo que dan lugar al odio y la venganza. Pedimos perseverar en el Señor y fortalecernos en su Palabra, para que podamos resguardarnos y vencer los peligros y amenazas que el mundo nos tiende.

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