jueves, 30 de abril de 2020

VIVIR, POR LA GRACIA DE DIOS, EN LA LUZ

Comentario Palabra de Dios: “Se sentarán a la mesa…” ( Lc 13,22-30 ...
Jn 6,44-51
Muchas veces me asalta la idea de, ¿por qué mi acercamiento a Dios? Concretamente, ayer, me vino esa pregunta a mi mente y pensaba que, de mi familia, soy el único que de manera comprometida participo en mi parroquia y, salvo en esta época del covid19, participo y celebro la Eucaristía todos los días. Y hoy aparece este Evangelio que dice: Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae.

Y, como deben de suponer, conecté enseguida con esos pensamientos que me asaltaron ayer. ¿Dios me ha atraído a su Hijo? ¿Por qué a mí de toda mi familia? Porque, ni mis padres ni hermanos han sido y son religiosos o creyentes en un sentido peyorativo de la palabra. 

Reconozco que me he quedado sorprendido, pero, al mismo tiempo, tranquilo y, en lo más profundo de mi corazón, un cierto regusto de bondad, de dicha y de felicidad. Sí, recuerdo que desde muy pequeño me he sentido atraído por la Verdad, la justicia y el amor de Dios. He sentido atracción por su Palabra siempre verdadera, amable, buscando el bien y la justicia y, sobre todo, por su anuncia de la Resurrección y la plena felicidad. Y en la medida que he ido creciendo esa idea nunca me ha abandonado.

El mundo en que vivo no responde a esos sentimientos y deseos que anhela mi pobre corazón. Sin embargo, la Palabra de Jesús, sí. Es lo que siempre he buscado y sigo buscando. Y hoy me encuentro muy feliz y contento porque recibo la noticia de que Dios, nuestro Padre, es quien me ha llevado a su Hijo. Él ha sido quien me ha elegido y quien me ha puesto en el camino de su Hijo.

Ese maná que Dios Padre dio a su pueblo en el desierto por medio de Moisés, hoy Dios nos lo da a nosotros, por medio de su Hijo, Pan de Vida Eterna, para que nunca más tengamos hambre y sed. Igual que aquellos en el desierto, hoy, también nosotros, tenemos que dar un paso hacia adelante y acercarnos a la Eucaristía para comer de ese Pan de Vida Eterna. Dios envía a su Hijo para que, en y por Él tengamos la Vida Eterna.

miércoles, 29 de abril de 2020

DESCUBRE A DIOS EN LO PEQUEÑO

Lời nguyện chung Chúa nhật XIV thường niên A
No te afanes en buscar en las grandes historias ni en los altos intelectos. La sabiduría de Dios está en las cosas pequeñas y, por supuesto, en los hombres humildes y pequeños. Pequeños en poder y riqueza que no les permite ensoberbecerse ni en moverse con una actitud arrogante y suficiente. Dios ha querido manifestarse en lo más bajo y pequeño tomando la humildad como su signo más visible.

Su vida aparece dentro de una familia humilde y viene a este mundo en un establo, apartado de toda riqueza, lujo y rodeado de la sencillez que rodea y destaca en los más pobres. Su vida se moverá dentro de la sencillez, el trabajo y la humildad. Y es, precisamente, en esa gente sencilla y pobre donde Dios, a través de la Palabra del Hijo, derrama su Sabiduría y su Verdad. Repetidas veces nos descubre que su intención es venir a salvar a los pecadores, y los pecadores se encuentran en la gente más marginada, más carente de todo lo necesario y, por supuesto, en los más pobres y pequeños.

Porque, son esos, los pequeños, los más necesitados de salvación y lo que, por supuesto, más se abren a las enseñanzas y anuncio de la Palabra de Dios. No hace falta desarrollar más esta afirmación porque la hemos experimentado y vivido por nosotros mismos. Y, porque a lo largo de toda la historia así se ha manifestado. Los grandes y poderosos siempre han cerrado sus corazones a la Palabra de Dios.

La altura de Dios, decía San Agustín, hay que comprenderla desde su bajura. Es decir, para entender la grandeza de Dios, hay que comprender primero su bajura, su pequeñez, su despojo, a sí mismo, tomando forma de siervo y hecho igual a los hombres... - Filipenses 2, 6-11 -  y estando en esa condición de hombre se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por lo tanto, quienes siguen al Señor y le buscan, tendrán que hacerlo en lo pequeño, en lo humilde y en los pobres y sencillos.

martes, 28 de abril de 2020

YO SOY EL PAN DEL CIELO

Catholic.net -
Jn 6,30-35
Todo alimento material es perecedero y, caducado, nos deja en el mismo estado o, quizás, peor. Tenemos que buscar un alimento imperecedero que nos sostenga eternamente y dichosos. Y en este mundo todo lo que existe perece, porque pertenece al mundo y el mundo tiene su fin. El Antiguo Testamento es figura del Nuevo y todas las profecías que en él se hacen tienen su cumplimiento en el Nuevo Testamento.

Moisés, por la Gracia de Dios, alimentó al pueblo por el desierto con el mana bajado del cielo. Pero, ese pan no sirvió sino para un tiempo determinado. Lo mismo ocurre ahora con la multiplicación de los panes. Aquellos hombres y mujeres fueron alimentados hasta saciar su hambre. Pero, ¿y cuando el hambre vuelva otra vez? Esa hambre y esa sed nunca quedarán saciadas y siempre estaremos hambrientos y sedientos.

El hombre busca un pan que le sacie plenamente y eternamente, y ese Pan es el Señor: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed».

No hay otra alternativa ni otro mensaje. La Buena Noticia es siempre la misma, la única que hay: El Señor es tu único Dios y a Él sólo adorarás con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser y con todo tu corazón. Y Él es el verdadero y único Pan del Cielo, que te alimenta hasta darte la plenitud de la Vida Eterna. Él es el Camino, la Verdad y la Vida y sólo a través de Él encontraremos la manera de saciar nuestra hambre y sed de manera eterna. Busquemos sin cesar al Señor Jesús.

lunes, 27 de abril de 2020

LA FE NO ENTRA SINO POR LA GRACIA

Juan 6,22-29 | Evangelio del dia, Leer y Vida
Jn 6,22-29
Somos cabezudos y, lo somos, porque no nos queda otro remedio. Si bien, es verdad, unos lo somos más que otros, pero, en general lo somos todos. Y es que la fe no entra con razones, ni con estudios, ni con, siquiera, saber y conocer la Escrituras y la vida de Jesús. Es bueno e importante conocerlas, pero la fe es un don de Dios y nos entra solo por la Gracia.

Pero, también experimento que esa Gracia me será dada por mi insistencia, mi cabezonería y perseverancia en reflexionar, estudiar y conocer las Escrituras y, por supuesto, la Vida y Obra de nuestro Señor Jesús. El maestro es más tolerante y benévolo con aquellos alumnos que trabajan y se esfuerzan en aprender la materia que el maestro enseña. Cuánto más nuestro Padre Dios que, viendo nuestro empeño y nuestro esfuerzo me dará lo que necesito para entenderle, conocerle y creer en Él.

