sábado, 31 de agosto de 2013

CAER Y LEVANTARSE

Mt 25, 14-30

No es cuestión de rendirse ni de amilanarse. Se trata de levantarse cada vez que se cae, pues solo caminando se puede alcanzar la meta del camino. Luchar cada día es la consigna: Luchar con todos los talentos recibidos para dar los frutos esperados.

Frutos que son causa del esfuerzo de amar. Pues, así como me ama Dios, de la misma manera debo hacerlo yo. E igual que, de Él, he recibido todos mis talentos de forma gratuita, también yo he de ponerlos gratuitamente al servicio de los demás.

No hay que mirar atrás; no hay que llorar ni lamentarse de tiempos pasados, perdidos, fracasados y mal gastados. Hay que levantarse y continuar el camino poniendo todo nuestro ser en responder a todo aquellos dones, atributos y talentos recibidos gratuitamente en favor y servicio de los demás.

Se nos pedirá cuenta de nuestra propia fortuna. ¡Sea la que sea! De cómo y dónde la hemos gastado. De los beneficios o frutos obtenidos y de cómo la hemos empleado. Tratemos de mirarnos y de dar rendimiento a esos talentos que nos ha sido confiados. Esa es la misión más importante de nuestra vida, y la única que merece la pena hacer.

viernes, 30 de agosto de 2013

A LA ESPERA DE TU LLEGADA

(Mt 25,1-13)


No sé Señor cuando vendrás. Tú nos lo has prometido, pero no sabemos ni la hora ni tampoco el día. ¿Por qué no puede ser en este mismo momento, o mañana o cualquier día inesperado? Una cosa es segura: vendrás. Vendrás porque Tú lo has dicho, y Tú tienes, Señor, Palabra de Vida Eterna.

También me puedes llamar en cualquier momento de mi vida. Igual puede ser ahora, o mañana o cualquier otro día. Mis días están contados por tu Inifinita Sabiduría, y sólo Tú sabes cuando estaré en tu presencia. Temo Señor ese momento, y no tanto cuando Tú decidas llamarme. 

Eso sí, quisiera aprovechar para pedirte que me sostengas despierto y preparado, como a esas doncellas prudentes. Quisiera pedirte, por encima de todo, que no descuide el tener mi alcuza llena de aceite y presta a mantener mi lámpara encendida alumbrando mi vida para cuando Tú decidas visitarme.

Quisiera pedirte que me des la sabiduría de entender que el aceite de mi fe no la puedo dar, pues la fe solo la regalas Tú. Por eso, necesito estar vigilante, agarrado y sostenido en Ti sin perderte de vista. Tú eres el aceite que sostiene mi lámpara encendida y luminosa para alumbrar mi vida que conduce a ese Banquete que nos tienes preparados.

jueves, 29 de agosto de 2013

LA VALENTÍA DE SER

(Mc 6,17-29)

En cierta ocasión, un amigo bloguero compartía que no solo se trata de ser sino también de parecer. En alguna reflexión yo también he reflexionado, valga la redundancia, sobre lo mismo. En los Evangelios de estos días anteriores, Jesús nos ha advertido sobre las apariencias e hipocresías, y hoy, la figura de Juan el Bautista nos descubre la necesidad de no escondernos ni de silenciar nuestra fe.

Su vida fue una constante proclamación del que había de venir. Su misión, de allanar y preparar el camino, la llevó a cabo con entereza, constancia, perseverancia y valentía. Nada fue obstáculo para que su boca gritara a los cuatro vientos que había de venir Uno, que ya estaba cerca, que bautizaría con fuego y Espíritu. Nunca usurpó su lugar, y siempre supo mantenerse en el que le correspondía.

Entendió la Voluntad del Padre, y la vivió y cumplió con humildad y firmeza, hasta el punto que dejó su lugar al que es y era más grande que él. ¿Estamos nosotros dispuestos a responder de la misma forma a la misión que el Padre nos ha confiado? ¿Ponemos nuestra palabra por delante de nuestra vida? Estas y otras preguntas nos interpelan al contemplar y meditar la vida y hechos de Juan el Bautista.

miércoles, 28 de agosto de 2013

LA FACHADA SOLO ES FACHADA

(Mt 23,27-32)

 
No tiene otro sentido, la fachada solo es fachada. Es la primera impresión e imagen de una persona o cosa, pero solo es el embalaje, el envase, la presentación, lo de fuera, lo que se ve. No tiene más valor que el que representa: "Ser una imagen bella, bien presentada y que deje buena impresión".

Sin embargo, el valor principal y fundamental está dentro, se esconde en lo más profundo del ser en lo que se refiere a la persona, y depende de su utilidad y eficacia en cuanto a un objeto o utensilio se refiere.  Por eso, cuando se aparenta lo que no se es, se cae en la hipocresía, y eso a Jesús no le gusta.

Utiliza palabras muy duras contra todos aquellos que pretende ser lo que no son, y pensar lo que no piensan, y vivir lo que no viven y hacer lo que no hacen. No soporta a los que esconden sus malas intenciones para utilizarla cuando no son vistos aparentando ser honestos y justos. Y es que son ciegos que piensan poder esconderse de la presencia del Señor.

