Mc 5,1-20 |
Y tú eres hijo de Dios. Quizás tu vida esté también desorganizada, en peligro y mal orientada. Quizás estés sufriendo y sintiéndote mal. Mira al Señor, Él viene a buscarte para salvarte. No como tú y yo nos lo imaginamos o nos gustaría, sino como realmente Él quiere salvarnos. No para un tiempo ni una etapa, sino para toda la vida, está, que necesita construir y experimentar durante un camino y tiempo, para llegar a la otra, la plena, donde viviremos con Él y con el Padre para toda la Eternidad.
Por eso, te invito a reflexionar y a sentirnos agradecidos con todo lo que tenemos en la actualidad, en este tiempo presente. Podemos estar mejor o peor, pero de una u otra forma estamos salvado. Dios nos quiere y ha enviado a su Hijo para salvarnos y liberarnos del pecado que nos somete, nos atormenta y nos hace infeliz. Despierta y abandónate en Manos del Señor, Él te librará de las garras del demonio, que te azota y te enfurece y te lleva a tu propia destrucción.
Pero, no perdamos de vista la actitud de los porqueros que anteponen el valor material que representa la pérdida de los cerdos a el valor humano de aquel endemoniado. Lo material ante que lo humano; los intereses económicos antes que la vida de las personas. Posiblemente eso sigue vigente en nuestra sociedad de hoy, se anteponen los intereses económicos a los intereses y derechos de las personas. Se impone el aborto ante el derecho a la vida.
No es una historia lejana sino una realidad. El hombre sigue dándole más valor a lo material que a lo espiritual. El hombre se preocupa más por el valor de sus bienes que por los valores espirituales. Descuida los derechos de las personas dándole prioridad a los derechos e intereses materiales. Eso debe hacernos e invitarnos a reflexionar.
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