domingo, 17 de septiembre de 2017

TU SALVACIÓN PASA POR EL PERDÓN

Mt 18,21-35
El tema del perdón es el termómetro de la fe del cristiano, porque si no perdonas, tu fe está débil. Puede ocurrir que en muchos momentos te cueste perdonar. No es fácil, pero el objetivo es lograrlo. Y hacerlo de corazón. Necesitamos perdonar e insistir en el perdón, porque es el único camino para poder abrir la puerta de entrada al Cielo.

«‘Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?’. Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano».

Esa es la respuesta que nos espera de parte del Señor si gastamos nuestras vidas sin perdón. El perdón es vital y, a pesar de nuestros egoísmos y soberbias, necesitamos perdonar. Para eso contamos con la Gracia del Señor y el acompañamiento y poder del Espíritu Santo. En Él encontraremos las fuerzas para superar todos esos obstáculos que nos impiden llenarnos de humildad, de paciencia y perdón.

Una idea que nos ayuda mucho es experimentar el perdón que recibimos cada día de parte del Señor. Nos quiere y nos perdona, a pesar de nuestras indiferencias; a pesar de nuestros rechazos; a pesar de nuestras rebeldías y desobediencias. Sabernos perdonados nos ayuda a también nosotros perdonar. 

Pensar que no podemos presentarnos delante de Él sin haber nosotros perdonados a los que nos han ofendido. ¿Cómo y con qué cara podemos pedirle perdón a nuestro Padre si nosotros no perdonamos a nuestros semejantes?

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