domingo, 8 de octubre de 2017

DESCUBRIR NUESTRA VIÑA

Mt 21, 33-43
Descubrimos el amor de nuestros padres en todos sus desvelos y esfuerzos por darnos lo mejor para nuestra vida. Toda su herencia la ponen a nuestros pies, y es, cuando descubrimos esa donación, donde tomamos conciencia del cuanto nos quieren. De la misma manera no sucede con Dios. No descubrimos su Amor sino cuando tomamos conciencia de lo que somos y hemos recibido.

Dios nos ama y nos ha creado. Nos ha dado vida y regalado todos los atributos y cualidades de los que disfrutamos, y una viña donde obtener todos los frutos y necesidades para nuestra vida. Y quiere lo mejor para cada uno de nosotros. Por lo tanto, nos da unos mandatos para que no nos perdamos y podamos estropear todo lo recibido. Nos quiere, y querer significa buscar nuestra felicidad y nuestro bien, y eso exige, a veces, sacrificios y renuncias. Por eso, hay cosas que nos están prohibidas, porque nos hacen mal y nos pierden.

Pero, pronto nos olvidamos de los mandatos de nuestro Padre, y emprendemos nuestra vida según nuestras apetencias y gustos. Nacen nuestras ambiciones y egoísmo y les  damos canchas y libertad. Mejor, libertinaje, porque vivir irresponsablemente y ambicionando egoístamente pasiones, riquezas y poder no nos llevan a buen sitio. Es más, limitan nuestras libertades y nos someten a dependencias que amenazan con nuestra felicidad y nuestra vida.

Mejor ponernos en Manos de nuestro Padre y hacerle caso. Vivir en su Voluntad nos hará mejor; nos hará crecer, sentirnos bien y ser felices. Y, según su promesa, para siempre. Por lo tanto, no ambicionemos lo que hemos recibido para nuestro propio egoísmo, sino estemos abierto a compartirlo con los demás. Esos son los frutos que el Padre quiere que produzcamos. Frutos de amor y de generosidad.

Cultivemos, por la Gracia de Dios, todo lo que el Padre ha puesto en nuestras manos y, injertados en Él, pongamos todo el esfuerzo en hacer su Voluntad. Y esa no es otra que la de amar como El nos ama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.