martes, 30 de septiembre de 2014

SÓLO EN LAS CARENCIAS NOS PERFECCIONAMOS

(Lc 9,51-56)

La vida es elección, y en esa elección unos eligen la propia vida y otros eligen la muerte. Por y para eso se nos ha dado libertad y el buen gusto por las cosas buenas y la búsqueda de la felicidad. Pronto, no hace falta ser muy avispado, experimentamos que las cosas de este mundo nos gustan, pero no llegan plenamente a darnos esa felicidad buscada. Necesitamos algo más.

Y ese algo más nos lleva a la búsqueda de Dios, un Dios que en el Amor nos hace sus hijos y nos salva. Y que en nuestra propia experiencia de amor descubrimos lo que tanto buscamos, la felicidad, y una felicidad eterna. Por eso, el camino del Señor está apoyado en el amor, y el amor excluye todo mal, toda venganza y toda respuesta violenta. 

Es el caso del Evangelio de hoy. Los discípulos quisieron responder con violencia al rechazo samaritano de alojamientos de aquellos que se oponían a qué Jesús entrara en Jerusalén. Había divisiones y diferencias, y esas divisiones como también diferencias no existen donde vive el amor. Porque de ser así dejaría de ser amor. Jesús deja claro su misión. Ha venido a salvar no sólo a los que piensan de una manera sino también a los que piensan de otra. Todos son sus hijos y sus hermanos en la adopción del Padre que lo ha enviado.

Descubramos esas imperfecciones, que nos limitan y nos separan, para que, en el esfuerzo de despojarnos de ellas, encontremos el camino de unidad al que el amor nos llama. Y no lo hagamos solos, sino en la actitud dócil al Espíritu Santo y en la compañía de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael que el Padre nos envía para defendernos y protegernos. Amén.


lunes, 29 de septiembre de 2014

HAS DE VER COSAS MAYORES

(Jn 1,47-51)
 

Dios ve lo que hay en el fondo de nuestro corazón, porque es ahí donde se produce el bien y el mal. No está el pecado en las cosas de afuera, sino que se fragua dentro, en lo más profundo del corazón del hombre. Por eso Jesús advierte de la intención recta de Natanael. Sabe que dentro de su corazón se vive en la verdad y no hay engaño, y se lo dice a los que están con Él.

Ante la sorpresa de Natanael, que queda admirado de la videncia de Jesús y le confiesa su Divinidad proclamando que es el Hijo de Dios y el Rey de Israel, Jesús le promete que verá cosas mayores. Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Hoy celebramos la fiesta de tres arcángeles muy conocidos por nosotros: Miguel, Gabriel y Rafael. Tres arcángeles que están presentes en momentos muy puntuales e importantes en la vida del creyente. Miguel que nos defiende del peligro del Maligno y en el que ponemos nuestra seguridad en la lucha de cada día ante el demonio. Gabriel que nos anuncia el Mensaje de la Buena Nueva en la encarnación de nuestra Madre la Virgen María, y Rafael, que nos auxilia en el remedio y curación de nuestras enfermedades.

Pidamos al Señor que auxiliado en los tres arcángeles sepamos presentar batalla contra las tentaciones del Maligno, sabiduría en la proclamación del Mensaje de la Buena Nueva y remedio y alivio ante las enfermedades y sufrimientos que nos salen en el camino. Amén.

 

domingo, 28 de septiembre de 2014

LAS PALABRAS NO DICEN NADA

(Mt 20,28-32)
 
Una vez más, el Evangelio nos descubre que son las obras lo verdaderamente importante, y no las palabras. Porque de nada vale decir que iré si luego no voy. No podrás ocultar tu incumplimiento, y tu palabra quedará en entredicho. Quizás valdría más decir no, o decir sí, y cumplirlo en el caso que corresponda. Las medias tintas son todavía peor porque descubren indiferencia, tibieza y falta de responsabilidad.

 Quizás nuestra situación puede estar acomodada, situada y establecida de tal forma que decimos sí a muchas cosas, pero nos movemos poco respecto a la palabra que hemos dado. O incluso hacemos mutis alegando ciertas razones que existen en nuestra cabeza, pero no en la realidad. Sin embargo, estamos donde haya un cumplimiento o acto que se nos vea o que nos resulte cómodo.

El reto de Jesús debe ponernos en guardia, porque posiblemente aquellos que consideramos más alejados, más pecadores o más incumplidores, que han dicho en primera instancia que no, son los que compadecidos y arrepentidos, luego ponen sus brazos para echar una mano y ser misericordiosos y generosos. Y es que lo dice Jesús, y si Él lo dice y nos lo advierte debemos mirarnos seriamente.

