jueves, 19 de abril de 2018

LA PALABRA DE DIOS



Resultado de imagen de Jn 6,44-51, por Fano
Jn 6,44-51
Dios ha trazado un plan de salvación que empieza con Abrahán. Ha elegido un pueblo como signo y señal para todos los pueblos. Y se ha proclamado el Dios de ese pueblo al que le ha mandado adoración y amor. Así lo dice Jesús en -Mt 4, 10-. Pero, Jesús, el Hijo de Dios hecho Hombre, no tiene crédito en la tierra. Es considerado un hombre más, hijo del carpintero y de la joven María. Éste no ha venido del cielo. ¿Cómo podemos creerle?

Quizás son las mismas preguntas que tú también te haces hoy. ¿Es verdad todo esto de las Escrituras? ¿En realidad Jesús es Dios y ha Resucitado? No debemos tener miedo hacérnosla si duermen y se agitan dentro de nosotros. Lo importante es rumiarlas y sacarlas afuera, porque el Espíritu Santo nos lo irá aclarando. No es bueno esconderla, porque eso es enterrarlas y dejarlas dormir. Mientras vives según tus ideas y criterios y dejas los de Jesús aparcados dentro de tu corazón.

Se hace necesario y conveniente sacarlos afuera y mirarlos. Dios no te engaña. Sólo tratará de que veas y para eso necesitas mirarle. Mírale y no tengas miedo. Ha venido para salvarte, para darte vida. ¿Cómo te va a hacer daño? Lo que hará es abrirte esos ojos tercos, cerrados y soberbios, y darte la luz necesaria para que empieces a ver. No tengas miedo, mírale y escúchale. Él te habla y te dice: «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».

Mira lo que te dice y guárdalo en tu corazón Abre tu corazón a Dios que te enseña lo que quiere de ti con su Palabra. Medita seriamente lo que te promete y, escuchado el Padre, busca a Jesús, el Hijo enviado. Jesús es el Rostro del Padre, a quien nadie ha visto, sino sólo Él, porque ha venido del Padre. No hay nada que temer, Jesús es el Pan de la Vida, de esa Vida que todos buscamos y deseamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.