Y es que la cuestión está en nuestra actitud. Buscamos al Señor por y para nuestros intereses y por sus obras. Queremos sacar algún provecho de los signos, milagros y generosidad que el Señor nos muestra y pedirle que nos solucione todos nuestros problemas y nos conceda toda clase de bienes, salud y felicidad. Y Jesús nos recrimina y nos saca del error: Su camino es la cruz y quienes le siguen deben saberlo y tomar el mismo camino.

Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello». Ellos le dijeron: « ¿Qué hemos de hacer para realizar las obras de Dios?». Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado». ¿En qué actitud o lugar te encuentras tú, entre los que le buscan con intención de seguirle por amor, o los que le buscan por interés?

domingo, 26 de abril de 2020

ES NECESARIO Y FUNDAMENTAL CONOCER LAS ESCRITURAS

Companions on a Faith Journey: Emmaus - April 30, 2017
Lc 24,13-35
Para apreciar a un amigo y confiar en él hay que, previamente, conocerle. Y el conocimiento de una persona no se puede adquirir en unos días, ni siquiera años. Se necesita estar con él, convivir con él y mucho tiempo para irle observado, escuchando e intimando. Ahora, asumidas estas premisas, podemos preguntarnos, ¿conocemos a Jesús, el Señor? ¿Sabemos y creemos que es el Señor, el Hijo de Dios Vivo? ¿Realmente, lo crees? Si es así, ¿cómo lo demuestras? Tus palabras y tu vida van de acuerdo y conforme al Plan que ha preparado su Padre enviándolo a Él a anunciártelo.

Tratar de responderte a esas preguntas es suficiente para ponerte en camino. Preguntas que duraran toda una vida, tu vida, y que exigen conocer muy bien al Señor Jesús. Y, como no somos sus contemporáneos, tenemos que recurrir a la Iglesia, la que Él ha dejado como depositaria de su Palabra. La Iglesia que se apoya y mama de las Escrituras que hablan del Plan pensado por Dios y la vida y obras del Mesías enviado, nuestro Señor Jesús. De esa manera le conoceremos bien y así podremos creer y confiar en su Palabra y en su presencia - ha Resucitado - entre nosotros.

Los apóstoles lo conocieron bien, sobre todo después de recibir al Espíritu Santo. Aquellos dos discípulos de Emaús, derrotados y tristes, habían dado por saldada la misión de la que les habló Jesús. ¿Cuál era la causa? Desconocían las Escrituras que, luego, Jesús, ya Resucitado, les fue descubriendo y exponiendo. Y el resultado fue que sus corazones ardieron de entusiasmo y esperanza hasta el punto que, al partir el pan, le reconocieron. ¿Le reconocer tú? 

Tendremos que esforzarnos en conocer mejor las Escrituras. No sólo conformarnos con lo que oímos en las hermosas homilías de las misas, sino con nuestro trabajo y nuestras lecturas diarias. Cada paso en las Escrituras habla del Plan de Dios y como se va gestando hasta la venida de Jesús. Él es la hora definitiva donde el Amor de Dios se revela plenamente a los hombres. Ya, como se dice en la primera lectura de hoy domingo, el rey David lo anunciaba.

sábado, 25 de abril de 2020

ID SIGNIFICA SALIR

Lectio Divina Ascensión del Señor (Mc 16,15-20) | Biblia y ...
Mc 16,15-20
La consigna es salir a proclamar el kerigma, es decir, Cristo ha Resucitado. Ese es el fundamento de nuestra fe. Sin la Resurrección todo se hubiese terminado una vez muerto Jesús en la cruz. Pero, para dicha de todos, sucede lo contrario. La Resurrección empieza en la Cruz, sobre todo en ese momento que Jesús deja este mundo para subir al Padre.

Pero, no se va y nos abandona. Nada de eso. Jesús se queda y ha Resucitado para dejarnos ese testimonio de triunfo y de Vida Eterna. Y permanece entre nosotros Vivo, real y verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del Altar, la Eucaristía. Y eso, aparte de vivirlo hay que anunciarlo. Anunciarlo con alegría y sin miedo. Anunciarlo a todos aquellos que quieran escucharlo y aceptarlo, porque no se trata de imponer nada sino de anunciar que la vida es Vida Eterna si crees en Jesús, el Hijo de Dios, que ha vencido a la muerte y ha Resucitado.

Por eso, y a eso, Jesús nos envía a anunciar la Buena Noticia: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará». Así de claro. No tenemos que desesperar por no ser escuchado, la verdad emergerá tarde o temprano y los hombres y mujeres de buena voluntad abrirán sus oídos y ojos para aceptar la Verdad. Porque, Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida.

Todo anuncio exige salida. No puedes anunciar nada quedándote quieto, parado en el mismo lugar. Necesitas movimiento, al menos de tu voz, de tu noticia, de tu anuncio para que llegues a muchos lugares y en el camino vaya derramando el aroma de felicidad que contiene la Buena Noticia de Salvación. 

viernes, 24 de abril de 2020

MULTIPLICAR NUESTROS RECURSOS

Palabra de Dios diaria.: LECTURAS DEL LUNES III DE PASCUA 11 DE ...
Jn 6,1-15
Creo y supongo que todos los hombres quieren acabar con el hambre en el mundo. Incluso los más despiadados y egoístas. Es una aspiración humana que nace en lo más profundo de nuestro corazón. Y, posiblemente, algunos que así no piensen, se debe a que sus corazones han sido pervertidos por el Maligno. Porque, toda persona de bien quiere socorrer y abastecer al mundo de la abundancia de pan. 

Hoy, en el Evangelio se dibuja esa estampa, donde se sacia al hombe con panes y peces y se colma el hambre del mundo. Esa es la imagen que podemos simbolizar en esa multiplicación de panes y peces. Jesús se preocupa por el hombre por amor. La Voluntad del Padre, que lo ama con locura, es conocida por el Hijo que, al hacer la Voluntad de su Padre, ama también al hombre hasta el extremo de dar su vida.

Ahora nos corresponde a nosotros ser multiplicadores de panes y peces y proveer al mundo de la abundancia para que satisfaga su hambre. Pero, un hambre no solamente de pan, sino también de amor. De un amor que nace de la unión con Xto. Jesús y del alimento que nos da con su Cuerpo y su Sangre. Porque, para dar, primero tenemos que llenarnos de ese Pan Eucarístico que nos dé la fortaleza y la sabiduría para darnos luego a los demás.

Se trata de descubrir dónde está mi pan y mi pez que yo puedo aportar al mundo y, comprometido por amor, compartirlo. Es la única hoja de ruta para luchar y erradicar el hambre del mundo y de avivar la sed y el hambre de amar y compartir fraternalmente con los demás.

jueves, 23 de abril de 2020

POR ENCIMA DE ESTE MUNDO

El que cree en el Hijo tiene vida eterna (Juan 3,31-36)
Jn 3,31-36
Sabemos lo que nos espera en este mundo. No tenemos conciencia de cómo hemos venido a este mundo, ni tampoco cuando, pero sí de que estamos en él. Hoy tomamos conciencia de que existimos, de que hemos nacidos y de que moriremos también, pero, ¿todas nuestras esperanzas son de este mundo? Porque, de de ser así nuestras esperanzas son muy limitadas. ¿A qué aspiramos si todo se acaba en este corto mundo?

