jueves, 26 de enero de 2017

¿SOMBRA O LUZ?

 (Mc 4,21-25)
La cuestión es que podemos dar luz, pero también hacer sombra. En la sombra reina la oscuridad, la penumbra y la confusión. También es lugar de reposo, de descanso o de aletargamiento y pasividad. Es quietud y rutina que nos hace ver siempre lo mismo. Es espacio donde bajamos los brazos y nos sometemos al sueño y descanso y nos rendimos a la decepción. 

Pero también podemos, y para eso estamos llamados, dar luz. Esa luz que recibimos en el Bautismo y que desprende claridad, luminosidad, brillo, resplandor. Y nos mueve a la acción, al camino, a la actividad, al trabajo y a los frutos. Es la luz que no muere, pues está siempre activa. Porque la otra clase de luz no garantiza el tiempo. Es una luz que se gasta, se va oscureciendo con el camino de la vida, y termina por apagarse. Una luz así no interesa ni atrae.

Pero, ocurre, que esa luz es aparente y engaña. Tiene una luminosidad atractiva, de colores y seductora, que puede aparentar gozo, alegría y felicidad, pero luego se vuelve cansina, oscura, sombría y muere dejándonos en la oscuridad y en el vacío. No queremos una luz así, porque no nos sirve. Nos gusta una luz alegre, pura, clara, transparente y de verdad. Una Luz brillante, incandescente y que nos mantenga siempre en la claridad para operar bajo la luz y sin engaños.

Queremos ser luz que camine y alumbre el camino. Luz que contagie y que alegre; luz que sirva para ver y alumbrar los caminos de nuestra vida y nos lleve a la verdadera felicidad que buscamos. Esa es la luz que nos interesa y que queremos ser. Y esa es la luz que queremos dar y transmitir. Una luz de gozo y de felicidad que nos llama a vivir gozosamente y en plenitud. 

Una luz que hemos recibido ya en nuestro Bautismo y que queremos conservar y acrecentar para, no sólo alumbrarnos nosotros sino alumbrar a todos aquellos que nos acompañen. Un luz que nos ayudará a medir con una medida de bondad, de generosidad y de verdadero amor, para que también nosotros seamos medido de la misma forma.

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