martes, 27 de julio de 2010

PUNTOS DEL CATECISMO MEDITADOS POR EL PADRE JESÚS.


PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE

PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
CAPITULO SEGUNDO,

DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE
Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS

RESUMEN

nº 68 al 73

68 Por amor, Dios se ha revelado y se ha entregado al hombre. De este modo da una respuesta definitiva y sobreabundante a las cuestiones que el hombre se plantea sobre el sentido y la finalidad de su vida.
69 Dios se ha revelado al hombre comunicándole gradualmente su propio Misterio mediante obras y palabras.
70 Más allá del testimonio que Dios da de sí mismo en las cosas creadas, se manifestó a nuestros primeros padres. Les habló y, después de la caída, les prometió la salvación (cf. Gn 3,15), y les ofreció su alianza.
71 Dios selló con Noé una alianza eterna entre El y todos los seres vivientes (cf. Gn 9,16). Esta alianza durará tanto como dure el mundo.
72 Dios eligió a Abraham y selló una alianza con él y su descendencia. De él formó a su pueblo, al que reveló su ley por medio de Moisés. Lo preparó por los profetas para acoger la salvación destinada a toda la humanidad.
73 Dios se ha revelado plenamente enviando a su propio Hijo, en quien ha establecido su alianza para siempre. El Hijo es la Palabra definitiva del Padre, de manera que no habrá ya otra Revelación después de El.

Meditación:

    PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE,

    PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»

    CAPÍTULO SEGUNDO:
    DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

    RESUMEN

    nº 68 al 73

Dios todo lo ha hecho y lo hace por Amor. Y por este mismo Amor se ha revelado a las personas; la Revelación es un acto de Amor de Dios al hombre.

Por obras y palabras, la revelación de Dios nos ha sido dada por Dios mismo, desde el principio de la Historia.


La alianza de Dios a los hombres, es esta mano amiga que necesita el hombre para levantarse y proseguir en la ruta de su salvación. El hombre, sin Dios permanece postrado eternamente. Agarrarse a la mano de Dios es aceptar su Salvación, es aceptarlo como Dios y entregarse a Él, para que se haga su voluntad en el hombre, y su voluntad es salvarlo. ¡Eso no lo dudéis jamás ¡jamás! Dios salva al hombre, por ser Dios y Hombre verdadero, por ser Dios. Ya Dios es hombre por siempre jamás, por tener vida por María, Dios es hombre siendo Dios. Tenemos un Dios Hombre, que nos lleva a su Reino de los Cielos, y hace que nuestra naturaleza humana, otro día viva en cuerpo glorioso, porque Jesús, que es Dios, abrió el camino para recorrerlo con él y dar la salvación a todo hombre que crea en su Revelación.

P. Jesús

Resonancia:

El hombre en lo más profundo de su ser desea amar y sentirse amado. Sólo cuando ama y se siente amado es feliz, pero ansía mantener esa felicidad eternamente, porque lo que no es eterno no puede contener la plena felicidad. Por lo tanto, el hombre se siente un ser que necesita amar y ser amado y deseoso de alcanzar la eternidad. Y eso sólo se lo puede dar su PADRE DIOS.

Por eso, Nuestro PADRE DIOS nos ha creado a su imagen y semejanza: "somos fiel reflejo de nuestro PADRE y en nuestro querer y ser no podemos negarlo. Queramos o no tenemos un PADRE que nos quiere y nos salva para darnos lo que realmente queremos: ser gozosos eternamente.

lunes, 26 de julio de 2010

PUNTOS DEL CATECISMO MEDITADOS POR EL PADRE JESÚS.


PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE

PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
CAPITULO SEGUNDO,

DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE
Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS

III Cristo Jesús, «mediador y plenitud de toda la Revelación»(DV 2)

No habrá otra revelación nº 67

67 A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas "privadas", algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de "mejorar" o "completar" la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia.
La fe cristiana no puede aceptar "revelaciones" que pretenden superar o corregir la Revelación de la que Cristo es la plenitud. Es el caso de ciertas Religiones no cristianas y también de ciertas sectas recientes que se fundan en semejantes "revelaciones".

Meditación:

    PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE,

    PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»

    CAPÍTULO SEGUNDO:
    DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

    III Cristo Jesús, «mediador y plenitud de toda la Revelación»(DV 2)

    No habrá otra revelación nº 67

Todo es sabido por la Iglesia Católica, porque todo esta revelado, por eso nadie puede cambiar la Revelación ya dada por Dios mismo. Y las revelaciones privadas tienen que estar sujetas a supervisión de los eclesiásticos competentes de la Santa Madre Iglesia Católica.

P. Jesús

Mi comentario:

A lo largo de la historia de la Iglesia, es el ESPÍRITU SANTO quien va revelando todo lo que a la Iglesia, en los Apóstoles y sus sucesores, le falta por saber y completar. Es promesa de JESÚS en su ascensión a los Cielos.