Todos sabemos, porque lo hemos experimentado, que nuestras aspiraciones más profundas están más arriba de este mundo. Es decir, aspiramos a algo más que a las cosas de este mundo. Para empezar, deseamos y queremos ser eternos, vivir para siempre y experimentamos que eso es lo que nos embarga y llena de felicidad. De hecho, pasamos nuestra vida cuidándonos y tratando de estar siempre saludable. ¡No queremos morir!

Y es justa esa aspiración porque hemos sido creados para la eternidad. Jesús, el Señor e Hijo de Dios, ha venido, no para juzgarnos sino para salvarnos. Él nos viene a dar la salvación eterna y la plena felicidad, pero, cuenta con que nosotros la queramos. Nos la ofrece gratis porque su amor es de locura. Nos ama tanto que nos entrega su propia Vida. El Padre así se lo ha mandado y Él, fiel y dócil a su Padre lo ha aceptado voluntariamente. 

Y nosotros, ¿a qué esperamos? Porque, la vida eterna está en creer en su Palabra y seguirle en la actitud y el esfuerzo de seguirle a cada instante de nuestra vida. Todo lo demás no importa. Son palabras y cosas de este mundo que aquí mismo se quedarán. Sólo Él es Vida Eterna y ha venido a dárnosla gratuitamente. No perdamos más tiempo y sigamos tras sus pasos.

miércoles, 22 de abril de 2020

NUESTRAS ACTITUDES VAN DESCUBRIENDO NUESTRO JUICIO

JUAN 3,16-21 | Frases de bendiciones, Frases cristianas y ...
(Jn 3,16-21
No hace falta llegar al final para saber el resultado de nuestro propio juicio. Parece una tontería o que, al menos, no nos preocupa tanto, pero la realidad es que cada día añadimos hechos, pruebas en el sumario del juicio de nuestra vida. Poco a poco, y día a día vamos dando contenido y criterio al resultado del juicio de nuestra vida. Tus actitudes buenas o malas irán definiendo y emergiendo el resultado del mismo.

Dios ha enviado a su Hijo al mundo, no para juzgarlo, sino para darle la oportunidad de salvarse. Y en ese mundo estás tú y, también yo, por tanto, ambos, como todos los demás, tenemos la oportunidad de salvarnos. Una salvación que dependerá de cada uno y de la elección que haga. La oferta del Hijo, nuestro Señor Jesús, está siempre abierta y en espera a nuestra respuesta. Él es la Luz, el Camino, la Verdad y la Vida, por tanto, conviene caminar por donde Él nos señala y nos indica.

Si escoges otros caminos que, precisamente, el mundo te ofrece te encontrarás en las tinieblas y la oscuridad llevará tu vida al precipicio. En ese camino de tinieblas, cada uno de nosotros nos vamos juzgando según nuestros actos sean conforme al Plan de Dios o, por el contrario, sean según nuestros propios planes. Creo que todos lo entendemos claramente. Vivir según la Voluntad de Dios implica amar, y amar a los más desfavorecidos, a los marginados, a los ignorantes, a los pequeños y sometidos a la decisión de los poderosos.

Y, estos tiempos como también otros, dejan claro y al descubierto quienes son los pequeños y excluidos. Y es en ese sentido donde deben ir dirigidos nuestros esfuerzos y nuestros actos, porque, al final no te van a preguntar otra cosa sino lo que hayas hecho en ese sentido: Porque, tuve hambre y me distes de comer, estuve desnudo y me vestiste...etc.

martes, 21 de abril de 2020

CON EL BAUTISMO NACEMOS A UNA VIDA NUEVA

Nicodemus Canvas Print / Canvas Art by John Lautermilch
Podemos ser buenas personas y cumplidores de los mandamientos de la ley de Dios, pero, si nos quedamos enclaustrado en eso no estamos respondiendo al compromiso de nuestro bautismo. Porque, corremos el riesgo de creer que ser cristiano y seguir a Jesús consiste en hacer algunas buenas cosas, cumplir con la ley y se acabó. No sería nada difícil seguir de esa manera a Jesús y de ser cristiano. En eso estaban comprometidos los fariseos, eran fieles cumplidores de la ley y en eso y por eso se sentían buenos y mejores que los demás. Sin embargo, ¿todo consiste en cumplimientos?

De ser así, supongo que no sería muy difícil ser buen cristiano, y, según la opinión de todos, seguir a Jesucristo se hace difícil o casi imposible. Sobre todo si lo queremos hacer con nuestras fuerzas y por nuestra cuenta. Y, no tendría ningún sentido el bautismo y la venida del Espíritu Santo, porque, si todo consiste en cumplir unos preceptos, la asistencia del Espíritu parece que sobra o, al menor, no tiene mucha importancia.

Es todo lo contrario, Jesús lo dice muy claramente en el Evangelio de hoy: «No te asombres de que te haya dicho: ‘Tenéis que nacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu». Nacer a una vida nueva significa abrirse a la acción del Espíritu Santo y a dejarse llevar por Él. Eso es ya más difícil, porque los planes y proyectos que tiene el Espíritu para ti son muy diferentes a los que tú piensas y proyectas en tu vida. 

Es el Espíritu Santo el que te mueve y te impulsa y te lleva según los que Dios quiere de ti. Y, en esta disponibilidad, vas experimentando como tus propios planes no son los mismos del Espíritu Santo. Por eso, nacer a una vida nueva es ponerse en Manos del Espíritu Santo.

lunes, 20 de abril de 2020

NACER DE NUEVO

Nicodemo, el simpatizante rico de Jesús
Jn 3,1-8
Cuando tú quieres empezar algo nuevo tratas de renovarte, de cambiar y de empezar tu vida de otra forma. Proyectos nuevos demandan vida nueva. Hasta cierto punto es razonable. Nicodemo, que temía ser visto por los demás y que descubrieran su sentir y admiración por Jesús. Y, sobre todo, su concordancia con lo que Jesús decía y hacía, se acercó a Él por la noche con la intención de no ser visto.

También hay muchos Nicodemo en nuestra época de ahora que llevan una doble vida o una vida de fe algo descafeinada, oculta y escondida. Una vida de fe de dos caras, una religiosa cuando se está en la comunidad, y otra diferente cuando se vive en la relación con los demás socialmente. Sin embargo, Nicodemo, más que ocultarse era prudente y, por las circunstancias, no podía romper con su situación de forma repentina. Necesitaba madurar.

