jueves, 12 de julio de 2018

COMUNIDAD Y EVANGELIZACIÓN

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Mt 10,7-15

La llamada del Señor debe tener sus razones e implicarnos en algo. Jesús llamó a sus discípulos para que compartieran y vivieran la fe en comunidad. Fue formando con ellos un grupo que terminó en hacerse comunidad. Y así lo quiso el Señor, que vivimos en comunidad, porque la única forma de expresar y dar nuestro amor es viviendo cerca el uno del otro y aprendiendo a darnos y sacrificarnos el uno por el otro.

Pero, también, esa llamada implica compromiso de enseñar a los demás ese mensaje comunitario del amor. Proclamar que somos seres, no individuales sino en relación. Y esa relación nos compromete a amarnos, porque sería absurdo permanecer junto a personas que se odian y que se procuran el mal. No tiene sentido no querernos, pues todos deseamos ser felices y la felicidad pasa porque haya paz, armonía y mucho amor.

Todo empieza con el bautismo. En él somos llamados a pertenecer al pueblo de Dios, y también a comprometernos en dar razones de esa llamada y esa conversión. Porque, en el bautismo recibimos al Espíritu Santo, que nos fortalece, nos prepara, nos ilumina y nos capacita para dar razón de nuestra fe. Jesús nos acerca a Él para que seamos sus manos y palabra en la tierra y proclamemos en todo el mundo la buena Noticia de salvación.

No tengamos miedo. Jesús nos da señales y maneras de proclamar: En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis. Al entrar en la casa, saludadla. Si la casa... ver más

Hoy los tiempos son diferentes, pero la Palabra sigue siendo la misma, Palabra de salvación. Y tenemos muchas ocasiones de proclamar: en el trabajo, en la familia, con los amigos, en nuestros círculos y ambientes...etc. Siempre hay ocasiones y momentos donde se puede hablar de Dios y anunciar la buena Noticia.

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