Hoy, en el Papa, Benedicto XVI, tenemos esa continuidad, desde Pedro, y esa Revelación , según el ESPÍRITU, que la Iglesia va revelando por la Palabra Viva del SEÑOR.

miércoles, 21 de julio de 2010

EL PELIGRO DEL ACTIVISMO.


La medida que usamos para cuantificar nuestra eficacia está siempre relacionada con la cantidad y la rentabilidad de lo realizado. De tal forma, que según las cosas que hayamos hecho durante el día nos sentiremos satisfecho o no, sin embargo, escapa a nuestra reflexión el preguntarnos por, no tanto la cantidad que la calidad. Es decir, lo que importa no es el cuanto sino el cómo de lo mucho o poco que hayamos hecho.

La verdadera medida es hacer lo que hacemos, bien y con el mayor entusiasmo y amor del que seamos capaces. Sólo tiene valor la cantidad de amor que hayamos puesto en lo que hayamos hecho, y si, realmente, lo hemos hecho por y para amar. Porque, al final, sólo eso va a valer su precio en oro, ya que todos los demás intereses que lo muevan son partidistas y egoístas. El amor, del que aquí hablamos y al cual nos referimos, es el que damos gratuito, tal como lo hemos recibido, porque de media otro interés ya no sería amor puro, sino amor interesado.

La eficiencia, en ocasiones, nos obsesiona. Queremos rendir más, aprovechar a fondo el tiempo, atender varios asuntos a la vez, conquistar metas y más metas. subir, trepar, acaparar la atención y centro de los demás...etc. Ansiamos destacar y que se nos premie ese esfuerzo y, sin darnos cuenta, olvidamos lo esencial: hacer las cosas por amor.

En el torbellino de todo ese activísimo nos dejamos coger por el tren de todo lo que hemos hecho a lo largo del día. Desde el excelente editorial que leímos a primeras hora de la mañana, el desayuno consumido rápidamente, la hora exacta y puntual a la que nos incorporamos al trabajo, el haber terminado 10 asuntos pendientes, el haber respondido a más de 25 mensajes del email y...etc.

Sin embargo, hay algo que nos dice que no estamos satisfechos, al menos del todo, porque, quizás, todas esas cosas no han sido hechas con verdadero amor. Queda un vacío en mi interior que me dice que en esa carrera vertiginosa, se han quedado cosas muy importantes, cosas que nunca mueren, que no caducan, porque lo hecho con amor deja siempre el recuerdo eterno de lo que siempre queda.

Es posible, como le pudo ocurrir a Marta, la hermana de María, que vivamos con la agenda repleta de compromisos y con un gran vacío en el corazón. Quizá nos ocurre eso porque la avalancha de actividades nos ha alejado de lo más importante, porque hemos perdido la brújula y no sabíamos exactamente hacia dónde queríamos llegar. Buscamos sin saber que buscamos.

Sí, sabemos que andamos detrás de la felicidad, poque ella buye en nuestro interior, pero no sabemos dónde debemos buscarla. Pararnos y reflexionar un poco; escuchar y sentarnos a lo pies de Quien puede alumbrarnos y orientar nuestro camino se hace como muy necesario: "Lo más importante". Hemos sido creado para algo mucho más grande, más noble, más profundo, más hermoso. La verdadera vocación del hombre está no en el hacer, sino en el amar.

Juan Pablo II lo explicaba con estas palabras: "El hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta" (Redemptor hominis, nº 10).

Nuestra plenitud no está en la técnica, ni en la televisión, ni en Internet, ni en los crucigramas, ni en la conquista de una buena forma física, ni en la dieta, ni en la lectura de novelas apasionantes o de libros de ciencia. Nuestra plenitud está en aprender a vivir según nuestra naturaleza íntima, profunda: según el plan de DIOS, que nos hizo por amor y nos invita cada día a amar.

Por lo tanto, la pregunta, nuestra pregunta debe de ir, en la dirección que JESÚS le respondió a Marta: "Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas: sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán".

No vale la pena afanarse tanto en hacer y hacer, sólo hay una única cosa importante: "Lo que se hace con amor , que es lo que nos hace posible descubrir nuestra propia felicidad para toda la eternidad".

martes, 13 de julio de 2010

PUNTOS DEL CATECISMO MEDITADOS POR EL PADRE JESÚS.


PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
-PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
-CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS

III Cristo Jesús, «mediador y plenitud de toda la Revelación»(DV 2)

No habrá otra revelación nº 66

66 "La economía cristiana, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo" (DV 4). Sin embargo, aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada; corresponderá a la fe cristiana comprender gradualmente todo su contenido en el transcurso de los siglos.

