sábado, 11 de agosto de 2018

¿A DÓNDE VAMOS SIN FE?

Resultado de imagen de Mt 17,14-20

Podemos pensar qué es la fe y buscar dónde y cómo se consigue o si se puede comprar. Muchos, cegados por la oscuridad del mundo quedan confundidos y pueden llegar a pensar que la fe es cosa de adquirirla y de adoctrinamiento. Al respecto hay muchas teorías y confusiones. El Evangelio de Jesús no es una doctrina, ni tampoco una religión. Ni siquiera un conjunto de normas o preceptos o una doctrina  filosófica. Nada de eso. Entonces, ¿qué es?

Lo que nos viene a revelar Jesús y a comunicarnos es la proclamación de la buena Noticia de salvación. Sí, de salvación. Para muchos eso debe de sonar a disparate o a algo hueco. ¿Qué salvación? ¿Acaso necesito yo salvación? No cabe duda de que el mundo nos ciega y apaga nuestra sed con aguas temporales que nunca terminan por saciarnos plenamente. Pero, nosotros ciegos y sometidos seguimos bebiendo de esa agua. 

Quizás, la respuesta podemos encontrarla en aquella mujer samaritana cuando le pide a Jesús que le dé de esa agua que quita la sed para siempre - Jn 4, 5-42-. Es posible que tú y yo también busquemos saciar la sed de vida que tenemos. Una vida eterna y plena de felicidad que no encontramos como saciar en este mundo, porque del agua que bebemos no conseguimos calmar la sed sino de forma temporal. Hay que volver a beber de nuevo. ¿No te has planteado esa pregunta de la samaritana? Es posible beber de un agua que sacie ese deseo de felicidad eterna?

Sin embargo, a diferencia de aquella samaritana, tú no crees que esa agua exista y sea cierto sus efectos. Te suena más a esos cuentos infantiles que tus padres te solían contar o escuchabas en algún lugar. Sin embargo, lo más grave es que no sientes curiosidad por rastrear e indagar si eso puede ser cierto. Estás adormilado, con los ojos vendados por las seducciones que el mundo pone delante de ti. Espejismo de maravillas que pronto se convierten en basura de muerte y corrupción. El Maligno tiene todo a su favor. Nuestra naturaleza, herida y débil, le favorece.

Jesús lo ha dicho y lo ha demostrado. Su resurrección es un hecho que los que han estado con Él lo testimonian y lo demuestran hasta el punto que ellos mismos dan la vida por esa verdad vivida. Sin embargo, sólo la fe puede ponerte en camino Sin ella no podrás encontrar nunca al Señor. Necesitas creer y para ello abajarte y ser humilde. Abrir tus ojos y pensar que sólo el Agua que te da el Señor es el Agua de Vida Eterna que tanto buscas en el mundo. Sólo tú tienes la palabra.

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