Porque de nada me sirve decir que tengo fe y te sigo, Señor, si luego te veo por la calle o junto a mí en la parroquia, o en mi propia casa y te doy la espalda negándote. Dame fe, Dios mío, para que mi palabra vaya acorde con mi vida en tu seguimiento y mi cumplimiento. Amén.

sábado, 27 de septiembre de 2014

ENTUSIASMO EN TORNO A JESÚS



Jesús despierta admiración. Su personalidad, su acogida, su seguridad, su esperanza, su fe en el Padre que nos presenta, su interés y preocupación por nuestras necesidades y problemas suscita en nosotros atracción, entusiasmo y admiración.

Y Jesús consciente de ello nos previene de lo que va a sucederle. Nos anticipa que va a ser rechazado, insultado, abofeteado, ridiculizado, maltratado, martirizado y condenado a una muerte de Cruz. Y, en silencio, imagina y supone que será abandonados por todos sus amigos y discípulos, y hasta por los más intimos..

Nos resulta difícil pensar que Aquel a quien seguimos y admiramos termine así. Nosotros habíamos pensado y supuesto otro final. Pensábamos que su poder nos daría la independencia y la libertad. Íbamos por otro camino. Por eso no le entendíamos y ni siquiera nos atrevíamos a preguntarle con tal de no desengañarnos. No queríamos pensar que nosotros mismos fuésemos capaces de abandonarlo.

Nos resulta difícil pensar que nuestras esperanzas puestas en Él se desmoronen en un madero de cruz. No llegamos a entenderlo. Nosotros también pasamos por esa tribulación. Sentimos miedo de la cruz que se levanta en nuestro camino y tenemos no poder soportarla. Buscamos seguir al Señor por otra vereda más llevadera, más fácil y soportable. Pero nos equivocamos como los apóstoles.

El único camino es un camino de Cruz. Un camino que, en la medida que lo hagamos injertado en Xto. Jesús, seremos seguros vencedores. Amén.

viernes, 26 de septiembre de 2014

LA PREGUNTA SIGUE EN PIE HOY

(Lc 9,18-22)


Todos los días renovamos la respuesta que Jesús nos hace. Al menos creo que lo debemos hacer, porque nuestra respuesta la vamos completando cada día en la medida que vivimos en su presencia. No nos vale decir: Creo en Ti, Señor, y luego vivir desencarnado de su Voluntad y su Mandato de Amor.

Porque sólo en la medida que mi vida viva en su Amor y, desde Él, esforzándome en amar a los que me rodean y a las circunstancias que rodean mi vida, iré dando cumplida respuesta a su Voluntad. Tratar en verdad, en justicia y en paz, igual que espero ser tratado yo, con paciencia, con humildad, con comprensión...

Tratar a cada persona en el esfuerzo de ver al mismo Jesús en ellos. Y hacerlo desde la oración permanente, continua y perseverante, injertado en el Espíritu Santo.

Danos Señor la luz y la sabiduría de poder amar de la misma forma que Tú nos ama.

jueves, 25 de septiembre de 2014

REALMENTE, ¿BUSCO A ALGUIEN?




Sucede que por mucho que nos digan y escuchemos no nos enteramos. Y no nos enteramos porque no queremos enterarnos, pues no buscamos a nadie ni nos sentimos necesitados de nada vital que nos mueva a buscar. Se hace necesario estar necesitado o enfermo para correr en busca del médico.

Y muchas veces, por no decir casi siempre, buscamos al médico para que nos cure, y en la curación se acaba nuestra búsqueda. Con Jesús nos ocurre lo mismo. Lo buscamos con un sentido utilitario, para resolver nuestros problemas, y una vez resueltos termina nuestros deseos de búsqueda.

¿Quién es Jesús para nosotros? ¿Una caja mágica que nos espera y nos sirve para solucionar nuestras necesidades, apetencias y enfermedades? ¿O es nuestra esperanza y nuestra razón en donde encontraremos nuestra felicidad y vida eterna? Todo dependerá de lo que signifique Jesús para cada uno de nosotros.

No busquemos a un Jesús espectáculo, a un Jesús que nos sorprenda con algo mágico y nos deslumbre con un milagro o acto de poder. No, ni mucho menos. Jesús está en los pobres, en los necesitados y en los que buscan consuelo, justicia y paz. Y se nos ha revelado como el Hijo predilecto del Padre, enviado para salvarnos y entregado para ello en una muerte de Cruz.

Ilumina Señor nuestro camino para que busquemos al verdadero Jesús, Pan de Vida Eterna que ha bajado del cielo para hacerse comida de salvación para todos los hombres.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

ENVIADOS A PROCLAMAR EL REINO DE DIOS Y A CURAR



No está la vida ideada para el disfrute y el gozo personal, pues eso nos llevaría a caer en un egoísmo que traerá malas consecuencias y provocará enfermedades, envidias, estrés, locuras, carreras por disputas y competencias en todos los grados y banalidades. Nadie quiere quedarse por debajo cuando se pone el gozo y la satisfacción como metas y proyectos de vida.