De nada vale vivir en la apariencia, porque la verdad siempre está presente y presta a delatar nuestra falsedad e hipocresía.

martes, 27 de agosto de 2013

SOY PECADOR, LÍBRAME SEÑOR

(Mt 23,23-26)

Siento miedo y vergüenza de ofenderte y dejarte en mal lugar. Tiemblo solo pensar que mis propios hijos no lleguen a Ti por mis pecados y torpezas, y que mi seguimiento a Ti sea más producto de mi egoísmo e intereses que de transmitirte en espíritu y verdad. 

Soy pecador, Señor, y sé que Tú me quieres y me aceptas tal como soy, pero me propones crecer y mejorar en bondad, justicia y verdadero amor en tu presencia. Contigo y en Ti es posible morir a mi propia voluntad y hacer la Tuya, la Verdadera, la que nos hace felices y nos hermana en justicia y paz.

Hoy nos descubres hasta que punto estás dispuestos a tratar a aquellos que viven en apariencia de mostrarse ante y entre los hombres como seguidores tuyo y luego son falsos, injustos, avariciosos, incomprensivos y mal intencionados. Amigos de lo ajeno y de la mentira para conseguir satisfacerse y hacer su voluntad. Los llamas guías de ciegos, hipócritas que se muestran limpios por fuera, pero rebosantes de robo y desenfreno interiormente.

Estar contigo Señor es caminar y vivir en la Verdad: Límpios por dentro y también si se puede, por fuera. Pero es la disposición interior, el corazón, lo que debe estar abierto a seguirte y entregarse en tu Amor para hacer tu Voluntad.

lunes, 26 de agosto de 2013

VIVIR EN LA APARIENCIA


Mt 23, 13-22


Ser hipócrita es vivir en la apariencia. Vivir fingiendo una fe que luego no se vive sino a media o según convenga. Ser hipócrita es vivir la verdad practicando la mentira. Siempre al final, la mentira, queda al descubierto, porque la verdad sale a relucir. Y cuando ocurre eso se hace mucho daño, pues muchos quedan defraudados, engañados y mal heridos en sus sentimientos que tambalean su fe.

Hipócritas somos cuando queremos juzgar y hacer las cosas según nos parece deben ser, y que nosotros, llegado el caso, hacemos luego como mejor nos va. Hipócritas somos cuando decimos algo que nosotros no estamos dispuestos a asumir ni a aceptar. Cargamos las espaldas de los demás, pero las nuestras las dejamos ligeras y a bien resguardo.

Con nuestra manera de vivir en apariencias, levantamos muros que impiden ver a otros la verdad. Somos barreras que no dejan pasar la verdad y que la ocultan con la hipocresía y la mentira. Otra cosa es que nuestras debilidades y apegos nos traicionen y demos en muchos momentos mal ejemplo. Nos reconocemos pecadores y no engañamos a nadie.

Pecadores que buscamos, arrepentidos, la verdad en el esfuerzo, por la Gracia de Dios, de morir a la mentira y las apariencias y vivir en la Verdad según la Voluntad de Dios.

domingo, 25 de agosto de 2013

LUCHA CONTRA CORRIENTE

(Lc 13,22-30)

Jesús, el Señor, nos invita a: «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán». Nos invita a luchar esforzándonos por entrar, porque sabe que por nuestras propias fuerzas nos será imposible. Sin Él nada podremos, por eso la invitación es de lucha, de esfuerzo, de intento...

Y en eso consiste hacer la Voluntad del Padre: luchar poniendo todos nuestros recursos y medios que, por nuestra condición de seres libres, nos ha sido dado gratuitamente. Llegada la hora, la puerta ya no será estrecha y difícil de atravesar, sino que será cerrada e imposible de atravesarla. Entonces clamaremos por nuestra amistad con el Señor y le recordaremos nuestras Eucaristías, nuestros rosarios, oraciones y buenas obras, pero...

La respuesta del Señor: ‘No sé de dónde sois’. Porque hacer la Voluntad del Señor no es mero formulismo y cumplimiento;  no se trata tampoco de hacer y hacer. Consiste en tomar conciencia de que Él es nuestro Padre, y sin Él nada podemos. Y sólo unidos e injertados en Él podremos convertir nuestro humilde esfuerzo y trabajo en verdaderos frutos de amor.

La cuestión está en descubrir que sólo en Él toma sentido y valor nuestras Eucaristía, nuestras oraciones, nuestros sacrificios, sufrimientos y buenas obras, porque le necesitamos para, desde Él poder proyectar su Amor en nosotros y para los otros. Nada tendrá sentido sin su presencia diaria en nuestro acontencer de cada día. Todo será nuevo si en Él vivimos y actuamos. En esa actitud seremos capaces de atravesar esa puerta estrecha que se nos atraganta.

sábado, 24 de agosto de 2013

EN LO PEQUEÑO SE DESCUBRE LO GRANDE

(Jn 1,45-51)


No entra en nuestra cabeza Señor que te hagas tan pequeño como nosotros. Me resulta incomprensible un Dios hombre como yo. No cabe en mi cabeza, y para colmo nacido humildemente, y del lugar más ignorado, pequeño y marginal. ¿Por qué tanto abajarte, Señor?

