sábado, 27 de agosto de 2016

¿DÓNDE ESTÁN TUS TALENTOS?


Es indudable que has recibido tus talentos. Dios, nuestro Padre no deja a ninguno desprovisto de ello. Incluso aquellos que no sirven para nada, que necesitan de otros para vivir y sostenerse, están para que, tú y yo, les hagamos participe de nuestros talentos. Igual nos sobran y son para ellos. De ahí la importancia de no enterrarlos, pues quedarían otros privados de sus utilidades.

Todos tenemos una misión que cumplir, y para ello hemos recibido unos talentos. Ahora, tendremos que descubrir cuáles y cuántos son, porque se trata de darlos y ponerlos en juego todos. No debemos guardar ninguno como medida de precaución, sino darlos en servicio todos. Esa es la exigencia y la misión que el Padre nos ha dado. No tengamos miedo, porque tampoco vamos a estar solos. El Espíritu Santo se ha quedado para eso, para auxiliarnos y fortalecernos en nuestro obrar.

Quedarnos quieto o utilizarlos para nuestro provecho y egoísmo es enterrarlos. Porque la finalidad de dárnoslo es para ponerlo en función de los demás y sacarlos a la luz. Se trata de derramar en el mundo todo lo que Dios ha puesto en nuestras humildes manos, para que el mundo sea mejor según y como quiere el Señor. Él ha venido a establecer su Reino, y lo hace en la medida que tus talentos, los que has recibido de sus Manos generosas, los pongas al servicio de los demás. 

Y eso incluye, no sólo a tus amigos, sino a aquellos que se siente lejanos, indiferentes a la Palabra porque no la conocen o no experimentan deseos de conocerla. Tus talentos están para trabajar ahí y derramar tu esfuerzo en terreno baldío, pero esperanzado en que surja la flor de la semilla que muere.

Sabemos, por medio del Evangelio de hoy, las consecuencias de nuestra apatía, de nuestro desinterés e indiferencia. Tienes talentos. Puede ser que sea uno sólo, o dos, o más. Pero Dios no te ha puesto aquí porque sobras, sino porque espera de ti unos frutos según tus talentos. No perdamos el tiempo y tratemos de descubrirlos y desenterrarlos si así estaban, y ponerlo a rentabilizar, aunque sea en el Banco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.