Nacer de nuevo exige un cambio brusco, aunque eso no signifique que sea de la noche a la mañana, sino que ese cambio, con el tiempo irá creciendo en madurez y entrega. Porque, cuando se abre el corazón a Cristo nuestra vida cobra, se despierta y ve un mundo diferente, un amanecer con ojos lleno de amor para ver el mundo con humildad, paciencia, comprensión, suavidad y bondad. Nacer de nuevo significa nacer del Espíritu de Dios que, en nuestro bautismo, al recibir al Espíritu Santo renacemos a una vida nueva.

Y permanecer en el Espíritu Santo nos exige estar abierto a sus impulsos, que traerá, como consecuencia, despojarnos de nuestros proyectos e ideas para iniciar lo que el Espíritu nos señale y a donde el Espíritu Santo nos lleve. Como vemos, se trata de un nuevo camino, que no tiene que ser un camino diferente al que estamos recorriendo, sino un camino con una mirada nueva y desde la acción del Espíritu Santo.

domingo, 19 de abril de 2020

EL REENCUENTRO

Apariciones a los discípulos, Vida de Jesús de Aplicaciones ...
Jn 20,19-31
Están asustados, temerosos, inseguros, en la oscuridad sin saber qué hacer, que esperar y a dónde ir. ¿Te recuerda algo esas actitudes y situaciones? Posiblemente sí, eres tú y yo que en muchos momentos de nuestras vidas actuamos y nos comportamos así. Estamos llenos de miedos, de inseguridades, de dudas y de temores. Permanecemos con las puertas de nuestros corazones cerrados y a oscuras y no nos atrevemos a salir y a dar testimonio de fe de Aquel en quien creemos.

Somos cristianos encerrados en nuestra alma y en otras situaciones de nuestra vida exterior. Somos cristianos dispersos e individuales y así nos será imposible de transmitir el amor del Señor y su mensaje de la Buena Noticia. La suerte es que Dios nos quiere tal como somos y confía en que queramos cambiar, porque, en y con Él, podemos seguro. Ahora, serás tú, porque, Dios lo ha querido así, quien tendrá la última palabra de tu propia decisión.

Los apóstoles estaban en esa situación y Jesús se les aparece de nuevo, se reencuentra con ellos, el primer día de la semana, el domingo. Y establece ese día como un día de encuentro comunitario con el Señor. Es el día de la celebración Eucarística y del encuentro con los hermanos. Por eso descansamos de nuestros trabajos y tareas de cada día. Dedicamos ese día al descanso y a la relación con los hermanos con Cristo, el Señor, en el centro de nuestras vidas. Y los apóstoles llenos de Espíritu Santo se transforman en hombres nuevos y dan testimonio de lo que han visto y experimentados.

Tengamos presente que no estamos solos, el Espíritu de Dios camina con nosotros de forma directa y en auxilio permanente. En Él encontramos la luz, la fortaleza, la sabiduría y la fuerza y valor para dar testimonio de su Amor y proclamar su Palabra. No nos desanimemos por nuestros fallos, errores y pecados, porque somos imperfectos y pecadores, pero, el Espíritu Santo nos conducirá a través de nuestros caminos torcidos de forma y manera recta conforme al Plan de Dios.

sábado, 18 de abril de 2020

LA RESURRECCIÓN NO SE IMPONE SE EXPERIMENTA

Catholik-blog: Evangelio diario meditado - Vayan por todo el mundo ...
Mc 16,9-15
Para los apóstoles sería fácil haber creído en la Resurrección si eso es lo que hubiesen deseado. Sin embargo, no fue así, pues ellos no esperaban que eso fuera posible. Ya, ante las advertencias de Jesús que iba a sufrir su Pasión y que sería condenado y muerto, no le creían o no le entendían. Posiblemente, no querían ni imaginarse eso. Y es natural que eso suceda, pues son acontecimientos que no caben en nuestras cabezas.

¿No nos ocurre a nosotros lo mismo? ¿Nos parece fácil entender y creer que Jesús iba a morir y a resucitar al tercer día? Ponernos en el lugar de Pedro y los demás nos puede ayudar a comprenderle y a entender el gran mérito de sus esfuerzos y sus disponibilidades a ponerse en manos del Espíritu Santo. Quizás, la misma que también tenemos nosotros que hacer ahora, abrirnos a la acción del Espíritu Santo.

Porque, tampoco es fácil para nosotros. La resurrección de nuestro Señor Jesús no es fácil de digerir ni tampoco algo que se puede entender. Es fruto de una disponibilidad, de un deseo de darle sentido a nuestra vida y de experimentar que nuestro camino no puede terminar en este mundo absurdo y sin esperanza más allá de la muerte. Es el descubrimiento de lo que vive en nuestro corazón, la esperanza de la eternidad plena y gozosa. Porque, dentro de nosotros está la llama de la Vida, de esa agua que salta hasta la Vida Eterna.

Y cuando se descubre eso, se abre tu entendimiento y, por la Gracia del Espíritu Santo, ves al Resucitado y tu corazón se ilumina con la Verdad y la Vida. Creo humildemente que eso fue lo que sucedió con los apóstoles a través de las muchas apariciones en las que vieron a Jesús y con el que se fueron familiarizando hasta comprender que todo lo que estaba escrito en las Escrituras se había cumplido en Él. 

Por tanto, era ese Mesías anunciado y profetizado por los profetas. Era ese Mesías al que aludía Moisés y del que se advertía en las Escrituras. Era el esperado, el Salvador que venía a liberar al pueblo elegido. Era el Dios hecho Hombre. Esa familiaridad con Jesús les hizo comprender de forma natural que estaba vivo y que había resucitado.

viernes, 17 de abril de 2020

EN EL NOMBRE DEL SEÑOR ECHAMOS LAS REDES

TIREN LA RED A LA DERECHA...Juan 21,1-14. | Pescadores de hombres ...
Jn 21,1-14
Llevo unos doce años aproximadamente echando las redes en las catequesis de bautismo sobre los padres y padrinos que se acercan a bautizar a sus hijos. La generalidad alejada de la Iglesia practicante y comprometida. Se acercan con la sola intención de cumplir con una costumbre o tradición de bautizar a los hijos, pero de una forma ritual e indiferente al compromiso bautismal y con muy poca fe o ninguna. La fiesta está por encima de lo que realmente significa ser bautizado.

Digo esto para que comprendan que echar las redes, o anunciar a Jesús en ese contexto es lo mismo que ir a pescar en un mar vacío de peces. Realmente, la pregunta tiene que saltar y en muchos momentos me la he hecho, ¿para qué seguir anunciando al aire que Jesús vive y nos salva? Confieso que, al menos atienden y algunos, de vez en cuando, parecen que les llega, pero, luego, los resultados no se ven. Mi parroquia sigue igual y siempre somos los mismos.

Pues bien, la pregunta la responde hoy el Evangelio de este día. A cada uno de nosotros nos corresponde echar las redes en nombre del Señor, y se llenarán cuando Él lo disponga y lo crea conveniente. Los frutos los recogerá el Señor, porque Él sabe cuando el árbol está maduro, preparado y fortalecido para dar frutos. A mí y a ti nos toca seguir bregando y echar las redes en la medida de nuestras posibilidades y en donde Dios te haya puesto.