Y ocurre lo de siempre: "Tú das el primer paso". En este caso, con Natanael, le descubres y le dejas fuera de lugar. Le impactas, le llegas a lo más profundo de su corazón, hasta el extremo de rendirse a tus pies y confesarte como verdadero Hijo de Dios.

A mí también Señor me descolocas y me impactas. Y llenas mi vida de gozo y de sentido. Yo también quiero responderte como Natanael, y confesarte verdadero Hijo de Dios, el Mesías esperado y salvador de la humanidad.

Dame la impronta de Natanael para no dudar de Ti, y de entregar mi vida en hacer tu Voluntad.

viernes, 23 de agosto de 2013

EL SEGUNDO DA CUMPLIMIENTO AL PRIMERO

(Mt 22,34-40)

Si no amas al prójimo no puedes amar a Dios. Sí, puedes proclamarlo con tu lengua, pero no lo vives con tu corazón. Por eso, aunque el primero es amar a Dios sobre todo, el segundo se hace necesario para demostrar ese amor a Dios. Es curioso, el Señor sabe relacionarnos muy bien, de tal forma que de nada vale hablar y prometer mucho si luego no lo haces vida en tu propia vida.

Y mira, al menos yo así lo veo y así lo pienso. Tu amor y el mío no serán con aquellas personas que están lejanas y a las que nunca conoceremos. Sí, es verdad que podremos ayudarles en la distancia contribuyendo y solidarizándonos con ellos, tanto económicamente como con la oración, pero los que más te señalarán son tus más próximos, los de cada día, con aquellos que convives, empezando por la familia y terminando con los que tropiezas cada día en el ir y devenir de tu acontecer diario.

La sin medida de tu amor será probada a través de esas personas, porque el amor que se nos exige es un amor sin medida, igual que con el que nos ama Jesús. ¡Claro, se nos hace difícil!, por eso descubrimos que le necesitamos, porque sin su Gracia nada podemos. De ahí que el primero es Él, y semejante a este, el segundo, sin el cual no podemos dar cumplimiento al primero. Estamos entre la espada y la pared, pero con la promesa y el compromiso del Espíritu Santo que nos acompaña, nos asiste y nos salva.

jueves, 22 de agosto de 2013

TÚ Y YO TAMBIÉN ESTAMOS INVITADOS

(Mt 22,1-14)

Tenemos una invitación mientras nuestro camino, aquí en la tierra, no termine. Una invitación a un banquete que será eterno, pero que no terminamos de creérnoslo o no nos convence. Porque nuestro corazón lo tenemos apegados a otras cosas que creemos más importantes, que nos resultan más satisfactorias de inmediato.

A pesar de negarnos, esa invitación sigue vigente. Incluso aunque nuestra condición cambie y perdamos nuestro turno en la lista del banquete. El Anfitrión sigue invitándonos con la esperanza de que decidamos aceptar. No tiene en cuenta nuestro rechazo ni nuestras justificaciones. La invitación es firme, incluso hasta en el caso de que nosotros mismos queramos borrarnos de esa lista.

Está dispuesto a que sus enviados sufran y hasta pierdan la vida en la misión de recorrer los caminos para conseguir invitados a su boda. No quiere suspenderla e invita ya hasta los que no figuraban en la lista. Todos están invitados sean de la condición que sean. Nadie tiene derecho. Se sólo por invitación, pero se exige una cierta actitud, una cierta compostura que nos reviste con el traje adecuado para poder entrar.

miércoles, 21 de agosto de 2013

¿MERECEMOS COMO DIOS NOS TRATA?

(Mt 20,1-16)

Si de justicia se tratara, Dios es siempre justo. Todos estaríamos condenado y sin esperanza de redención. Hemos rechazado, por el pecado original, a Dios, y sin embargo nos envía a su único Hijo, entregado a una muerte de cruz, para redimirnos y obtener nuestra salvación. El Amor de nuestro Padre Dios está por encima de la justicia. Su Misericordia es infinita.

¿Cómo me atrevo a pedirle más salario por mi trabajo? ¿Acaso no he recibido yo lo justo por lo tratado? ¿Y si he recibido más, no debo también dar más, tal y cómo he recibido? ¿Tienen los últimos culpas de no haber sido llamados a hora tardía? ¿No han respondido igual que nosotros?

Todas estas preguntas suscitan interrogantes que, injertados en el Espíritu Santo, deben servirnos para reflexionar en la Voluntad de Dios. Estamos llamados a trabajar en la Viña del Señor, y aunque unos lo descubramos más tempranos y otros más tardes, todos seremos recompensados justamente. El Amor del Padre es justo y misericordioso y su sabiduría imparte justicia a cada uno de sus hijos. Nada se esconde a su justicia.

martes, 20 de agosto de 2013

TENER DIFICULTA PARA SER

(Mt 19,23-30)

El que posee poco, poco tiene que preocuparse. Todos sus afanes consisten en el vivir de cada día sin mayores problemas que los del trabajo y la susistencia diaria. Peor lo tienen aquellos que están cargados de pesadas cargas de bienes y riquezas que no les deja cerrar un ojo. Los tienen bien abiertos por muchas razones, pero sobre todo por si alguien osa por apoderarse de algunos.

