jueves, 18 de octubre de 2018

EL LEGADO DE LA IGLESIA

Resultado de imagen de Lc 10,1-9

A la hora de discutir con mucha gente que se inventa otras historias y siguen a otros seguidores que cuyos datos datan de 1.879 u otras fechas, me pregunto dónde estaban en el momento del anuncio de la Buena Noticia. La Iglesia, a pesar de sus pecados ha sido la encargada de recoger de mano directa esos testimonios que los apóstoles, que vivieron con Jesús, transmitieron a sus inmediatos seguidores. 

Precisamente, San Ignacio de Antioquía, festividad que celebramos ayer, data del siglo dos. Ignacio fue el segundo sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía. Condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y allí recibió la corona de su glorioso martirio el año 107, en tiempos del emperador Trajano. para más señas históricas. Ya en el siglo IV, se celebraba en Antioquía su memoria el mismo día de hoy. Y hay más, por ejemplo Policarpo de Esmirna y, a los autores (hasta ahora desconocidos) de la Didaché, la Carta a Diogneto y el Pastor de Hermas.

No se saca la Iglesia nada de la manga. El Papa Francisco es directo sucesor de Pedro, y eso está avalado y fundamentado en el Magisterio de la Santa Madre Iglesia. Eso no descarta las vicisitudes que la Iglesia ha pasado a lo largo de su camino. Hay muchos pecados, porque está dirigida por pecadores, que, en muchos momentos, son tentados y vencidos y cierran sus corazones a la acción del Espíritu Santo. Y nada se debe ocultar. Todo debe quedar claro, porque la verdad siempre reluce.

Pero, no cabe ninguna duda que nuestra verdadera Iglesia viene fundamentada en la transmisión de los apóstoles. Porque, es de sentido común: cuando ya los primeros testigos iban desapareciendo y la memoria se iba debilitando, los evangelistas recogieron los recuerdos y las tradiciones y las pusieron por escrito para alimento espiritual de las generaciones siguientes (del Evangelio de cada día - ciclo B - 2018).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.