martes, 9 de agosto de 2016

EN PERENNAL VIGILANCIA

Mt 25, 1-13

No te puedes despitar ni un segundo, ni siquiera un instante, porque todo tiempo cuenta. Así como en una milesima de segundo puedes alcanzar el arrepentimiento y dolor de contricción, así tambié puede ocurrir lo contario. Por lo tanto, vigila, mantente despierto, atento, en aviso constante y en perennal vigilancia.

Porque nuestra vida está en peligro mientras hacemos el camino. Hay lobos, malos intencionados que viven en la oscuridad del pecado y rechazan la Luz. Y pueden contagiarte. Lleva siempre en la mochila de tu corazón el arma invencible, la oración, y no dejes nunca de usarla. Porque con ella estás en constante hilo espiritual e injertado en el Espíritu Santo, que nos ilumina, nos defiende, nos protege, nos hace fuertes y nos da su Gracia para salir victorioso de toda lucha y amenaza.

Y estar atento no es simplemente estar despierto, sino vigilante y atento a que nada nos falte, nos retrase, nos dificulte el camino. Es sostenerte en la Vida de la Gracia y estar preparado para cuando el Esposo llegue. Es vivir en el esfuerzo de cada día de ser mejor. Descubres entonces que al amanecer de cada día empieza un reto nuevo, una vida nueva. El horizonte es cada día, el presente donde tenemos que vivir en constante alerta. Y donde tenemos que celebrar el perdón. ¿Acaso no es alucinante y emocionante el reto del esfuerzo del perdón cada día? ¿Hay alguna aventura mejor y más emocionante?

Porque perdonar es vencerte a ti mismo; porque perdonar es escalar tu máxima aspiración; porque perdonar es dar muerte al hombre viejo que llevas dentro dentro de ti. Porque perdonar es superar y alcanzar la cima máxima a la que un hombre pueda escalar. Y tanto es así que, tú sólo nunca lo podras lograr. No necesitas herramientas avanzadas y modernas. Sólo necesitas una. Una que ha existido siempre, desde el principio: el Amor.

Sólo con Dios e injertado en su Espíritu Santo podremos sostener las lámparas de nuestras vidas encendidas perennemente hasta la venida del Esposo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.