Los ricos apenas levantan la mirada por encima de sus riquezas. Están entretenidos en guardarlas y, si pueden, aumentarlas hasta el punto de enfrentarse y someter a otros por lograrlo. Las riquezas les vendan los ojos y no ven sino por ellas. Su mundo es un mundo de tener y poseer, y de, cuanto más se tiene, más grande se es. 

Un mundo absurdo, donde todo consiste en amontanar riquezas y bienes efímeros destinados a pasar a manos de otros, a pesar de tus esfuerzos por conservarlos. Tú tendrás que irte, y tus bienes se quedarán aquí para el disfrute de otros. Ellas, las riquezas, te habrán desviado por el mal camino, por el camino de la perdición y la muerte. Te impedirán desapegarte y aligerarte de peso para seguir el verdadero camino que empieza en la puerta estrecha.

lunes, 19 de agosto de 2013

ENTRAR EN LA VIDA


(Mt 19,16-22)

La Vida, la verdadera Vida sólo tiene un camino; sólo tiene una respuesta; sólo tiene una puerta, y esa puerta es la puerta del amor. Sí, una puerta algo estrecha que exige sacrificio; que exige despojarse de tanta gordura que nos pueda impedir el paso a través de ella, pero todo lo bueno cuesta, y aquí se trata de lo Único Bueno, por lo que todo aquello que nos pueda exigir vale la pena sufrirlo y padecerlo.

Sólo hay un camino que es el bueno, porque uno solo es el Bueno. Y ese camino para tomarlo bien y poder entrar es el camino de los diez Mandamientos. Guarda los Mandamientos: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo». 

Sin embargo, no se trata de un cumplimiento de mínimos, sino de una exigencia creciente hasta, por la Gracia de Dios, alcanzar la perfección. Habrá que irse despojando en el camino de todo aquello que nos irá impidiendo ser cada día mejor, para asemejarnos con la Bondad del Padre. Y solo no podremos, pero con la Gracia de Dios y la asistencia del Espíritu Santo podremos ser cada día algo mejor.

domingo, 18 de agosto de 2013

PASIVIDAD E INQUIETUD


(Lc 12,49-53)

El camino exige estar despierto, y estar despierto no consiste en espabilarse para tomar todo aquello que se pone a nuestro alccance y colma nuestras apetencias e intereses. Estar despierto, en término evangelico, es arder por todo aquello que es bueno para el bien común.

No se trata de quemar para consumir o destruir, sino de quemarse en amor para hacer el bien en aras del bien común.. Jesús ardió y arde en deseos de salvación. Salvación para toda la humanidad, por eso, el Evangelio de hoy nos descubre que Jesús no ha venido a traer la paz que este mundo busca y proclama, sino la guerra, división, enfrentamientos... que provoquen la lucha que establece la verdadera paz, la paz que nace del amor.

Déjemos que prenda la llama de fuego en nuestro corazón y arda amorosamente hasta que seamos capaces de provocar que todo el mundo arda de verdadero amor.

sábado, 17 de agosto de 2013

TENER LA FE DE UN NIÑO


(Mt 19,13-15)

Mis razonamientos me alejan de Dios. Y es que no cabe en mi cabeza tanto amor, tanto regalo y tanta misericordia. Si fuera como un niño, quizás todo sería de otra forma, porque los niños no razonan tanto, o no se detienen en ello por su ingenuidad y se fían de lo que le dicen. Sobre todo, si se les dice con tanto cariño y amor.

Sí, creo que hasta que no sea como un niño no podré acoger el amor que el Señor me da. Sólo convirtiendo mi corazón de hombre viejo en un corazón de niño seré capaz de renovarme, convertirme en un hombre nuevo y estar en disposición de entrar en el Reino de los Cielos.

Nunca, desde un corazón viejo, endurecido y apegado a la racionalidad de apoyarse en lo material, en lo tangible, en lo caduco y en lo inmediato, aparente felicidad temporal, podremos encontrar la oportunidad de transformarnos en hombres con corazón de niños.

viernes, 16 de agosto de 2013

SE HA ENDURECIDO NUESTRO CORAZON

(Mt 19,3-12)


Cuando dejas que tu corazón se endurezca empiezas a pensar en ti mismo. Desde ese momento el primero eres tú y el segundo también. Todo gira en torno tuyo y prima tu voluntad. Voluntad que está dirigida por tus apetencias y egoísmos. Sin darte cuenta has convertido tu mundo en un mundo absurdo, caótico y en ruinas, donde prima la ley del más fuerte, del más poderoso y egoísta.

Es la sociedad que estamos construyendo. Padres viejos porque llegan tarde al matrimonio responsable. Planteado como una etapa final donde hay que sentar la cabeza y formar un familia. Padres que deberían ser abuelos. Es decir, sustituimos los padres por los abuelos.

Convivencias pactadas por intereses, por apetencias y por enamoramientos románticos, construidas sobre arenas movedizas manejadas por las pasiones, sentimientos o emociones. Menos por el amor responsable y comprometido. Desde esa visión material, la Voluntad de Dios es algo que estorba e interesa eludir y pasar por debajo la mesa. El mundo guiado por ciegos va camino de la perdición.

