lunes, 15 de agosto de 2016

TÚ TAMBIÉN ESTÁS LLAMADO AL CIELO



La Asunción de María a los Cielos marca un tiempo de esperanza y de resurrección. Ella, elegida Madre del Mesías prometido, ha sabido en todo momento responder a la Voluntad del Padre disponiéndose y entregada a cumplir lo indicado. Ella, en comunión con el Espíritu Santo, ha seguido las indicaciones, junto a José, el esposo elegido como padre adoptivo de Jesús, que el Espíritu les iba marcando.

Ellos, con el Niño, han huido a Egipto; ellos, respetando todos los tiempos del crecimiento de Jesús, guardaban todas esas cosas que les sucedían en sus corazones. También, tú y yo, como María, hemos sido elegidos para una misión: También, tú y yo, tenemos un camino que recorrer  y una misión, de acuerdo con la Voluntad de Dios, que cumplir. También, tú y yo, no entendemos muchos momentos de nuestra vida y se nos nubla el horizonte de nuestro camino. ¿Qué hacer?

Quizás, Jesús, se esconda para dejarnos en el camino con su Madre. Ella sabe guardarlo, sostenerlo y recorrerlo. Ella sabe de la presencia constante de su Hijo y de cómo pedirle que nos sostenga en su fe. Ella nos enseña a vivir en silencio, a ser dócil y a escuchar la voz del Espíritu que nos guia. Ella es reducto de pecadores y desamparados perdidos en el camino de la vida y desorientados sin saber a dónde acudir. Ella es la Madre. La Madre ascendida al Cielo que espera a sus hijos. A todos esos hijos, que su verdadero Hijo, les dio desde la Cruz en los últimos instantes de su vida.

Pidamos, por intercesión de la Virgen, Madre de Dios, que desde el Cielo, ruegue por nosotros para que, como Ella, sepamos encontrar el verdadero camino para llegar, injertados en su Hijo, Jesús, al Cielo junto a Ella.

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