miércoles, 21 de junio de 2017

EL POR QUÉ DE NUESTRO ACTUAR

(Mt 6,1-6.16-18)

Sería bueno hacer una reflexión sobre nuestras actuaciones y sobre el motivo que las conduce y dirige. Porque, de tratarse de actuar para ser visto y llamar la atención, o, hacerlo desinteresadamente y sólo por servir por amor va una gran diferencia. Y es esa diferencia la que descubre la medida y el grado de nuestra fe.

El Evangelio de hoy nos habla de eso, y nos revela que de hacerlo, como en el primer caso arriba citado, la recompensa ya queda recibida. Tu éxito aquí abajo ya te compensa de alguna manera, así que, se supone por lógica y sentido común, que no debes esperar más. Esto queda muy bien explicado en las Palabras de Jesús: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».

No busquemos, en definitiva, ser honrado por los hombres sino por Dios. Y Dios ve lo que haces y lo que se esconde dentro de tu corazón. Experimentamos nuestra pobreza cuando sentimos querer compartir nuestras buenas obras y proclamar a los cuatro viento lo bueno que somos. Necesitamos la acción del Espíritu Santo en nosotros para abajarnos y ser humildes. Darnos cuenta que toda sabiduría nos viene de Dios y que nosotros sólo somos sus instrumentos para ejecutarlas.

Lo mismo ocurre con respecto a la oración y al ayuno. No se trata de lucirnos ni de que vean que somos buenos cumplidores, sin que, simplemente, estamos dispuestos, a pesar de nuestra pobreza, limitaciones y pecados, a amar y a darnos gratuitamente por ayudar a los demás. Sobre todo a los enemigos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.