domingo, 7 de enero de 2018

PRESENTACIÓN DE JESÚS EN SOCIEDAD

Mc 1,7-11
Empieza su vida pública y Jesús se hace bautizar para que sea ese momento, el elegido por su Padre, para manifestar su divinidad y presentarle como el Hijo predilecto «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco»

El Espíritu Santo descendió sobre Él. Eso tiene una vital importancia, porque, es ese mismo Espíritu Santo quien desciende sobre nosotros en el momento de nuestro Bautismo. Y también se repiten esas mismas Palabras del Padre: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco» Porque, el Hijo ha sido enviado por el Padre para manifestarnos todo el Amor que nos tiene el Padre, y su decidida intención de salvarnos. Para eso ha enviado a su Hijo, para entregar su Vida por nuestro rescate y liberación de la esclavitud del pecado. ¿Cómo no nos va a querer el Padre? Su Amor lo ha dejado muy claro.

Por lo tanto, Jesús continúa manifestándose cada día a cada uno de nosotros. Lo hace a través de la Iglesia, en la oración, en nuestro Bautismo, en la Eucaristía y en cada momento que nos reunamos en su nombre. Nos corresponde ahora a nosotros responder e interpelarnos respecto a su presencia. ¿Vivo una vida de relación con Él? ¿Escucho, me relaciono y me esfuerzo en vivir su Palabra en todo los momentos de mi vida? ¿Y estoy dispuesto a hacer todo lo que Él mande?

Porque, el Padre nos presenta a su Hijo para que le sigamos y hagamos lo que Él nos dice. Y para eso recibimos nosotros el Espíritu Santo en nuestro Bautismo, para que tengamos el auxilio y la asistencia necesaria para cumplir con la Voluntad del Padre, que no es otra sino la buena relación de un Padre con un hijo. Dios, nuestro Padre, nos quiere, y como el mejor de los padres quiere lo mejor para sus hijos, y eso pasa por liberarnos de la esclavitud del pecado y darnos la plenitud gozosa de vivir en el amor eterno.

Seamos conscientes y, en el Espíritu Santo, respondamos a la complacencia que Dios tiene para cada uno de nosotros. No perdamos esta hermosa y definitiva oportunidad de ser felices para siempre.

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