Jesús vive y está con nosotros. Él ve nuestra labor y sabe de nuestros esfuerzos, y conoce nuestras buenas intenciones. Eso es lo importante, hacer lo que hagamos con confianza, con entera disponibilidad y ganas y confiar en el Señor. El Espíritu Santo llenará nuestro corazón de sabiduría y llenará nuestra boca de las palabras necesarias para decir lo que tengamos que decir y, el Señor, recogerá los frutos. Así ha caminado la Iglesia y seguirá caminando hasta que el Señor vuelva de nuevo.

jueves, 16 de abril de 2020

JESÚS ACTUALIZA NUESTRA VIDA A CADA INSTANTE

Pastoral de la Salud "Señor ten piedad" - Kyrie Eleison: Evangelio ...
Lc 24,35-48
Jesús se le aparece a todos sus discípulos para confirmarles su resurrección. Ante sus perplejidades les muestra sus llagas y herida en el costado e incluso les sugiere que le den algo de comer. Su intención es sacarle de toda perplejidad y dudas y de que tomen conciencia clara de que aquel Jesús que ello conocieron y que los judíos crucificaron, es el mismo que ven ahora resucitado.

Un Jesús que no se ha olvidado de la misión a la que ha sido enviado por el Padre. Un Jesús que anima a sus apóstoles y les envía a proclamar la Buena Noticia, porque, ahora es tiempo de anuncio de decirle a toda la gente que Jesús ha Resucitado y que en Él todos resucitaremos también. Por lo tanto, la Resurrección no puede quedarse en un hecho extraordinario y milagroso, sino en un punto de partida para iniciar la obra de salvación de nuestro Padre Dios.

La Resurrección marca el punto de salida, pero también nos recuerda que la Vida y Pasión de Jesús no fue en vano ni tampoco porque sucedió así, sino que fue el Plan de Dios que había pensado para salvar y perdonar al hombre de su pecado. Para ello, entregó a su Hijo para que ofreciéndose voluntariamente por amor entregó su Vida para redimirnos de todos nuestros pecados y concedernos, por sus méritos, la Misericordia de su Padre Dios.

Por tanto, Jesús es nuestra referencia, nuestro modelo y nuestro guía. Él sigue siendo para cada uno de nosotros el Camino, la Verdad y la Vida y en Él encontramos el camino de nuestra verdadera salvación.

miércoles, 15 de abril de 2020

EL REGRESO A EMAÚS

IERBA- Iglesia Evangélica Reformada de Buenos Aires: El camino de ...
Posiblemente seamos muchos los que nos volvemos a Emaús. Un Emaús que es nuestra casa, nuestro ambiente, nuestra rutina de cada día, nuestros hábitos y apetencias de cada día. Cuando las dificultades afloran y nos exigen salir de nosotros mismos así como renunciar a proyectos y comodidades nos cuesta mucho resistirnos y renunciar. Y, lo más frecuente es que aceptemos quedarnos y establecernos según nuestros proyectos y mirar a Jesús, el Señor, de lejos.

Y es que cuando las cosas no se producen o salen como nosotros pensamos o nos gustaría, nos volvemos atrás y rompemos con aquel que nos ha propuesto la felicidad eterna. Nuestra credibilidad se nubla y nuestros oídos dejan de escuchar. Son nuestros proyectos los que están primero y, lo demás, queda pospuesto. Esta actitud descubre la poca importancia que damos a las cosas o la poca fe que tenemos en la Palabra del Señor.

La cuestión es que queremos entender al Señor y saber sus planes y proyectos. ¿Acaso Dios es entendible? O dicho de otra forma, ¿puede ser Dios entendible, o deja de serlo desde el momento que se le entienda? Porque, Dios está por encima del ser humano y su Divinidad y Omnipotencia es ilimitada y no está al alcance de ningún ser humano. Sin embargo, lo grandioso es que siendo Dios así se acerca a nosotros con verdadera humildad y nos anuncia la Buena Noticia de parte de su Padre. Una noticia de salvación.

Esa es la experiencia de aquellos discípulos que regresaban derrotados y resignados a su aldea de Emaús. Esperaban a un Jesús más acorde con sus ideas y planes y todo había sucedido, según ellos, de forma diferente. Y habían perdido la fe y hasta la esperanza en Jesús. Estaba muerto y, a pesar de los rumores de que había resucitado, ellos ya habían perdido toda esperanza y no lo creían. ¿Te recuerda a alguien esa actitud? 

Necesitamos, como sucedió después con ellos, una experiencia cercana con Jesús, abrir nuestros oídos y escucharle atentamente. Experimentaremos como nuestros corazones se encienden hasta arder y nuestra esperanza y gozo renacen de nuevo. 

martes, 14 de abril de 2020

HOY, AHORA, JESÚS ESTÁ CON NOSOTROS

Juan 20, 11-18: He visto al Señor y me ha dicho estas palabras ...
Jn 20,11-18
Volver la mirada atrás y pararnos en los recuerdos, en aquellos tiempos que con frecuencia nos parecen mejores es anclarnos en la nostalgia y vivir del pasado. Mientras, la vida sigue y lo concreto y real de cada día es la realidad que vivimos y que debemos y tenemos que afrontar. Jesús ha Resucitado para siempre y para siempre estará con nosotros. Y eso es lo importante y verdadero, iniciar el camino desde una nueva vida renacida en el Espíritu Santo que, recibido en nuestro bautismo, emprendemos ahora con Jesús a nuestro lado.

Y ese seguimiento implica soltar muchas cosas que, posiblemente, nos retiene y nos ancla en la nostalgia y el pasado y nos impide caminar al ritmo de los latidos de amor que el Espíritu Santo nos pide. Caminar exige despojarnos de todo aquello que nos impide seguir el camino y que nos retiene, sobre todo, seguir a Jesús. Nuestros miedos, comodidades, seguridades y muchas cosas más se interponen entre nosotros y Jesús, y tenemos que ser valientes, decididos y, sobre todo, confiados en la fuerza y fortaleza del Espíritu Santo que nos ayudará a salir victorioso de las pruebas que nos supondrá seguir al Señor.

Sólo soltando nuestro lastre de apetencias, de apetitos, de apegos y de todo aquello que nos paraliza y nos ancla en una vida muerta, desencarnada, apoyada en ideologías sin vida y caducas, que no nos conduce a la verdad y a la verdadera libertad, podemos alcanzar esa nueva vida que, renacida del Espíritu, nos lleva a la Vida Eterna resucitados en Jesús.

lunes, 13 de abril de 2020

Y AHORA NOS TOCA A NOSOTROS

Evangelio Diario - Ministerio Imitando a Jesus
Mt 28,8-15
Estamos alegres y llenos de gozo. Un gozo que no se concreta en algarabía exultante ni cantos que derraman y derrochan gozo incontrolado. Hablamos de una alegría y un gozo contenido, sereno, lleno de paz y de tranquilidad que satisface y da equilibrio, regocijo, luz, seguridad, valentía y enorme gozo de amor, justicia y paz. Un gozo y paz que nace de la esperanza de resurrección y vida eterna. Un gozo de saber que la muerte ha sido vencida y que no tiene la última palabra. Es de eso de lo que hablamos cuando cantamos la resurrección del Señor y nos llenamos de gozo y alegría.