Dios ha revelado su Plan y su Voluntad sobre el hombre y la mujer, pero el hombre, más fiel a sus pasiones e irresponsabilidades, desobedece la Voluntad de Dios. Así vemos y experimentamos las consecuencias que se derivan del deseo del hombre de hacer su voluntad.

jueves, 15 de agosto de 2013

¿TAMBIÉN YO ME LO CREO?

(Lc 1,39-56)


María creyó en todo lo que el Ángel le dijo en nombre del Señor; María abrió su corazón humilde y saltó de gozo por haber encontrado Gracia delante de Dios. María posibilita, con su fe, la encarnación de Dios en su Hijo Jesús. María, Madre de Dios y Madre nuestra.

La cuestión es mirarme y ver si mi corazón está dispuesto, como el de María, a responder al Señor de forma afirmativa y según su Voluntad. María nos sirve de ejemplo y nos alienta a que, igual que Ella, por la Gracia de Dios podemos hacer su Voluntad.

María se pone en camino de hacer la Voluntad de Dios yendo presta a servir a su prima Isabel. E Isabel, tocada por el Espíritu Santo, le confirma la grandeza de ser elegida por Dios para ser la Madre de su Hijo Jesús: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».

Sí el Señor así lo ha pensado y hecho, tengamos la confianza de que en Él podemos responder como María: "Hágase tu Voluntad", y ponernos en camino de hacerlo. Hacer su Voluntad no es sino tenerlo presente en cada momento de nuestro vivir esforzándonos en pensar y actuar como Él lo haría. Él estará pendiente para asistirnos.

miércoles, 14 de agosto de 2013

DESCUBRIR LA VERDAD


(Mt 18,15-20)

Se hace fastidioso, molesto e incómodo, pero es el único camino válido para descubrir la mentira, el egoísmo y la hipocresía. Hoy, el Evangelio habla muy claro: «Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano».

La elección esta clara; se puede decir más alto, pero nunca más claro. Si, es verdad que necesitamos paciencia, fortaleza y valentía, pero no estamos solos, el Espíritu Santo nos asiste y nos guía. Antes hemos orado y pedido luz y sabiduría para descubrir la verdad. Y sabemos que todo aquello que pidamos nos será dado por nuestro Padre Dios.

Tengamos confianza en las Palabras de nuestro Señor Jesús: «Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».


martes, 13 de agosto de 2013

EL MAYOR, EL MÁS PEQUEÑO

(Mt 18,1-5.10.12-14)


Es una contradicción, pues el más pequeño nunca puede ser el más grande. Los criterios del mundo son estos: los mayores son los que tienen más, los que almacenan más, los que ostentan más poder, los que coleccionan más títulos y alcanzan prestigios entre los hombres. 

Y, por el contrario, los pequeños son los que carecen de todo o casi todo: aquellos que dependen en todo de los demás. Pero, sin embargo, en el Reino de Dios el criterio es diferente: aquí son mayores los que nada tienen, los humildes y sencillos, los que mantienen una mirada limpia, transparente, capaces de amar. Esos son los mayores, los que ocuparan los primeros puestos.

Porque son capaces de hacerse pequeños entregando todos los talentos recibidos al servicio de los que lo necesitan. Porque siendo grandes se ponen a la altura del pequeño para servirle y ser como ellos. Esa capacidad de prescindir de tu grandeza para caminar en la humildad con los más pequeños es lo quedará a tu altura la grandeza, valga la redundancia, de ser grande en el Reino de Dios.

lunes, 12 de agosto de 2013

EL DESCONCIERTO DE LA MUERTE

(Mt 17,22-27)


Sin lugar a duda, hay momentos donde el sufrimiento nubla nuestra esperanza y en nuestra vida se hace oscuridad. Saber que la muerte no espera y que su llegada nos llega con sufrimientos, nos entristece. Eso fue lo que les sucedió a los apóstoles cuando Jesús compartió con ello lo que le iba a suceder.

Fue un día mientras estaban juntos, mientras compartían esos momentos de amistad y de cercanía que les unían y les permitía conocerse más. Jesús les descubre el camino de su Pasión, pero ellos no entendieron el mensaje, porque se quedan sólo con la muerte y olvidan, o ni la oyen, la Resurrección.

El cristiano sabe que tras la Cruz viene la Resurrección, y con la Resurrección la gloria de pasar eternamente la vida junto al Dios Padre, que ha entregado a su único Hijo a una muerte de Cruz por nosotros. Gracias a la acción del Espíritu en los Apóstoles, sabemos nosotros hoy esta buena noticia: La muerte está vencida y la esperanza de la nueva Vida alegra gozosamente nuestro camino por este mundo.

Pero antes hay un camino de cruz. Un camino donde recorrerlo exige vivirlo desde abajo hacia arriba, desde lo material de este mundo a la gratuidad del amor de Dios.

domingo, 11 de agosto de 2013

SIEMPRE EN LA VOLUNTAD DE DIOS



No se trata de cumplir, de, en ciertos momentos, hacer la Voluntad de Dios, sino de estar en permanente actitud de vivir haciendo la Voluntad de Dios. Y hacer la Voluntad de Dios sabemos que es olvidarse de uno mismo para darse al más cercano en ese momento; es enseñar ese Tesoro que has encontrado dentro de tu corazón y mostrar que otros también pueden encontrarlo; es dar plenitud a ese Amor que te desborda y te llena, para irradiarlo en otros corazones que lo necesitan...