Así, el hombre anda corriendo, enfermo, estresado, depresivo, triste, melancólico, explotado, sometido, esclavizado, encadenado a vicios que le dominan y le destruyen... Son los demonios de nuestra era cuando se busca la felicidad por caminos contrarios a lo que somos y estamos llamados. La paz sólo se encuentra cuando el hombre realmente se encuentra.

Y el hombre se encuentra cuando descubre que su misión es la de descubrir los valores del Reino de Dios y, en la vivencia de los mismos, transmitirlos y entregarlos, sanando y curando las dolencias de los hombres perdidos en el torbellino de un mundo alocado y perdido en el sin sentido y la locura.

No cabe ninguna duda que en la experiencia del darse, del entregarse y del compartir para curar o aliviar las dolencias de los más necesitados y, sobre todo, de los que buscan la verdadera sanación, se esconde el gozo y la felicidad que buscamos por otros caminos equivocados que terminan en el abismo de la locura y la muerte. Un mundo que no reacciona y que teniendo la Verdad se esconde como ciegos sin caminos en la oscuridad de lo absurdo.

Te pedimos Señor que, abriendo nuestros ojos, descubramos el tesoro que se esconde en el esfuerzo de darnos, de compartir y de anunciar que sólo en el encuentro contigo encontraremos lo que realmente buscamos, la felicidad y el gozo eterno. Amén.

martes, 23 de septiembre de 2014

BUSCANDO ACERCARNOS A JESÚS

(Lc 8,19-21)

Cuando quieres algo necesitas estar cerca para tener posibilidad de alcanzarlo. De la misma manera, para oír lo que Jesús dice es necesario estar cerca de Él. Sin embargo, una posibilidad, al menos yo la he oído, ocurre que cuando te importa alguien, tratas de protegerlo y apartarlo del peligro.

Pudo ser esa la causa de María y sus familiares la que les empujó a acercarse a Jesús en aquel momento. María, como Madre, le importaba mucho su Hijo Jesús, y sabía del peligro que corría ante los que le oían y le criticaban y le desprestigiaban. Una Madre sufre ante los insultos, críticas y habladurías que ponen a su Hijo en la calle. Y corre y se acerca a apartarlo de aquella gente.

Cuál es su sorpresa cuando Jesús, su propio Hijo, aprovecha esa oportunidad para afirmar más su Misión y su Amor a pesar de las ofensas y rechazos de los hombres. Y, aunque parece una contradicción, afirma más la grandeza de su Madre al ponerla como primer ejemplo de aceptar, obedecer y cumplir la Voluntad del Padre. «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».

Porque María, escuchando las palabras del Ángel Gabriel, es la primera en decir "Sí" a la Voluntad del Padre, y por Ella concebir al Salvador del mundo, su Hijo Jesús, para con su Muerte y Resurrección rescatar al hombre del pecado.

lunes, 22 de septiembre de 2014

SI PIERDES LA LUZ TE HUNDES EN LAS TINIEBLAS

(Lc 8,16-18)

Siempre me ha interpelado esta frase evangélica: «porque al que tenga, se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará». Y siempre me he esforzado en entenderla. Hoy creo, en el Espíritu Santo, dar un paso más claro en su entendimiento. Supongo, creo que es evidente, que aquellos que viven en la Luz atraen la Luz y todo a su derredor brilla y goza de luz. 

Es lógico que todo el que vive en la Verdad sea transparente y deja pasar la luz de la verdad a través de su vida contagiando, transmitiendo y alumbrando con la Luz de la Verdad. Cumple ese refrán que solemos decir: "El dinero atrae al dinero". En términos evangélicos diríamos: "La Gracia de la verdadera Luz atrae a la Luz". Y es que en la medida que vivamos en la Verdad, nuestra luz será más brillante y alumbrará a todos los que se acerquen a ella.

Por el contrario, quienes vivan en la oscuridad caminaran cada vez más en las tinieblas y sus vidas, opacas y a oscuras andarán perdidas y atormentadas en el sin sentido, vacío y pecado. Terminarán perdiendo incluso lo poco que creían tener. Y es que es evidente y lógico. También resumimos esa realidad con una frase refrán: "Quién mal anda, mal acaba".

