martes, 28 de noviembre de 2017

SEÑALES QUE NOS AVISARÁN

Lc 21,5-11
El Evangelio de hoy nos advierte de que llegarán señales que nos avisarán del final de este mundo. Nos habla de guerras, muertes, hambre, violencia, terremotos, enfrentamientos... etc. Así dice el Evangelio: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Estad alerta, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato». Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo».

No sé qué decir, pero si miramos a nuestro derredor observamos algo parecido a eso. Hay muchas voces que se erigen en la voz del Señor; muchas doctrinas que critican a la Iglesia y se ponen ellas en su lugar; terremotos y tempestades; inundaciones, muertes, enfermedades...etc. Y eso debe indicarnos que no estamos cerca, porque -es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato-. Se levantarán...

De cualquier forma, el Señor nos pone en guardia y nos alerta. Ya hemos reflexionados, días atrás, que la vigilancia debe ser extrema y perseverante. No podemos quedarnos al margen ni indiferentes porque nos pueden sorprender esas señales. Tenemos una vida y un recorrido y debemos aprovecharlo, porque el tiempo se consume y llega el final. 

Cada día es una nueva oportunidad para levantarnos y esforzarnos en darnos y entregarnos, injertados en el Señor, a la tarea de vivir conscientes de su presencia y de nuestro compromiso de Bautismo. Cada día es un tesoro que nos da la oportunidad de dar brillo a nuestro corazón y de acrisolarlo en el fuego del amor a semejanza del Xto. Jesús.

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