viernes, 30 de noviembre de 2012

LA JUSTICIA SIN AMOR TE HACE IMPLACABLE

 Evangelio del 30 de Noviembre de 2011: Mt 4, 18-22


Porque todos tenemos un talón de Aquiles y en muchos momentos de nuestra vida necesitamos ser perdonados. ¿Quién no ha experimentado la necesidad de ser perdonado por algún error cometido? Jesús sabía muy bien eso, y por eso respondió a aquella gente que pretendían lapidar a aquella mujer adultera con esas palabras: "Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra".

El perdón es tan necesario como el amor, pues cuando te empecina en no perdonar, aun teniendo la razón, te convierte en implacable y te cierras al amor. Vives y tienes esperanzas porque estás siendo perdonado a cada instante de tu vida. Es más, Jesús de Nazaret paga por tus culpas en cada instante y gana para ti la redención y la vida eterna en el Padre. ¿Y no eres tú capaz de perdonar a los que te ofenden?

Hay mucha gente que se rebela contra la Iglesia porque no perdonan los fallos de la Iglesia. La Iglesia es pecadora, porque la componemos hombres imperfectos y pecadores, pero también es Santa, porque ha sido fundada por nuestro Señor Jesucristo y es guiada y asistida por el Espíritu Santo. 

Por lo tanto, necesitamos perdonar para ser también nosotros perdonados. No nos vale creer por nuestra cuenta y arreglar nuestras dudas según nos parezca e interese a cada uno. Hay muchas cosas que quizás no entendamos ni lleguemos a comprenderlas, pero ponemos toda nuestra confianza en nuestro Padre Dios y nos fiamos de Él. Sabemos que la única Verdad está en Él.

Hoy, Andrés y su hermano Pedro se fiaron de Jesús. También lo hicieron Santiago y Juan, hermanos también y amigos de Andrés y Pedro. No entendieron muchas cosas al principio, pero mantuvieron su palabra y le siguieron. Poco a poco y en la medida que le iban conociendo, la luz en ellos se iba encendiendo hasta el punto de dar su vida por Él.

Una sola pregunta: ¿Estamos también nosotros dispuesto a seguirle?

jueves, 29 de noviembre de 2012

¿DE QUIÉN TE FIAS?

 (Lucas 21:20-28)


Porque según en quien deposites tu confianza nacerá tu esperanza y tu ánimo. Hay muchos que hoy se sienten felices y dichosos. Al menos eso dicen y manifiestan  y aparentan vivir. No juzgo sus actitudes ni tampoco sus palabras, solo pongo en tela de juicio que todo lo que está aquí abajo tiene sus días contados.

Por eso, aquellos que han puesto y ponen sus esperanzas en todo lo que está bajo este mundo tendrán poco que esperar, porque este mundo acabará un día. Jesús nos habla de eso hoy en su Palabra y nos advierte de los peligros: "Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito".

Nuestro sentido común nos revela que lo normal es que todo termine, y cuando las esperanzas están puestas en lo caduco y finito, todo terminará. ¿Qué esperar entonces? ¿Qué esperanza nos mantiene? ¿Hay alguien sentido para la vida? Son preguntas que viven dentro de nuestro corazón y que buscan respuestas.

Por eso es alentador y esperanzador leer las últimas palabras con las que Jesús termina diciendo: «Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».

Y esa es nuestra esperanza y lo que sostiene nuestra fe. Creemos en Jesús porque Él sostiene nuestra vida y le da sentido y plenitud. Todo cobra valor en Él, y por Él vale la pena recorrer todo el camino de nuestra vida en su fidelidad y amor.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

ESTÁ ANUNCIADO

 Lc 21, 12-19

No los ha dicho Jesús en el Evangelio, y la Iglesia nos lo recuerda en el día de hoy al leer el Evangelio de Lc. 21, 12-19. El creyente en Jesús será perseguido y encarcelado; se le hará comparecer ante tribunales y jueces y muchos serán asesinados.

Y eso está ocurriendo y ha sucedido siempre. Es algo consustancial al creyente, porque los criterios de Jesús no son los del mundo. El hombre busca su reino en este mundo, y para ello se olvida del otro y se enfrenta al otro. Y su supremacía le lleva a imponerse por la fuerza o la astucia al otro, de forma que él sea el rey y soberano de todo.