Pidamos luz en nuestra vida para que seamos lámpara que alumbre, y no sombra que oscurezca el camino de la Verdad. Amén.

domingo, 21 de septiembre de 2014

EN CONSTANTE BÚSQUEDA

(Mt 20,1-16)

Si el Señor no nos busca estamos perdidos. Incluso, en constante búsqueda y llamada somos muchos los que permanecemos indiferentes y miramos para otro lado. Muchos ni quieren oír hablar de Él. ¿Qué sería de nosotros si el Señor no se preocupara  y nos dejase de la mano? No sería difícil imaginar la terrible tragedia de nuestra vida.

Sin Él nuestra vida carece de sentido, porque nuestra esperanza no existiría. Esperanza que todos tenemos, aunque muchos la pongan en otras cosas equivocadamente. Pero está ahí, y en Él somos constantemente llamados. A veces por las calles, en las plazas o en otros lugares, y por la mañana, tarde e incluso noche. El Señor quiere ocuparnos y despertarnos a trabajar por su Reino. Un Reino de justicia, de amor y de paz.

Independientemente de la hora a la que acudamos a su Viña, seremos siempre indignos de recibir salario alguno, porque por justicia no merecemos ser pagados. Si el Señor aplicara su Justicia nadie escaparía a su condena, pero es Misericordioso y, por su amor, no sólo nos llama, sino que nos perdona y hasta nos paga un salario. Un salario que distribuye según su Misericordia y su Bondad.

¿Quiénes somos nosotros para reprocharles? ¿Con qué autoridad levantamos nuestra voz para pedirle justicia al único y verdadero Justo? ¿Acaso no le debemos toda nuestra existencia? ¿Y no nos llama siempre, incluso cuando peor lo estamos pasando o más le necesitamos?

Demos gracias al Señor por buscarnos y preocuparse por nuestra indiferencia, nuestra pasividad, nuestra pereza y darnos la oportunidad de trabajar por su Reino, que es nuestro Reino, pues Él lo ha creado para y por nosotros. Amén.

sábado, 20 de septiembre de 2014

¿CÓMO Y EN QUÉ TIERRA PLANTO?


(Lc 8,4-15)

No podemos, Señor, dejar toda la eficacia al lugar o la calidad de la tierra donde caiga la semilla. También hay parte de culpa y responsabilidad del cultivador que la cuide y la cultive. Quizás muchas de esas semillas caídas o tiradas al borde del camino podían transportarse y plantarse en buena tierra donde poder germinar.

O las del terreno pedregoso y seco refrescarlas y humedecerlas para reavivar sus raíces. De la misma forma que las que crecen entre zarzas y abrojos ayudarlas a crecer evitando que sean absorvidas y ahogadas. ¿Qué clase de labrador soy yo? ¿Me basto yo sólo para cultivar mis semillas a mi manera, o cultivo, injertado en el Espíritu Santo, la Verdadera Semilla de la Palabra de Dios.

¿Y lo hago desde la doctrina regando esa tierra de normas, preceptos y mandatos, o la riego también con mi vida? Supongo que, independientemente de donde caiga cada semilla, también dependerá mucho del labrador que la cultive y la cuide..

Dame, Señor, la Gracia de ser un buen labrador y que cada semilla, empezando por la mía propia, sea cultivada desde la Verdad y la vivencia de tu Palabra. Amén.

viernes, 19 de septiembre de 2014

INVITADOS A PROCLAMAR

(Lc 8,1-3)

Hoy, el Evangelio del día, nos invita de manera especial a proclamar la Buena Noticia. En aquel tiempo, Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres... Así empieza el Evangelio narrando lo acontecido uno de esos días de la vida pública de Jesús.

En aquellos tiempos la proclamación se hacía cara a cara, de viva voz y cuerpo presente. También se transmitía de boca en boca, pero eso también implicaba un testigo y una presencia. Y no sólo iban hombres con Jesús, le acompañaba algunas mujeres como bien relata el Evangelio. Mujeres que habían  sido curadas por Él de espíritus malignos y enfermedades; mujeres fieles a su Mensaje y a su Palabra, y que le ayudaban con sus bienes.

Hoy ocurre lo mismo. Predicamos su Palabra con nuestra voz y el esfuerzo de nuestra vida. Pero también con la palabra escrita, como hago ahora, y por Internet llegando a todos los rincones del mundo. Y sin tu presencia ni tu propia voz, pero sí con una presencia virtual, constante, permanente y visualizada en imágenes o por hangout u otros medios.

 Muchas amistades han salido entre nosotros, algunos sin conocernos de forma física, pero sí, más importante, de pensamiento y de corazón. Por eso los encuentros personales tienen su importancia, y el IV Encuentro Internacional de Blogueros con el Papa, próximo ya a celebrar en Cádiz, es una inmejorable ocasión para vernos, animarnos, mirarnos a la cara, tomar un café juntos, sentir la cercanía y la presencia física y espiritual y sentirnos unidos en el mismo Señor y Dios verdadero.