Pero, ahora nos toca a nosotros. El señor nos convoca en Galilea y nos llama a que empecemos de cero, por decirlo de alguna manera, por el mismo lugar que Él empezó. Galilea de los gentiles, donde quizás haya más dificultades, donde quizás haya más resistencia, más complejidad y diversidad. No podemos quedarnos encerrados en el cenáculo y en y con los nuestros, sino que tenemos que salir a los lugares donde Jesús no ha llegado ni es conocido. 

Hoy, quizás, están a nuestro lado, nuestros propios vecinos, amigos o ambientes donde nos movemos y que no conocen sino de manera muy superficial al Señor. Posiblemente estén bautizados, pero solo tienen algún conocimiento de su primera comunión y nada más. Hoy nuestra tarea puede estar en la sociedad que vivimos, una sociedad secularizada y que pasa indiferente ante el Señor. No podemos estar pensando en irnos lejos porque muy cerca tenemos a muchos que viven alejados del Señor. 

Quizás, en nuestras propias familias tenemos una tarea evangelizadora que hacer. Una tarea más de obras, de ejemplos de vida y de testimonio que puedan ayudar a descubrir a otros, a los que están más cerca de nosotros que Jesús ha resucitado y está cerca de cada uno de nosotros para darnos lo que realmente buscamos, la Vida Eterna.

domingo, 12 de abril de 2020

JESÚS HA RESUCITADO

Mateo 28,1-10 - Ha resucitado de entre los muertos - Roguemos al SeñorEsta noche celebramos la Vigilia Pascual y en ella destacamos la Resurrección, porque es ella la que nos ha dado la fortaleza y la esperanza en Xto. Jesús. Es el triunfo del Amor, porque, sin amor nace el odio y éste trae la vengansa, las luchas y los enfrentamientos. La historia está llena de ejemplos que nos descubre que el odio y la venganza no terminan y generan más odio y más venganza. Las rivalidades entre unos y otros es algo patente en la historia de todos los pueblos.

Se hace necesario, muy necesario el amor, y Jesús, el Amor con mayúscula, enviado por el Padre, lo pone en práctica, a pesar de que los que lo rechazan. Prefieren vivir en sus mentiras, luchas, odios, poder y vengazas, y Jesús abraza la cruz para, dándonos amor, establecer la paz y un reino de amor y justicia. Sólo el Amor es capaz de vencer al odio y la venganza. 

Sólo el Amor es capaz de superar el poder y la riqueza. Jesús abraza la cruz y nos invita a vivir en y por amor entre todos los hombres tal y como Él nos ha demostrado que lo hizo en su momento en la tierra y lo hace ahora desde el cielo y en el Espíritu Santo. 

Vivimos en la esperanza cierta que Jesús está entre nosotros y, como aquellas mujeres le vieron el domingo de resurrección, hoy también nosotros le experimentamos y le sentimos entre nosotros y, en Él, con Él y por Él continuamos el camino con la esperanza de que al final todo se volverá en alegría, felicidad, paz y eternidad.

sábado, 11 de abril de 2020

DESENCANTADOS Y TEMEROSOS

Muerte de Jesús – La Pasión narrada por un médico fisiólogo (6 ...
Son días de tribulación, de tristeza y de miedo. Permanecemos asustados y encerrados, pero, sobre todo decepcionados porque el Señor está muerto. Le hemos dejado solo, a excepción del joven Juan que quedó junto a su Madre. Todos nos hemos escondido y Pedro hasta lo ha negado. ¿Qué pasará ahora?

Supongo que algo así podría haber sido aquellos días anteriores al acontecimiento de la Resurrección. Quizás a nosotros nos suceda algo parecido. No puede ser lo mismo porque nosotros sabemos y creemos en su Resurrección, pero, poniéndonos en el lugar de los apóstoles, podemos imaginar que nuestras dudas pueden ser como esos miedos y decepciones que tuvieron ellos.

Muchos de nosotros pasamos indiferentes estos días, o no somos capaces de esforzarnos en dar un paso hacia adelante. Quizás vivimos desconectados y sin referencias comunitarias o grupos que nos ayuden a comprometernos, a preguntarnos qué y cómo vivimos, no sólo estos días sino la Buena Noticia que Jesús, con su Pasión y Muerte nos ha dejado.

¿Has pensado alguna vez que eres una criatura que tuvo un principio, cuando Dios te creó, pero que no tendrás fin, porque estás llamado a la eternidad? ¿Y qué esa eternidad puedes pasarla apartado de Dios si te alejas de Él y no haces su Voluntad? Porque, Jesús ha venido para revelarnos el Amor del Padre y ha dado su Vida para que nosotros, redimidos y perdonados, nos salvemos y pasemos la eternidad junto a su Padre.

Vivamos estos días con esperanza y con fe junto al Señor. Creamos en su Palabra y en su Resurrección sin desesperar, porque, nosotros a diferencia de sus apóstoles y aquellas mujeres que lo vieron primero, sabemos, por ellos, que Jesús resucitará. Gracias, Señor, por esta hermosa Buena Noticia de Salvación. Amén.

viernes, 10 de abril de 2020

MISTERIO DE FE, DE AMOR Y DE ESPERANZA

Pin en Viernes Santo
Jn 18,1—19,42
Esta muerte de Jesús, la Divinidad Suprema, en la cruz no se entiende. Todos los que esperamos un Dios, nos lo imaginamos poderoso, fuerte e invencible. Nadie puede pensar en un Dios pequeño, débil y vencible. Y aparecido para sufrir y terminar con una muerte de cruz. La muerte más miserable para, precisamente, los miserables. Nos preguntamos, ¿qué Dios es este?

Eso es lo que pensamos todos desde el principio. No entra en nuestras cabezas y no podemos entenderlo. Sin embargo, Dios se presenta bajo el misterio de la fe. No podemos entender sus planes ni sus proyectos y necesitamos la fe. Fiarnos de Él que permanece escondido en ese misterio y que se entrega voluntariamente a esa muerte. Nadie se la quita, sino que es dada por amor. Otro escondido misterio al que no podemos llegar. Por Amor Dios entrega a su Hijo, que acepta voluntariamente, y para mostrarnos su verdadero y gran Amor muere en la cruz. Misterio de Amor.

Y, por último, bajo este misterio de sufrimiento por Amor, se esconde el misterio de esperanza. Una esperanza que me alumbra y fortalece el camino de que lo ha hecho y lo hace en cada Eucaristía por mí. Por mí y por ti. Por todos. Porque, lo que triunfa y permanece es el Amor. Así lo manifestó aquel centurión - pagano y, por supuesto ateo - que viendo la mansedumbre, la silenciosa actitud de no culpar ni exigir nada a nadie, la humildad y aceptación de sus sufrimientos, la impoluta de su Corazón y su entrega a la Voluntad de Padre, exclamó que Jesús era el verdadero Hijo de Dios.

