martes, 13 de noviembre de 2018

¿POR QUÉ LA PROPINA?

Resultado de imagen de Lc 17,7-10
Lc 17,7-10
Es costumbre que, sobre todo en el bar, restaurantes, cines u otros lugares dar una propina al camarero, acomodador u otros servicio por su servicio. ¿Acaso no es esa su función? ¿Acaso no han sido contratados para desempeñar ese servicio? Luego, ¿por qué la propina? ¿Tiene algún sentido?

Posiblemente esconda una segunda intención de adular o favorecer futuros servicios. Posiblemente sea una picaresca forma de atraer la atención del servidor para que se esmere más en favorecerte en posibles ocasiones en que tengas que favorecerte de sus servicios. Pero, ¿es eso correcto? ¿Debe eso suscitar y tentar al servidor a emplearse con más esmero en su servicio con ese de la propina que con otros? Esa es la reflexión a la que nos lleva el Evangelio de hoy, el servidor debe simplemente limitarse a cumplir con su deber y no esperar recompensa, pues ha sido contratado para eso y ya recibe su paga.

También nosotros hemos recibido una misión que debemos descubrir, está inscrita en nuestros corazones, y cumplida, no debemos esperar nada. Hemos recibido unos talentos que debemos poner al servicio de todos de forma gratuita y sin esperar nada a cambio. Toda la gloria que esperamos o deseamos es gratuita y ofrecida por la Misericordia de Dios, no porque la merezcamos.

Hay muchas personas, incluso cristianas que se enfadan porque las cosas no les salen como quieren y como ellos han pedido. Incluso se molestan por las dificultades y obstáculos que tienen que salvar. ¿Acaso merecen algo por sus propios méritos? Cuando hacen algún bien, ¿no están haciendo lo que realmente tienen que hacer? 

No merecemos nada ni incluso propina. Y eso no significa que estemos en contra de dar propina, sino que de recibirla hemos de entender que ha sido un acto generoso sin más, porque nosotros debemos siempre de cumplir con nuestro deber al margen de recibir o no propina. Pues, nuestro trabajo y compromiso debe ser bien hecho sin más. De la misma manera respecto a Dios. Todo es Gracia suya sin ningún mérito por nuestra parte. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.