miércoles, 13 de septiembre de 2017

LA POBREZA: LA PUERTA PARA EL CIELO

Lc 6,20-26
Todo empieza por ser pobre. Esa es la puerta para que todo lo demás se pueda asumir y vivir. Porque, quien es pobre, será capaz de buscar el Reino de Dios para mitigar su pobreza y alcanzar la felicidad; será capaz de darse cuenta de qué cosas hay que tener hambre y sed, pues las que ofrece el mundo, en apariencias parecen que nos dan la felicidad, pero pronto vemos y experimentamos que desaparecen dejando un vacío difícil de llenar.

Pronto, observamos que sólo la Palabra de Dios llena plenamente nuestra alma, y nos inunda de paz y serenidad. Serenidad de donde brota el gozo y la felicidad. Pronto experimentamos que, la felicidad, no se esconde en el poder ni en las riquezas, sino en la verdad y la justicia. Es el amor lo que te reboza de gozo y felicidad. Lo experimentas en tus propios hijos, sobre todo cuando son pequeños y dependen totalmente de ti.

Cuando te haces pobres descubres el sufrimiento de los otros, y tu corazón se encoge y se compadece. Experimentas ese sufrimiento, que te preocupas y compartes, y tratas de mitigar y aliviar en la medida de tus posibilidades. Aparecen las lágrimas en tus mejillas y lloras el sufrimiento del mundo. Al experimentarte pobre descubres que la verdad duele y que llevándola en tu vida te hará sufrir y recibir insultos y desprecios. Y, te darás cuenta, que la mayor riqueza es Dios, porque Él permanece y da la vida por cada uno de los hombres, mientras todo lo demás desaparece.

Por eso, Señor, quiero despojarme de todas mis riquezas, tanto las materiales como las inmateriales. Quiero ser libre para amar. Amar como Tú, Señor, me amas a mí y a todos los hombres. Quiero ser pobre, despojado de toda ambición, de todo poder, de toda riqueza que limite mi ofrecimiento y mi renuncia a darme, a entregarme y ofrecerme por compartir mi vida con aquellos que la necesitan y se abren a tu Palabra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.