Y hay luchas, guerras, muertes y venganzas. Todo bajo el fuego de la soberbia y de la fuerza. Y el amor la característica del creyente se ve perseguida por todos aquellos que prefieren amarse a ellos antes que a los demás. Por eso, el creyente en Jesús estará siempre en el ojo del huracán, pero nunca con el arma de la guerra y la venganza levantada, sino con el amor dispuesto a perdonar amando.

La Cruz con la que cagó Jesús, el Señor, es la cruz que nos amenaza a nosotros también. No somos, sus discípulos, superiores al maestro y como Él, tenemos también que cargar con nuestras cruces propias. Y es esa necesidad de sacrificio y sufrimiento lo que nos hace injertarnos en Él para poder resistir y esperanzarnos llenándonos de perseverancia y amor por su Gracia.

martes, 27 de noviembre de 2012

CON ETIQUETA DE CADUCIDAD

 Lucas 21: 5 – 11… grandes señales del cielo


Es un argumento que suelo exponer cuando comparto reflexión con los padres que se acercan a la Iglesia a bautizar a sus hijos. Queremos y buscamos la felicidad, pero también buscamos que esa felicidad sea eterna, pues bien, en el Bautismo, que hemos recibido y ahora lo queremos también para nuestros hijos, encontramos esa respuesta a ser felices y eternos.

Sí, porque todo acaba y eso nos lo dice hoy la Palabra de Dios en el Evangelio del día: Jesús dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida». Y todo tiene sus días contado, así que buscar la felicidad en las cosas de este mundo es tarea inútil.

Por eso, Jesús nos invita a estar preparados, a vivir cada día en su Palabra y su Espíritu esforzándonos en amar como Él nos ama, y no fiarnos de todos aquellos que tratan de confundirnos, de distraernos, de tentarnos y desviarnos por los criterios y caminos del mundo.

Para eso hay una cosa muy eficaz y buena: "Vivir juntos en la comunidad, en la Iglesia, en la Parroquia, en el grupo de amigos y hermanos en la fe". Estando siempre arropados, apoyados los unos con los otros y sirviéndonos en el amor. Porque solo así encontraremos el camino, el medio y la fortaleza de, en el Espíritu Santo, crecer en las virtudes y en el amor.

lunes, 26 de noviembre de 2012

LO PEQUEÑO PASA DESAPERCIBIDO

 Evangelio (Lc 21,1-4)


Por eso alguien tiene que encargarse de destacarlo y llamar su atención sobre ello. Porque lo pequeño es parte del todo y tiene su gran importancia. Sobre todo cuando se hace desde la desinteresada generosidad y sin ningún tipo de alarde y presuntuosidad.

Y es que lo pequeño cuesta darlo, porque invita al ridículo ante otras aportaciones que van precedidas de bombos y platillos, y que vociferan por doquier la importancia de su acción. Lo pequeño se siente avergonzado y necesita una gran dosis de humildad para dar lo poco que tiene.

Jesús no premia la cantidad sino la calidad. Y la calidad está en proporción de su generosidad gratuita y de forma desinteresada, pero integra y total. No basta con dar lo que te sobra, sino compartir de lo que tienes y puedes con los más débiles y necesitados. Ese es el lema y la actitud.

Y pronto experimentamos que eso necesita una gracia especial. No basta con nuestra buena voluntad porque estamos tocados y somos más débiles de lo que pensamos. Necesitamos la Gracia y la Fuerza del Espíritu Santo para poder atrevernos a darnos en amor desinteresado a los demás. Es esa la lección de la pobre viuda. Ella compartió de lo que tenía y desde esa actitud será examinado su amor.


domingo, 25 de noviembre de 2012

¿BUSCAS LA VERDAD?

 25 de noviembre de 2012. Fiesta de Cristo Rey (B). Juan 18, 33-37

Esa es la pregunta a la que realmente hay que dar respuesta, porque de ella dependerá el camino a seguir. Buscar no depende de oír muchas cosas ni de saber tantas otras, buscar nace del hambre y necesidad de encontrar respuestas al sentido de nuestra vida. 