Es la forma que hoy tenemos de continuar, injertados en Xto. Jesús, de proclamar el Evangelio. Confiados, sin complejos, sabiéndonos asistidos e iluminados por el Espíritu Santo y conscientes de que es el mismo Jesús quien, valiéndose de cada uno de nosotros, continua recorriendo los caminos y ofreciéndonos la salvación eterna.

jueves, 18 de septiembre de 2014

MUCHO ME TEMO SEÑOR QUE MI VIDA TE DEFRAUDE

(Lc 7,36-50)

No me siento digno Señor de merecer tanto amor y, menos, la salvación. Mi vida no es dinga de tanto amor y misericordia, porque no respondo a tu Voluntad. Estoy más cerca de ese fariseo engreido y soberbio que quiso valerse de tu buena y afamada reputación y, ni siquiera atendiéndote como manda la ley, te invitó a comer a su casa para pavonearse de tu presencia y amistad.

Porque Tú, Señor, estás con todos, con los que viven en la mentira y la hipocresía, y también con los que se esfuerzan en vivir en la verdad y el amor. Porque nadie tiene esa dignidad de vivir en la verdad y la justicia. Sólo Tú, Señor, eres Justo, Verdad, Camino y Vida Eterna.

Ante la conducta oportunista e hipócrita de ese fariseo, Tú le descubres sus intenciones y pensamientos que buscan desacreditarte y acusar a esa mujer que, agradecida y arrepentida, llora su pecado manifestándote alabanza y atenciones. Yo también quiero alejarme de esa imagen farisaica e hipócrita de tu anfitrión y estar más próximo a la de esa mujer que llora sus pecados y te reconoce su Señor.

Quiero acercarme a Ti, Señor, porque sé de tu Compasión y Misericordia. Porque sé que has venido para salvarme y darme la fuerza necesaria para transformarme de hipócrita en justo y humilde. Hoy me lo revelas y descubres en tu encuentro con Simón el fariseo y la mujer pecadora. 

Yo espero y te pido que me atiendas a mí también y me des la sabiduría de alabarte, recibirte con el agua para tus pies, el ungüento para tus cabellos y el beso de la paz. Y rendirme a tus pies para servirte según tu Voluntad. Amén.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

COMO NIÑOS EN LA PLAZA

(Lc 7,31-35)

Es frecuente encontrar diferentes opiniones y criticas sobre lo que se haga o se proponga en los grupos o comunidades. Pero más en los pueblos o barrios donde gravita la vida de una parroquia. Parece que nunca se acierta y, para unos la medida o norma no está nada bien, y para otros quizás sea excesiva o fuera de tono.

En resumen, que como nos proclama hoy el evangelio: Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: ‘Demonio tiene’. Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’.

Todo nos parece mal cuando pensamos que somos nosotros los que estamos capacitados para hacer o deshacer, y todo tiene que ir de acuerdo con nuestra manera de pensar y de ver. Porque también todo se nos tiene que consultar o se nos tiene que escuchar. Nuestra soberbia  busca razones para justificar nuestro orgullo, nuestra comodidad, nuestra pereza, ambiciones e intereses.

Y es que nos cuesta reconocer nuestros egoísmos y dar el brazo a torcer. Bañarnos de humildad y aceptarnos pecadores y necesitados de salvación redentora es el gran paso que nos cuesta dar. Todo encuentro con el Señor necesita pasos de humildad que nos ayude a reconocernos lo que realmente somos, pecadores necesitados de salvación.

Y para eso ha venido Jesús, para darnos la sabiduría y la fuerza de conversión que todos necesitamos para soportarnos, perdonarnos y amarnos. No hay otro camino.

 

martes, 16 de septiembre de 2014

EL HIJO DE LA VIUDA DE NAÍN

(Lc 7,11-17)

Supongo, no puedo entenderlo de otra forma, que la gente que presenció este milagro de Jesús quedaron tocados y, con toda probalidad, se convirtieron. No hay otra salida, sino la de creer al ver un chico joven en ataúd camino al cementerio para ser enterrado y, de repente, parado y llamado a la atención por Jesús, despierta, se levanta y se pone a hablar.

¿No es para arrodillarse y postrarse ante el Señor? ¿Es qué hay otra manera de reaccionar o responder? Supongo que eso fue lo que sucedió porque no se puede entender otra cosa. "El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». Y lo que se decía de Él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina".

Lo que nos cuenta el Evangelio es lo que todos, por pura lógica, pensamos que pudo suceder. No es normal resucitar a un muerto, y quién lo hace descubre y revela que tiene poder sobre la muerte. Pero al mismo tiempo, que nos revela su Divinidad al tener poder sobre lo natural, nos manifiesta su Amor Misericordioso al tener compasión de ella y preocuparse por su dolor y su llanto.