Porque nos ha sido dado ese Reino, sólo tendremos que descubrirlo y comprarlo, vendiendo todo aquello que se interpone entre Él y nosotros, y usándolo como medio para llegar a mantenerlo como meta y fin de nuestro camino. Jesús es nuestro Tesoro, nuestro Camino, nuestra Verdad y Vida, y sólo Él vale la pena conservar.

Ni un momento de despiste, de hacer algo que le contradiga, de olvidarnos e imponer nuestra voluntad. Otra cosa son nuestros fracasos, nuestras debilidades, nuestros fallos y errores, pero siempre por la impotencia de nuestra pobre humanidad. Por eso, Jesús nos ama con Misericordia Infinita, y nos sostiene y perdona. Porque sabe de nuestros pecados.

Pero siempre en la actitud de, agarrados y mirándole a Él, estar en la lucha contra nosotros mismos de hacer su Voluntad, de esperar su segunda venida haciendo su mandato: Esforzándonos en amar como Él nos ama, porque lo que hemos recibido nos será exigido.

sábado, 10 de agosto de 2013

CUANDO PERDER ES GANAR




En muchos momentos de nuestra vida se piensa que un paso atrás es bueno para luego dar dos hacia adelante. Es decir, a veces se hace necesario perder para luego ganar. La vida se mide por las ganancias y, al parecer, lo que le interesa al hombre es ganar. Ganar en todos los órdenes de la vida.

Sin embargo, aquel que se ama a sí mismo, se pierde, dice Jesús. Y, por el contrario, quien se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. Diríamos que el cristiano creyente y seguidor de Jesús está siempre dispuesto a perder. Él se guarda el último lugar y hasta se olvida de sí mismo.

Morir a las apetencias, privilegios, intereses y comodidades de esta vida, para servir y entregarse a los demás. Se hace difícil comprenderlo y duro vivirlo. Es una lucha constante contra nosotros mismos y los ambientes que nos provocan y tratan se someternos. Pero ese es el camino, morir a nosotros mismos.

Lo bueno cuesta, y si no costara no sería bueno. Cuanto más la vida eterna y feliz que todos buscamos. No es el camino que el mundo nos ofrece el que conduce a la Vida, sino el camino de Cruz que Jesús nos propone: "morir como el grano de trigo para dar fruto".

viernes, 9 de agosto de 2013

MORIR NO ES EL PROBLEMA

Mt 10, 28-33

Un creyente en Jesús de Nazaret no tiene miedo a la muerte. Y no tiene miedo porque la muerte es un paso para la Gloria. Vivir eternamente es el deseo de todo ser vivo, por eso se lucha y se teme a la muerte. Vivir en Jesús, el Hijo de Dios vivo, es vencer a la muerte y nacer, o mejor dicho, continuar la vida de forma gloriosa, igual que Jesús, para siempre.

No cabe duda que desear la vida eterna significa vivir en plenitud. Plenitud de vida llena de felicidad y de gozo. Porque nadie desea vivir en la vejez, el sufrimiento y la angustia. La muerte es, en ese sentido, el momento más glorioso del hombre. Una gracia de Dios, porque en ella terminamos la etapa de esta vida sufriente, de cruz, y rompemos la maldición del pecado en Xto. Jesús, naciendo a la verdadera Vida: la Vida eterna.

Por eso, Jesús nos dice hoy que no temamos a aquellos que pueden matar el cuerpo, pero no el alma. Más, tengamos cuidado con los que pueden, no solo matar el cuerpo sino también el alma. Estando a su lado y de su parte, Él, el Hijo de Dios Vivo, estará también de nuestra parte. Y con, por y en Jesús nunca seremos vencidos, pues en Él seremos mayoría aplastante.

jueves, 8 de agosto de 2013

AGARRADOS AL ESPÍRITU SANTO



Por nosotros no lo sabemos. Es el Espíritu Santo quien pone en boca de Pedro la verdadera identidad de Jesús. "El Mesías, el Hijo de Dios Vivo". Hoy nos ocurre lo mismo, Jesús nos pregunta, pero nosotros distraidos en este mundo no sabemos responder.

Necesitamos la acción del Espíritu Santo y ponernos en sus Manos. Sólo en su asistencia podemos descubrir que Jesús es el Hijo de Dios vivo. Y también comprender que el camino es un camino de Cruz como el del Señor. Nos cuesta aceptar, como le sucedió a Pedro, que nuestro Señor tenga que pasar por la cruz. Y nos cuesta porque ese mismo camino tendremos que pasarlo nosotros si queremos seguirle y estar con Él.

Pedro fue recriminado por el Señor cuando se quería oponer a su misión de crucifixión, e igual nos ocurre a nosotros cuando rechazamos sus planes porque nos parecen incómodos y sufrientes. No hay otro camino de salvación sino el que nos marcó nuestro Señor Jesús, y ese es el camino de la Cruz. 