Por eso, vivamos estos días en contemplación y acción. Contemplación de Cristo Jesús Crucificado y en la meditación de los pasajes evangélicos de la Pasión y Muerte del Señor.

jueves, 9 de abril de 2020

AMAR Y SERVIR

El camino a la salvación!: Juan 13, 1-15. Ustedes me llaman ...
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En la cena de Jesús hay dos claves, dos claves que nos dan la pauta de nuestra vida. O dicho de otra manera, una manera de vivir singular, dada y entregada como nos enseñó, tanto de Palabra como con su Vida nuestro Señor Jesús. Se puede decir y hablar mucho de ese momento de la cena donde Jesús instituye la Eucaristía, pero si no se abstrae con claridad y compromiso el amor y el servicio no hemos entendido nada.

Es el momento del resumen de la Vida de Jesús. Pasó haciendo el bien, es decir sirviendo, y lo hacía por amor. Podemos concluir que su último y definitivo servicio fue el amor manifestado con su muerte en la cruz. Todo eso se vive en el momento de la Santa Cena. Jesús nos transmite su amor incondicional, a pesar de conocer nuestras traiciones, nuestros pecados y nuestras indiferencias. Jesús nos conoces, pero cree en nosotros, nos espera y nos da todo su amor. Más no se puede pedir.

Nos toca a nosotros ahora responder. Y la tragedia es que experimentamos que no sabemos cómo hacerlo. O, mejor, nos sentimos débiles, frágiles, vencidos por nuestras pasiones, nuestras ambiciones, nuestros afanes materiales, nuestras concupiscencias...etc. Experimentamos que no podemos, aunque queremos y deseamos ser como Jesús. Hay algo dentro de nosotros que descubre nuestros pecados y nuestras limitaciones.

Pero, también, la invitación de Jesús, conociendo nuestros pecados, nos anima a, injertados en Él, atrevernos a caminar hacia la Casa de su Padre. Si Él nos invita es porque cree que nosotros podemos hacerlo en su Nombre y con y por su Nombre. Y en esa confianza seguimos en el camino, esperanzados y fortalecidos por ese Pan Eucarístico que nos da las fuerzas y el ánimo para vivir como Jesús vivió y nos invita a vivir.

miércoles, 8 de abril de 2020

SOMOS CARNE DE PECADO

Miércoles Santo Evangelio según San Mateo 26,14-25. Comentarios de ...
Mt 26,14-25
Nuestra naturaleza es pecadora y, como consecuencia, estamos inclinados a pecar. Por lo tanto, tengamos muy en cuenta que nuestro camino es de misericordia. Necesitamos la Misericordia de Dios para poder sostenernos en el camino. Para eso y por eso, Jesús, nuestro Señor, entrega su vida por amor, para alcanzar, por sus méritos, la Gracia y la Misericordia de Dios Padre y rescatar nuestra dignidad de hijos.

Así de sencillo, pero, también, así de difícil, porque, no podemos perder de vista la Misericordia de Dios. Quizás fue eso lo que le ocurrió a Judas, perder de vista y en su memoria que la Misericordia de Dios alcanza todo y llega a todos. Precisamente, la Cruz es la máxima expresión de esa Infinita Misericordia. Porque, Judás se arrepintió de su pecado y renegó de las treinta monedas de plata, pero, posiblemente, no tuvo la esperanza de creer en la Infinita Misericordia de Dios.

Por eso, empezaba esta humilde reflexión hablando y reconociendo nuestra condición pecadora. Somos frágiles y débiles y propensos al pecado. Pero, junto a eso, tenemos que saber que Dios ha enviado a su Hijo a dar su Vida para alcanzar nuestro perdón. Y ese perdón nos incluye también a nosotros pecadores. Por eso, nunca podemos perder la esperanza a pesar de nuestra condición pecadora y siempre estar prestos a levantarnos por la Gracia de Dios.

Y creer y esperar que con la Gracia de Dios iremos creciendo en perfección y firmeza para sostenernos en su Gracia y alejados del pecado. Ejemplos son muchos, pero, ahora, en estas fiestas tenemos el ejemplo de Pedro, que negó al Señor tres veces pero, sostenido y agarrado a la mirada compasiva, dulce y amorosa de Jesús supo tener paciencia y fe para sostenerse firme en su Misericordia.

martes, 7 de abril de 2020

ENTREGADO POR AMOR

Juan 13,21-33.36-38 | Misioneros Digitales Católicos MDC
Jn 13,21-33.36-38
Se hace difícil entender lo que sucedió aquella noche. Una cena, una traición y una entrega por amor. No se entiende desde el punto de vista humano. La condición humana no actúa así. Ante una ofensa o traición ataca con aires de venganza. Le es imposible contenerse y, menos, perdonar. No se puede entender humanamente lo que hizo Jesús. Una noche donde la respuesta a la traición la responde con amor.

Y ese Amor queda instaurado y dado en la institución de la Eucaristía. Jesús se entrega por amor a pesar de esa traición que preludia las muchas traiciones de las que ha sido objeto en su vida y las que seguirán a través de los tiempos. Porque, yo también me siento traidor cuando le fallo, cuando le defraudo y cuando le doy la espalda inmerso en mis caprichos, mis deseos y mis proyectos.

El resultado lo vemos en nuestras propias vidas. Porque, cuando la guardamos para nosotros mismos y no la entregamos, tampoco la disfrutamos como realmente queremos y deseamos. La vida si no es entregada se malogra, como dice el Papa Francisco. Y tiene toda la razón, porque cuando gastamos nuestro tiempo en cosas, en acumular bienes y en procurarnos satisfacciones, terminamos vacíos e infelices. Y no hemos sido creados para eso, sino para todo lo contrario. Nuestra camino y destino es la felicidad, y no en este mundo, sino más allá, en la eternidad.

En la Eucaristía, Cuerpo y Sangre de Cristo, encontraremos esa fuerza y luz que nos falta para entender la respuesta de Jesús a la traición de Judas aquella noche y a las traiciones de cada día de todos nosotros. Encontraremos la Gracia para amar a pesar de no tener razones humanas, según nuestros criterios, para amar y perdonar. 

lunes, 6 de abril de 2020

EN CASA DE LÁZARO

Lent 5C – JOURNEY TO PENUEL: Wrestling to See the Face of God
Jn 12,1-11
Lázaro había resucitado y la curiosidad de verlo llevaba a la gente a merodear por su casa. Ahora, añadida la visita de Jesús, los judíos se aglomeran por ver a quien había resucitado a Lázaro. Supongo que en nuestro tiempo pasará lo mismo. Prueba evidente son los santuarios de Fátima, Lourdes y también Medjugorje que son muy visitados. Me imagino que afluencia tendría una resurrección a nivel mundial.

Ahora, la cuestión es preguntarnos, ¿qué me llevaría a mí a ese imaginario lugar? ¿Simple curiosidad, o deseos de encontrarme con Jesús? Porque, de eso es de lo que se trata, de discernir que Jesús, el Mesías enviado por Dios, su Hijo predilecto, va a entregar su Vida por mí y por todos los hombres. Sucede en la casa de Lázaro, Marta y María que, ésta última, María, le unge sus pies y los seca con sus cabellos. Parece como un presagio de adelanto de su sepultura.