El Señor nos expresa el motivo de su misión: "Ha venido a salvarnos, ha darnos la esperanza sobre la muerte. Ya no es ella la que tiene la última palabra. Es el Señor dueño de la muerte y la vida. Y ha venido para darnos Vida en abundancia. 

Danos Señor la sabiduría de descubrirte como Hijo de Dios y Señor de la Resurrección, porque quienes creen en Ti tendrán Vida Eterna. Amén.


lunes, 15 de septiembre de 2014

EN EL CAMINO JUNTO A MARÍA


(Lc 2,33-35)

María, la Madre de Jesús, y también Madre nuestra, no sólo nos acompaña en el camino sino que también nos sirve de guía, ejemplo, testimonio y Madre. Ella que, desde la boda de Caná, indicó la hora para que Jesús irrumpiera públicamente convirtiendo el agua en vino, también hoy nos indica a nosotros que el camino de nuestra vida está en seguir a su Hijo.

Ella que, al pie de la Cruz, supo soportar, por la Gracia del Padre, el sufrimiento y sacrificio de su Hijo, tal y como años atrás le había profetizado el viejo Simeón, nos transmite la actitud, el camino y el testimonio de perseverar y confiar en su Hijo Jesús.

Por eso, María es Madre, y ya sabemos cómo se comportan las madres. Pero en María, la Madre de Dios, su forma de mirarnos, acompañarnos y arroparnos es especial, porque la Madre del Señor, llena de su Gracia, es especial. Su ternura, su sencillez, su paciencia, delicadeza, constancia, humildad y generosidad nos llena de fortaleza, de luz, de esperanza y alegría para, también como Ella, ver y entender que la Cruz, donde Ella acompañó y vio morir a su Hijo es signo de liberación y salvación.

Por eso, Madre, acompáñanos y guíanos por el camino que, junto a tu Hijo, Tú supiste recorrer y que comienza en Él y termina en Él. Amén.

domingo, 14 de septiembre de 2014

¡POR TU CRUZ, SEÑOR, HAS REDIMIDO AL MUNDO!

Jn 3, 13-17


No es cuestión de lamentaciones, ni tampoco de desesperación. Es verdad que estamos muy heridos, pero no muertos, y si el Señor, enviado por el Padre, no hubiese pasado, voluntariamente aceptada, por una muerte de Cruz, nosotros estuviésemos irremediablemente condenados a una muerte de perdición por nuestros pecados.

Pero nada de eso, Jesús, aceptando voluntariamente la Voluntad del Padre, se ha entregado libremente a una muerte de Cruz para remisión de nuestros pecados y, por su amor, a rescatarnos para la Vida Eterna. ¡Estamos salvados por la Cruz! Jesús, por Voluntad del Padre, ha bajado del cielo, no para jugarnoz sino para salvarnos del juicio, porque por el pecado estamos heridos y condenados, pero por el Señor y por su muerte en la Cruz hemos sido rescatados y salvados para la vida eterna.

En la Cruz, símbolo no de muerte sino de Resurrección, Jesús ha pagado por todos nuestros pecados y nos ha rescatado como hijos adoptivos del Padre igualándonos como coherederos de su Gloria. La Cruz se convierte en signo de esperanza, porque nuestra vida está llena de cruces, cruces que salen en nuestro camino aunque queramos evitarla. Cruces que nos acusan y nos persiguen cuando vivimos en la verdad y en la renuncia a la mentira e injusticia.

Son las cruces que cada uno encuentra en su propia vida. Cruces que como las alegría y penas aparecen y desaparecen y nuestra misión es aceptarlas siempre desde la Voluntad del Padre. Así hizo Jesús, el Hijo, y libremente y voluntariamente, acepto una muerte de Cruz para salvarnos.

Danos Señor la fuerza y sabiduría de saber aceptar las cruces que sirven para hacernos mejores y crecer en vivir y cumplir tu Voluntad, porque es esa la que nos salva. Amén.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Y ME LO REPITES EN EL EVANGELIO


(Lc 6,43-49)

Hoy he tenido un diálogo con el Señor en el camino hacia la Capilla de oración. La publicaré en el blog vivencia (140914), y ahora, inmediatamente, me lo repites de nuevo en tu Palabra Evangélica. No te amo más, me has dicho por el Espíritu Santo, por mis compromisos y prácticas de piedad contigo que por mis actos de bondad con las personas que convivo y se cruzan en el devenir de mi camino. 