Agarrarnos a Él y pedirle las fuerzas necesarias para, venciendo al mundo y sus planes, aceptar y vivir en los planes del Padre Dios, es el camino verdadero por el que debemos recorrer nuestra vida.

miércoles, 7 de agosto de 2013

ALGUIEN LEJANO A SU PUEBLO

(Mt 15,21-28)

Es extraño, pero por extraño que parezca, la fe se descubre en aquellos que, en apariencias, no les pertenece o no deben tenerla. En este pasaje evangélico, una mujer cananea, extranjera, a quien no se le ha venido a proclamar la Buena Noticia, irrumpe en el camino de Jesús para pedirle la curación de su hija.

¿Tiene fe esta mujer? ¿De dónde le viene? Jesús se hace el indiferente alegando que ha sido enviado únicamente a las ovejas de Israel. Sin embargo, esta mujer, en lugar de amilanarse se planta ante Jesús y le pide que tenga al menos el derecho de coger lo que otros desperdician, pues los hijos de Israel ni se acercaban a comer el pan.

Jesús queda sorprendido por la fe de esa mujer cananea, y su respuesta no puede ser otra que: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas». Y desde aquel momento quedó curada su hija.

¿Dónde me ubico yo? ¿En el hijo que no escucha al Padre? ¿O en el extranjero que se acerca

La fe es un don de Dios, pero ese don, regalo del Señor, se le es dado a todo aquel que lo busca, que persevera, que cree y vive según cree. Tengamos la confianza de sabernos mirados por el Señor si le buscamos, se le seguimos con esa tenacidad y fe que lo hizo esa mujer cananea.

martes, 6 de agosto de 2013

UN ALTO EN EL CAMINO

(Mt 17,1-9)


Hay momentos que no podemos avanzar. Necesitamos pararnos y tomar oxigeno, reforzar nuestra fe, alimentar nuestra esperanza. Supongo que la subida al monte Tabor fue algo así. Los apóstoles estaban desanimados, desconcertados y hasta desesperanzados. Era necesaria una transfiguración del Señor para levantarles el ánimo y abrir sus confusas mentes.

Jesús escoge a los más íntimos o líderes, Pedro, Santiago y Juan, y los lleva con Él al Tabor. Allí se les muestra en la Gloria del Padre junto a Moisés y Elías, y una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle».

 Esta experiencia fue el detonante que les encendió el corazón y les abrió la mente. Todo empezaba a tener sentido, y tras la Resurrección todo se hizo Luz y Verdad.

Seamos pacientes y perseverantes y tengamos confianza en el Señor. Él nos dará la fuerza necesaria para el camino y para que también nosotros tengamos la luz de sentir lo bien que se está a su lado.

lunes, 5 de agosto de 2013

TODO TIENE REMEDIO, MENOS LA MUERTE

(Mt 14,13-21)

Nuestra vida está llena de sentencias y refranes apoyados en la experiencia de los acontecimientos que, a lo largo de la vida, nos descubren la realidad de la misma. Pero, la vida y sus hechos tienen Dueño, y ese Dueño la pone en evidencia cuando quiere y para que los hombres sepan quien es el Señor de todo lo creado.

Para Dios nada hay imposible, pero una cosa es decirlo y otra que los hombres lo vean y lo entiendan. Jesús, el Hijo enviado a revelar el Amor del Padre, aprovecha la ocasión para demostrar a los apóstoles que donde no hay posibilidad de comer, nuestro Padre Dios da de comer. No importa la cantidad de gente ni tampoco el lugar. Todo se hace para Gloria de Dios en su Hijo Jesús.

En Jesús, enviado para salvarnos, la vida tiene remedio y solución. Ya no es verdad la conocida frase de que, "todo tiene remedio menos la muerte", porque Jesús ha vencido la muerte y ha Resucitado. Nosotros también lo haremos, si creemos en Él. 

Podemos imaginar que pasaría después. ¿Cómo ha podido dar de comer a tanta gente? ¿Qué comentarios, reflexiones, supuestos y habladurías han derivado momentos después de experimentar que todos saciaban su hambre y llenaban sus estómagos? ¿De dónde, pues estaban en un descampado, se ha sacado tantos panes y pescado? ¿Qué se nos ocurre a nosotros, también, comentar?

Con Dios en nuestra vida las cosas tienen otro sentido y valor, y nada, por imposible que parezca, es imposible, pues Dios si conviene, puede hacerlo posible.

domingo, 4 de agosto de 2013

¿DÓNDE ASEGURAMOS NUESTRA VIDA?

(Lc 12,13-21)


Sin lugar a duda, todos corremos detrás del mejor seguro. Los seguros de este mundo nos ofrecen seguridades para que descansemos y no nos preocupemos. Las riquezas y toda cosa de valor exige de inmediato un seguro, porque todos codiciamos lo que, pensamos, nos da felicidad.

Y ponemos nuestros afanes en procurar bienes que nos den la posibilidad de vivir la vida cómodamente, banqueteando, bebiendo, viajando, descansando confortablemente...etc. Sin embargo, pronto observamos que todo eso, si bien nos satisface, no nos llena plenamente. Todo se acaba y vuelta a empezar. Llegamos a cansarnos, a aburrirnos y hasta odiar esa clase de vida.