Y mientras eso no nazca en mí poco me moveré en caminar en su búsqueda. Me puede parecer bien y hasta novedoso muchas vivencias y mensajes sobre la vida de Jesús. También me puede apasionar contemplar todo lo que dicen de Él y sus obras y amor...

Pero mientras yo no experimente hambre y sed de encontrarme con Él, nada se moverá en mi interior para emprender su búsqueda y tratar de conocerlo para reflejar en mi vida. Es inútil forzar la voluntad de aquel que no se encuentra necesitado de esa búsqueda, porque solo en esa necesidad y pobreza nace Jesús en tu corazón.

Por eso, con la sabiduría que le caracteriza, Jesús, manifiesta que el Reino de su Padre será para aquellos pobre de espíritu que buscan saciarse en la verdad y en la justicia. Y es que no hay otro camino. Seguir a Jesús es nacer de nuevo, por el Bautismo, a una vida sedienta, inquieta y en constante perfección por ser mejor persona cada día.

Y esa hambre será colmada en la medida que la busquemos en nuestro Señor Jesús, el Cristo Rey que calmará nuestra sed y hambre de justicia, amor y paz.

sábado, 24 de noviembre de 2012

ESTA ES LA CUESTIÓN.

 Evangelio San Lucas 20,27-40.


Porque si se trata de pasar una temporada en este mundo, temporada que la mayoría del tiempo se pasa de forma preocupada, ansioso y buscando felicidad, apañados estaríamos.No tiene sentido que Dios nos creara para luego dejarnos en el cajón de la basura. Nuestro corazón nos dice que hay algo más.

No cabe duda que esta vida sin la esperanza de la trascendencia está vacía y es absurda. Nuestro ser más profundo nos revela que estamos llamados a una vida eterna, y eso pasa por la resurrección. Porque sabemos que tendremos que morir. Eso es una realidad que todos conocemos y vivimos cada día en los demás.

Sin embargo, nos embarga la esperanza que resucitaremos para siempre y seremos eternamente dichosos. Porque nuestro Padre Dios es un Dios de vivos tal y como nos dice hoy el Evangelio. No existe verdadera conciencia religiosa sin una fe en la trascendencia. De nada serviría la existencia de Dios si nos hubiera arrojado al mundo para luego prescindir.renegar de cada uno de nosotros. ¿Qué clase de Dios Padre sería?

El centro de nuestra fe es la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y en Él también resucitaremos nosotros. Esa es nuestra fe y nuestra esperanza, y convencido de ello caminamos en peregrinación todos juntos unidos al mismo Jesús que nos acompaña e injertados en el Espíritu Santo que nos asiste y guía. Amén.

viernes, 23 de noviembre de 2012

LOS TIEMPOS CAMBIAN

 Evangelio según Lucas 19,45-48. (


Y es que la vida no puede quedar estancada, porque es un camino que se inicia en la ignorancia como principio y su recorrido le conduce a la sabiduría o perfección. Digamos que nacemos imperfectos y nuestra meta es alcanzar la perfección.

Se trata, pues, de caminar en la verdad, pero ni en nuestra verdad sino en la verdad de quien la posee de forma absoluta y nos guía hacia ella. Ese es nuestro pecado, querer avanzar por nosotros mismos sin contar con Dios. Muchas veces he oído esta frase: Hay que respetar la verdad de cada uno.

Y hay algo de razón en ello, pero respetarla hasta que deja de ser verdad y empieza la mentira, porque el hombre es imperfecto y se equivoca. Y necesita que le corrijan, eso sí, desde el respeto y la libertad. Jesús nos descubre hoy como su casa es casa de oración. Él es el centro y el verdadero templo de nuestra vida, y todo lo demás son lugares y espacios que necesitamos para congregarnos en torno a Él.

Basta ya de sacrificios y ritos compensatorios con los que tratamos farisaicamente de engañarnos a nosotros mismos. No hay más sacrificio que el ofrecido por Jesús en la Cruz, su Muerte y Resurrección. Basta para redimirnos y pagar por nuestros pecados. En Él estamos salvados y redimidos.

Hagamos en Él nuestra casa de oración y nuestra referencia de vida, porque solo en Él, con Él y por Él estaremos en el camino de alcanzar nuestra propia salvación. Amén.