Mi compromiso de amor no se exterioriza sólo en mis palabras, sino especialmente por mis obras. Obras que se concretan en el acontecer de mi vida diaria con las personas que me rodean y con las que conviven por el camino de mi propia vida. 

No estoy contigo, Señor porque te lo diga, sino porque mis obras en los demás lo certifican y corroboran. Dame la sabiduría, fuerza y voluntad de que mi piedad y cumplimientos vayan acompañados y refrendados por mis obras. Y acepta, Señor, mi corazón contrito, humillado y pecador que cada día, a pesar de mis buenos propósitos se hunde en el pecado de su carne y limitaciones. 

Inunda mi corazón Señor de buena semilla para que dé buenos frutos, porque de buena semilla sólo saldrá buenos frutos. Llena la tierra de mi vida de tu Palabra, para que escuchándola, no sólo la cumpla sino que también la viva apoyado, como casa en roca, en la fuerza y asistencia del Espíritu Santo.

viernes, 12 de septiembre de 2014

EN LA OSCURIDAD NOS PERDEMOS


(Lc 6,39-42)


La noche nos deja quieto, paralizados, incapaz de andar, al menos sabiendo bien a donde nos dirigimos y que suelo pisamos. Preso de esa necesidad de luz, el hombre buscó luz, y en el tiempo logró iluminar la noche, pero no así su vida. Se necesita una Luz Infinita para ver de dónde venimos, a dónde vamos y quienes somos.

Quizás vemos con la luz d este mundo, pero no alcanzamos a ver la Luz del otro. Y es el otro el que nos interesa, porque la Luz nos revela que es allí donde estamos invitados y destinados a ir y en donde colmaremos plenamente nuestras ansias de felicidad buscadas.

Hoy, Jesús, el Hijo de Dios, Luz Infinita, enviado por el Padre, nos descubre y revela el Amor del Padre y la promesa de salvación por los méritos de su Muerte y Resurrección entregada libremente. Y nos advierte de nuestra propia oscuridad y locura al querer también guiar a otros tan ciegos como nosotros. 

Como se nos ocurre, estando sucios, lavar a otros. ¿No será lo lógico mancharlo con nuestra suciedad más que limpiarlo? Corresponde primero limpiarnos nosotros para luego ayudar a limpiar a otros. Y es eso lo que Jesús nos denuncia, advierte y propone en el Evangelio de hoy con palabras más exacta y llenas de sabiduría: ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano».

Te pedimos Señor la luz que abra nuestros ojos para, no sólo caminar en tu Palabra al ritmo del Espíritu Santo, sino, con la sabiduría que viene de lo alto, alumbrar también el camino de mis hermanos. Amén.

jueves, 11 de septiembre de 2014

SIN PALABRAS E IMPOTENTES ANTE EL MANDATO DEL SEÑOR

(Lc 6,27-38)


Se te corta la respiración y te quedas sin aliento y con el corazón encogido. ¿Cómo podemos amar a los que nos hacen mal? ¿Acaso se puede? Pero, incluso, ¿se puede además de amarlos, no sólo desearles el bien sino hacérselos? ¿Es esto posible?

Humanamente no hay respuestas, porque ningún corazón humano es capaz de amar con esa fuerza y esas condiciones. Sólo desde la Fuerza y el Amor del Señor podemos conseguirlo. Amar de esa forma sólo lo puede hacer Dios, y Él puede concedernos esa Gracia y ese Don para también nosotros amar así. Por lo tanto, el camino está claro: "Esforzarnos en vivir en el Señor en las cosas de cada día, tanto las agradables como las desagradables, y, por su Gracia, aceptarlas pacientemente y agarrados a Él.

No hay otro camino. Sólo la experiencia, llegado los momentos de máxima tensión, nos hará experimentar la fuerza del Amor de Dios, y como injertados en Él podemos ser capaces de amar incluso a los enemigos. Necesitamos caminar junto al Señor y alimentarnos de su Cuerpo y su Sangre, y abrir nuestros corazones para estar dispuestos y disponibles, cuando Él quiera, a recibir su Gracia.

Gracia que nos fortalecerá y nos dará la capacidad de entrega, de desapego, de mansedumbre, de bondad, de paciencia y amor para darnos, sobre todo, a aquellos que nos rechazan, nos hacen mal y nada nos pueden devolver. 

Te pedimos Señor la sabiduría y capacidad de discernimiento para saber en todo momento esos momentos amorosos donde debemos darnos y entregarnos por amor al servicio de los hombres y en tu Nombre. Amén.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

NO PINTAN BIEN LAS COSAS CUANDO HABLAN BIEN DE NOSOTROS


(Lc 6,20-26)

No es cuestión de que se nos reconozca nuestras buenas obras porque esas salen por sí solas a la luz, sino que con frecuencia la verdad interesa esconderla y que quede sólo la mentira al alcance de la vista de los hombres. Desde esa experiencia, la fama no tiene buena pinta, porque suelen ser bien considerados aquellos que esconden la verdad para vender la mentira. Mentira que busca enriquecerse y acomodarse a costa de otros que sufren y son explotados.