La experiencia nos descubre que el camino está equivocado. Por ahí no llegamos a encontrar lo que queremos y para lo que estamos hecho. La felicidad no se encuentra en las cosas de este mundo, que se quedarán aquí y no nos las podremos llevar. Nuestra meta está en otra parte.

No pongamos nuestro fin en las cosas de este mundo, sino en llenar nuestro corazón del amor de Dios.

sábado, 3 de agosto de 2013

LA VERDAD COMPROMETE HASTA LA VIDA

(Mt 14,1-12)



Decir la verdad ha sido siempre complicado y peligroso. Por decir la verdad, muchos han perdido hasta la vida, y es que la verdad descubre la mentira en la que otros construyen su poder, sus riquezas y egoísmos. Mentir supone ocultar la verdad, y se oculta para apoderarse o realizar engaños que perjudican a otros y satisfacen y colman mis intereses y vanidades.

Juan el Bautista fue uno de esos hombres que por proclamar la Verdad, pagó con su propia vida. Sin embargo, la Verdad siempre emerge y nunca permanece oculta debajo de la mesa, porque está dentro del hombre para ser proclamada y puesta encima de la mesa a fin de ser vista e iluminar a todos los hombres.

Hoy siguen muchos otros pagando también el mismo precio: "La vida", por defender la verdad. Defender la verdad es enfrentarse a la mentira, y ese enfrentamiento siempre ha sido signo de lucha y muerte. Ahora mismo, en Pakistán, en la prisión de Sheikhupura, permanece encarcelada, en condiciones infrahumana, Asia Bibi. Encarcelada y condenada a morir en la horca por no renegar y defender su fe católica. 

Muchos defensores de la verdad han perdido su vida por perseverar y defender esa Verdad. Y es que la Verdad te hace libre y te fortalece hasta el punto de entregar tu vida. Sólo una Verdad es digna y merecedora de ser defendida hasta las últimas consecuencias: "Cristo, el Señor, el Hijo de Dios Vivo, Vive Resucitado entre nosotros".

Él es el Camino, la Verdad y la Vida, y quienes creen en Él resucitarán en Él y vivirán eternamente.

viernes, 2 de agosto de 2013

LOS MÁS PRÓXIMOS, LOS MÁS LEJOS


(Mt 13,54-58)


Parece una contradicción, pero se hace realidad cada día en nuestros círculos familiares. Es nuestra familia donde nuestro testimonio se hace más difícil y carece de credibilidad. La lógica y el sentido común nos indican lo contrario, pero la naturaleza de nuestra propia humanidad nos incita al odio, a la envidia y a la subestima de lo más cercano, de lo propio.

¿Cómo éste, de mi pueblo, va a ser mejor que yo? ¿Pero si éste es hijo de fulana o mengana, qué me va a enseñar a mí? Y añadan ustedes lo que quieran y hayan vivido por propia experiencia... Jesús no fue una excepción en esto, pues son sus propias Palabras la que nos lo dice: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio».

No convendría, ni haría falta decir más . Todo lo que falta lo podemos reflexionar nosotros. Esa es la  humilde intención: "acompañarnos a abrir caminos de reflexión que nos puedan servir para encontrar el verdadero camino", pero, una vez más, pasará lo profetizado por Jesús: "En casa no nos harán caso".

jueves, 1 de agosto de 2013

TODOS ENTRAMOS DENTRO DEL REINO


(Mt 13,47-53)

No hay otro lugar donde ir. Todos estamos llamados a entrar en esa red infinita que es el Reino de los Cielos. Allí todos terminaremos el recorrido de nuestro camino, pero dependiendo del cómo y por qué de nuestro camino, y según lo hayamos vivido, seremos cribados y separados a un lugar u otro.

Habrá una elección: los buenos que han vivido en la Voluntad de Dios, serán apartados para gozar de la dicha y la presencia del Padre; los malos, que han vivido según su propia voluntad o la de otros que los han dirigidos en la mentira y la perdición, serán arrojados al fuego eterno, y allí será el llanto y rechinar de dientes.

Son palabras muy duras y terribles, pero son palabras que Jesús ha pronunciado asegurándose de que lo hayamos entendido. Está todo claro y no podemos aducir confusión o que no lo sabemos. No perdamos de vista al Maligno que nos distrae y nos promete una falsa felicidad aparente apoyada en las cosas de este mundo, pero efímeras y caducas.

La advertencia es clara. El Señor nos habla claramente y nos previene del riesgo que corremos al no hacer su Voluntad. Sólo hay dos caminos: Buscar al Señor y vivir en la Verdad y el bien, o colocar nuestra vida en el precipicio de la muerte con las vanidades, riquezas y tesoros de este mundo que la esconden.

¿En que lugar estaré yo? Soy libre para poder elegirlo, y el Espíritu Santo está a mi lado para ayudarme a superar las dificutades que se me presenten en el camino. No tengamos miedo y pongamosno en Manos del Espíritu Santo, confiados en que ese es el camino de la verdad y felicidad.