jueves, 4 de mayo de 2017

CREER PARA TENER VIDA ETERNA

(Jn 6,44-51)
Sólo hay que creer para tener vida eterna. Pero esa fe compromete y exige un criterio y estilo de vida. No se trata de creer según te parezca e inventes. ¡No!, la fe no es una ideología ni un código, que tú mismo te puedes inventar u organizar según tus intereses. La fe es un encuentro y experiencia con Jesús, que te habla del Padre y te lleva a Él.

No puedes abarcar ni comprender el misterio de Dios. Por eso, Dios te lleva al Hijo, para que en el Hijo y a través de Él alcances la fe en el Padre. Sólo el Hijo, que ha venido de Dios, conoce al Padre. Y nos puede indicar el camino para llegar a Él. Él es el Pan de Vida que baja del Cielo, para que quien lo coma no muera.

Más claro imposible decirlo: «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: serán todos enseñados por Dios». Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna.

Ese es lo fundamental, "la fe". Necesitamos tener fe y eso sólo lo podemos conseguir poniéndonos en Manos de Dios y pidiéndosela. Y acercándonos a los Sacramentos. De forma muy especial a la Penitencia y a la Eucaristía. Sí, Señor, creemos en tu Palabra y confiamos que nos aumente nuestra fe. En eso confiamos y continuamos la marcha tras los pasos de tu Hijo Jesús, el enviado, el que te conoce y el que es el Pan bajado del Cielo.

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