martes, 31 de enero de 2017

ES CUESTIÓN DE FE

(Mc 5,21-43)
¿Tú crees que también tocando al Señor puedes curarte? ¿Piensas que Él ya no está aquí para que le puedas tocar? Te equivocas, pues está más cerca que antes, y disponible en cualquier momento, a tu horario y tus posibilidades. No tienes que ir detrás de Él como aquella mujer. Lo tienes en el Sagrario. Allí te espera, y allí puedes tocarlo con tu corazón, cara a cara. Habla y cuéntale todos tus problemas.

Te escucha y te siente cercano, como ocurrió con aquella mujer con flujos de sangre. Y sólo te pide fe. Fe a ti y a mí. Nos pide que creamos en Él. Él todo lo puede y, ante el asombre de los que están presente, aquella mujer se cura de su flujo de sangre, y la hija de Jairo, uno de los jefes de la sinagoga, a pesar de que ha recibido la noticia de que su hija ha muerto, Jesús, que ha oído esa noticia, le calma y le dice que no temas, solamente ten fe.

Esas palabras no son sólo para Jairo, sino también para ti y para mí. "No temas, solamente ten fe". Eso es lo que nos pide el Señor. Tener fe en Él. Porque, Él nos salva y nos perdona todas nuestras faltas; porque Él está entre nosotros para darnos su Misericordia y para fortalecernos. En Él podemos hacer maravillas y hasta curaciones, pero sólo para su Gloria. Por eso, conviene mantenerse en el anonimato y no pregonarlo, porque la fe necesita abandono y confianza en aquel en que se cree. Se nos ha dado libertad y la libertad exige compromiso. Amar es un compromiso, porque amar cuando todo es hermoso y bueno es de sentido común, pero cuando la vida se complica y hay problemas, amar es sinónimo de fe. Hay que fiarse y apostar.

Así nos quiere Jesús, entregado y confiados a su Amor. Él nos ama con un Amor comprometido y perseverante. No nos abandona ni en los momentos que nosotros le rechazamos. La lección de su Amor es clara y transparente. Ha dado su Vida por nosotros. Creamos en Él y veremos maravillas en nuestra vida. Jesús, el Señor, no nos miente y cumple siempre su Palabra. Tengamos fe y paciencia, porque sus planes no son nuestros planes.

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