lunes, 23 de abril de 2018

MRIA A TU ALREDEDOR Y OBSERVA LO QUE HAY Y ENCUENTRAS

Resultado de imagen de Jn 10,1-10, por Fano
Jn 10,1-10
Despierta y abre los ojos, porque lo que está delante de ti te descubre el único y verdadero camino. La amistad que encuentras en este mundo es una amistad condicionada por el dinero, los favores, la conveniencia, el disfrute, la pasión y el servicio egoísta. 

Nada te satisface plenamente, aunque tú quieras presentarlo de otra manera disimulando en apariencia. El tiempo te lo va descubriendo y la felicidad, adulterada y limitada te deja siempre insatisfecho y esclavizado. Y, casi sin darte cuenta, te obligas instintivamente a mentir, a vivir distorsionando tu propia realidad y la del mundo donde vives. ¿A dónde vas? Esa es la pregunta que te haces y que late dentro de tu corazón. ¿Quién te guía y por quién te dejas guiar?

¿Te encuentras bien, o estás mintiendo? Eres capaz de mirarte hacia ti mismo hasta lo más profundo de tu corazón? ¿Y qué encuentras? ¿Te encuentras con fuerza para entenderte, verte y compartirlo? ¿O tienes miedo? ¿De qué pastor te dejas llevar? ¿O piensas que eres libre? ¿Quién te maneja? ¿Eres capaz de descubrir los vicios que te dirigen? ¿Puedes tú mandar sobre ellos, o no descubre que son ellos los que planifican tu vida día a día?

Tras todas estas preguntas  ¿ descubren la necesidad que tienes de un buen Pastor? ¿Y realmente lo encuentras en este mundo? ¿O sigues, erre que erre, que no te hace falta? ¿Crees que alguien puede dar la vida por ti? ¿Así te lo demuestran y lo experimentas de tus amigos? Sigue preguntándote, porque, quieras o no terminarás en un redil, y allí necesitarás los cuidados de un Pastor. Y no de un Pastor cualquiera, sino de único y buen Pastor que pueda salvarte y darte esa vida llena de buenos pastos eternos que tú buscas y ansias.

Hoy, Jesús, te lo dice claramente: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia».

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