lunes, 16 de abril de 2018

NOS INTERESA MÁS LO MATERIAL

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Jn 6,22-29
Es una tendencia humana a la que estamos inclinado, la búsqueda de lo material. Estamos tocado por lo meramente humano y nos interesa lo inmediato y lo que materialmente nos satisface. Aquella multitud busca a Jesús atraídos por el alimento material. Han satisfecho su hambre y sed material y le buscan por ese interés y también por sus poder de curar la enfermedad.

No han reparado en el significado espiritual. Se paran en lo perecedero y sólo les interesa sacar provecho de su poder para sus intereses materiales y personales. Tratan de aprovechar lo divino para adecuarlo a sus proyectos humanos. Sus mentes están solamente en los intereses de aquí abajo. Apena han reparado en la trascendencia. Están ofuscado, ciegos y envueltos en las tinieblas del mundo.

¿No nos ocurre a nosotros algo parecido? Nuestros ojos miran sólo para abajo y no son capaces de levantarse, de mirar hacia arriba. Son prisioneros de lo perecedero, de lo que está condenado a caducar, a lo que lleva a la muerte. ¿Qué buscamos en este mundo? ¿Acaso pensamos que con las cosas de aquí abajo nos vamos a eternizar? ¿Por qué no somos capaces de levantar la mirada? 

El hombre tiene hambre y sed de lo espiritual, porque es realmente esa esperanza trascendente la que nos sostiene en la esperanza, valga la redundancia, de alcanzar la eternidad. Una Vida Eterna que está sellada en el corazón de cada hombre. Ese es el verdadero y único motivo por el que seguir a Jesús. No se trata de buscar el alimento perecedero, sino el verdadero alimento que nos da Vida Eterna.

Seamos conscientes y despertemos del falso sueño de buscar lo que nunca podremos encontrar en este mundo, porque todo lo de aquí abajo es perecedero, y lo que perece no tiene valor. Busquemos el verdadero tesoro que está sellado en nuestro corazón, ese deseo insaciable de alcanzar la Vida Eterna, y que sólo podemos encontrar en Jesús, nuestro Señor.

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