Quienes han hecho de este mundo su huerto particular para recoger sus frutos en provecho propio, sin tener en cuenta las carencias, necesidades y situaciones de otros, han tenido ya su gozo y su premio. Jesús lo descubre muy claramente y no deja lugar a duda: «Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo».

No se trata de pasarlo mal, ni tampoco de buscar el sufrimiento sino simplemente aceptar los contratiempos y compartir. Compartir no sólo con los míos sino también con los que más lo necesitan. En ese trayecto encontraremos exigencias de renuncias, de sacrificio, de tristezas y de alegrías, porque lo compartido desde la gratuidad y el desinterés brota del compromiso del amor y eso descubre el verdadero gozo y felicidad.

Danos Señor la sabiduría de darnos y entregarnos a los demás desde el compromiso del amor apoyado en tu Amor

martes, 9 de septiembre de 2014

NOCHE DE ORACIÓN Y MISTERIO

(Lc 6,12-19)


Nunca sabremos como fue la oración de Jesús aquella noche. Sabemos, eso sí, que después de pasarse la noche orando, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos. Imaginarnos que sería una elección difícil, pues siempre se hace duro elegir a unos y dejar a otros. Y decidió llamar apóstoles a los elegidos.

Suponemos también que Jesús en su oración pediría luz y sabiduría para, en total armonía y sintonía con el Padre, y asistido por el Espíritu Santo, elegir a esos doce apóstoles para encargarlo de fundar su Iglesia. Apóstoles que tuvieron sus dudas y dificultades, e incluso uno les abandono y traicionó a Jesús, pero la Iglesia de Jesús, continuada por Él en el Espíritu Santo ha seguido su camino en la extensión de su Mensaje.

Sin lugar a duda, la gente se agolpaba a su paso y les seguían. Buscaban oírles y ser curados y trataban de tocarle, pues salía de Él una fuerza que los curaba a todos. Y hoy ocurre lo mismo. La gente acude al Señor a través de su Madre y por su intersección, y también  a través de muchos santos que, por la Gracia del Señor, han hechos curaciones y milagros.

Es Medjugorje un lugar donde se están produciendo muchas conversiones por intercesión de la Virgen y también otros santuarios, como Lourdes y Fátima, donde se producen milagros y curaciones. No debemos extrañarnos, pues el mismo Jesús nos invita a pedir por nuestras necesidades y a confiar en ser escuchados y atendidos.

¡Señor, convierte nuestro corazón en un corazón agradecido, generoso y entregado, para que, en pleno contacto contigo por medio de la oración, perseveremos y vivamos según la Voluntad del Padre tal y como Tú nos has enseñado! Amén.

lunes, 8 de septiembre de 2014

TODO DE FORMA NATURAL COMO CUALQUIER GENERACIÓN

(Mt 1,1-16.18-23)


No son extraterrestres, ni tampoco gente extraña. Son gente de la especie humana como nosotros, y tan normales como nosotros. El Hijo del Hombre nace de una mujer de la especie humana, sencilla, humilde y pobre. Una mujer que pasa desapercibida, sin notoriedad ni relevancia alguna.

Pero lo importante y llamativo es que Dios se hace presente entre los hombres por medio de una mujer, María, y que esa mujer es desposada con José, engendrado por Jacob. Y que de esa unión, sin llegar a vivir juntos, María es elegida para ser la Madre de Jesús por obra del Espíritu Santo. Eso movió la intención de repudio de José que más tarde, avisado en sueños por el Ángel, fue advertido de la intervención de Dios.

Sabemos, los que leemos el Evangelio, lo acontecido en este pasaje de las Escrituras, pero lo importante es, como María, reflexionar sobre el nacimiento del niño Dios en nosotros y la disponibilidad de nuestro corazón para guardar, cuidar y vivir las actitudes y estilo de amor de Jesús para con los demás. Esa es la cuestión y no otra. No nos sirve para nada conocer y saber lo ocurrido sino la disponibilidad del amor que estamos dispuestos a gastar.

Esa es nuestra verdadera deuda, volcar todo el amor posible de nuestro corazón, para hacerle un hueco al niño Dios. Y eso sólo se le puede hacer en la medida que estemos cada día más dispuestos a gastar el amor que atesora nuestro corazón.

Pidamos a María que nos enseñe e interceda, como hizo en Caná con su hijo, para que cada uno de nosotros sea cada día más vino bueno y menos agua insípida.