Meditación:

No habrá otra revelación nº 66

Dios habló con su Hijo, el Verbo encarnado, Jesús de Nazaret, el Mesías Salvador. Todo esta dicho por Dios, porque Dios mismo cumplió con su venida al mundo, la revelación. Pero dijo Jesús que aún faltaban muchas cosas por conocer y que el Espíritu Santo se ocuparía de esta labor, la de consolar e instruir, la de unir en un sólo pueblo a los salvados.

P. Je

martes, 6 de julio de 2010

PUNTOS DEL CATECISMO MEDITADOS POR EL PADRE JESÚS.


PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE

PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
CAPITULO SEGUNDO,

DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE
Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS

III Cristo Jesús, «mediador y plenitud de toda la Revelación»(DV 2)

Dios ha dicho todo en su Verbo nº 65

65 "De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo" (Hb 1,1-2). Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En El lo dice todo, no habrá otra palabra más que ésta. S. Juan de la Cruz, después de otros muchos, lo expresa de manera luminosa, comentando Hb 1,1-2:
Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar; porque lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado en el todo, dándonos al Todo, que es su Hijo. Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad (San Juan de la Cruz, Subida al monte Carmelo 2,22,3-5: Biblioteca Mística Carmelitana, v. 11 (Burgos 1929), p. 184.).


Meditación:

    PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE,

    PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»

    CAPÍTULO SEGUNDO:
    DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

    III Cristo Jesús, «mediador y plenitud de toda la Revelación»(DV 2)

    Dios ha dicho todo en su Verbo nº 65

Dios, el Verbo, la Palabra hecha Hombre en Jesús, es la culminación de la revelación de Dios a través de los profetas.

El hombre salvado por el Hombre, que es Dios mismo en Jesús, que hizo con su Palabra abrir la del hombre alabando a Dios por la culminación de la salvación del hombre, desde siempre querida y preparada por Dios, para que todos los hombres se salven si quieren. Sí, si quieren. Si quieres.

Dios, La Palabra hecha Hombre en Jesús, es lo que necesitas saber, comer, vivir para salvarte.

(Lee, relee estas palabras, deja que la Palabra entre en tu corazón por la vía de la razón)

P. Jesús

Mi comentario:

Nuestra fe es Cristocentrica, y toda ella gira a su alrededor. El proyecto del PADRE está pensado para que culmine en su HIJO, y todo fue hecho y creado para que ÉL, encarnado en naturaleza humana, hecho hombre, realizara el proyecto de salvación Revelando a los hombres y mujeres el Amor que el PADRE nos tiene, hasta el punto de entregarnos a su HIJO para, muriendo por nosotros con una muerte de Cruz, seamos rescatados y, por su Mérito, Resucitados con ÉL para Gloria de DIOS PADRE.

domingo, 4 de julio de 2010

PUNTOS DEL CATECISMO MEDITADOS POR EL PADRE JESÚS.


PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE

PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
CAPITULO SEGUNDO,

DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE
Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS

II Las etapas de la revelación

Dios forma a su pueblo Israel nº 64

64 Por los profetas, Dios forma a su pueblo en la esperanza de la salvación, en la espera de una Alianza nueva y eterna destinada a todos los hombres (cf. Is 2,2-4), y que será grabada en los corazones (cf. Jr 31,31-34; Hb 10,16). Los profetas anuncian una redención radical del pueblo de Dios, la purificación de todas sus infidelidades (cf. Ez 36), una salvación que incluirá a todas las naciones (cf. Is 49,5-6; 53,11). Serán sobre todo los pobres y los humildes del Señor (cf. So 2,3) quienes mantendrán esta esperanza. Las mujeres santas como Sara, Rebeca, Raquel, Miriam, Débora, Ana, Judit y Ester conservaron viva la esperanza de la salvación de Israel. De ellas la figura más pura es María (cf. Lc 1,38).


Meditación:

    PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE,

    PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»

    CAPÍTULO SEGUNDO:
    DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

    II Las etapas de la revelación

    Dios forma a su pueblo Israel nº 64

Las mujeres siempre han sido muy importantes para Dios, por su fe. Esa fe con que los profetas alimentaron al pueblo, por tener una relación con Dios mismo que los iba instruyendo en lo que iba a venir, en lo que aconteció siglo tras siglo, y que Dios fue revelando al hombre, al que tanto ama Dios.

P. Jesús

Mi comentario:

En el proyecto de salvación, DIOS, en su pedagogía, va preparando a su pueblo a través de ciertas personas, profetas, que van formando y señalando a su pueblo el camino que DIOS les ha indicado. En esta misión la mujer aparece como testimonio vivo de obediencia y aceptación a la Voluntad de DIOS, que nos ilumina y nos purifica y nos señala el camino ha seguir. Exponente de todo ello es María, la Madre de DIOS.