Sin embargo, otros, caso de Judas, ponen en primer lugar la cuestión económica. ¿No te recuerda nada eso? Está ocurriendo también ahora. Ante la vida de muchos ciudadanos, en su mayoría mayores, que están muriendo por el contagio del virus covid19, muchos políticos, gobernantes y empresarios se sienten más preocupado por la economía que por las vidas de las personas. Como puedes ves las épocas se parecen a pesar de la distancia que hay entre ellas.

En mi modesta opinión lo verdaderamente importante es fijarnos en Jesús y tratar de, abriéndonos a su Corazón, dejar que el Espíritu Santo actúe sobre nosotros y nos vaya cambiando nuestro corazón a semejanza del de Jesús.

domingo, 5 de abril de 2020

APARIENCIAS DE ENTRADA TRIUNFAL O TRIUNFALISMO

Templo – Página 2 – Alcalá Pbro. Mis Meditaciones las comparto ...
Mt 26,14—27,66
Podemos quedarnos en el entusiasmo del domingo de Ramos, pero, nos equivocamos, porque el triunfo de Jesús no se apoya en ese entusiasmo falso basado en el poder y la fuerza, sino en la Cruz. A los pocos días ese entusiasmo hipócrita se convirtió en acusación. No buscaban la paz y el amor que ofreció Jesús, sino el poder y la fuerza. Y la ilusión que muchos tenían no la encontraban en Jesús, porque, su Reino, lo dijo el mismo Jesús, es un Reino de Amor, de Justicia y de Paz.

También nosotros nos equivocamos si buscamos un Reino cómodo, con un pie en el mundo y otro en la Iglesia. Un Reino que se acomode a nuestras apetencias y comodidades. Eso que solemos decir de un pie en el mundo y otro en la Iglesia. Sabemos ya, advertidos por Jesús, que no podemos estar de acuerdo y servir a dos señores. Es decir, no podemos estar con un pie en el mundo y otro para las cosas de Dios, porque, primero, Dios está en todas las cosas y todas las cosas son de Dios; segundo, nuestro único camino es el de Dios, porque, quieras o no, tu vida terminará en Dios. Has salido de Él y en Él terminarás.

Jesús nos salva entregando su Vida en la Cruz, y ese es el camino que Él nos señala. Porque, sus discípulos y seguidores harán y sufrirán el mismo camino que el padeció. No hay otro camino que la Cruz. Un camino de obediencia, de entrega plena, de servicio y de sufrimiento por amor. El triunfo sale y se esconde en esa entrega de Cruz. Por lo tanto, no busquemos triunfos artificiales ni espejismo de ilusiones. La felicidad está escondida en la entrega por amor que termina en la Cruz. 

Así lo descubrió y entendió nuestra Madre María, la Madre que le siguió, que fue su primera discípula, que fue obediente hasta el final y que se mantuvo firme y llena de esperanza al pie de la Cruz.

sábado, 4 de abril de 2020

Y TODAVÍA TRATAN DE LIQUIDARLO

ESTRENANDODIA: LECTIO DIVINA: Juan 11,45-56
Jn 11,45-56
Hoy está sucediendo lo mismo que en tiempo de Jesús. El Evangelio nos dice: En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en Él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: « ¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en Él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación».

¿No les recuerda eso a lo que está sucediendo ahora en estos tiempos? La Iglesia es perseguida y muchos quieren quitarla del medio y erradicarla de la sociedad. En muchos países los cristianos son perseguidos y en el mío la han excluido de la enseñanza pública y quieren también acabar con la concertada para erradicar también las clases de religión.

Sin lugar a duda que la persecución a Jesús y a su Iglesia no ha terminado y, posiblemente, no terminará hasta su segunda venida. Jesús molesta y viendo los judíos que se les va a ir toda la clientela y los romanos se pueden soliviantar contra ellos, deciden que Jesús pague por todos para salvar al pueblo y también a los que no son del pueblo. 

Y esa amenaza de acabar con su Iglesia sigue hoy, porque la Iglesia les desbarata sus pensamientos únicos que les permite dominar y gobernar a los pueblos y llenarse de comodidades y riquezas. Hay ejemplos candentes que se están repitiendo hoy mismo y que muchos nos lo demuestran con sus ejemplos y obras. Sólo hay que abrir los ojos para verlos. Y siguen buscándolo para prenderlo.

viernes, 3 de abril de 2020

LA ORACIÓN Y LA FE

Sergio E. Valdez Sauad: Juan 10,31-42. OBRAS SON AMORES | Juan 10 ...
Jn 10,31-42
Los sumos sacerdotes, escribas y fariseos no están dispuestos a perder sus privilegios de mando, de ser los que dirigen al pueblo y los que deciden según la ley. Para ellos hay tres cosas, la ley, los profetas y las tradiciones y consideran que Jesús, que les viene a cambiar su forma de vivir y de ser, y que les incomoda con su Palabra, es un blasfemo. Blasfemo porque se presenta como hijo de Dios y eso representa para ellos un paso atrás. ¿Cómo se van ellos a despojar de su autoridad y su poder?

La hora se aproxima y los judíos maquinan ya la forma de ejecutar a Jesús. Se descubre ya el móvil por el que quieren matarle. Le acusan de blasfemo: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios». Mis obras descubren mi procedencia, pues hago las obras de mi Padre y ellas dan testimonio de mi Palabra. Mi Padre está en Mí y Yo en mi Padre.

El problema se esconde en las limitaciones de la mente humana. No podemos razonar la divinidad de Dios. No llegamos a entender el Misterio de la Santísima Trinidad por mucho que nos esforcemos. La solución es la oración y la petición. Tendremos que pedir el don de la fe para, entender al Señor. Nosotros solo llegamos hasta un límite y desde ahí todo depende de Dios. Pero, ese es el límite al que, por nuestra capacidad de libertad, tenemos que llegar.

Sabemos que el mundo no ha nacido de un impacto que originó este orden asombroso, sino de un acto creador. Ese Creador es Dios y Jesús, el Hijo enviado y hecho Hombre nos lo ha revelado con su Palabra y sus Obras. Y, sobre todo, con su Vida, entregándola para nuestra salvación. De ahí en adelante necesitamos la oración para pedir esa luz y sabiduría que nos ayude a conocerle mejor cada día. O lo que es lo mismo, una conversión de cada día.

jueves, 2 de abril de 2020

EN OTRA DIMENSIÓN

Juan 8,51-59 | Evangelio del día - parroquiaweb.es | Movie posters
Jesús descubre su divinidad, pero aquellos fariseos y escribas no le entienden. Están apegados a sus tradiciones y a su ley, y fuera de ella no entienden nada o no le dan valor. Jesús está hablando de vida eterna y ellos están pensando en la vida física por la que todos tenemos que pasar. Así murió Abraham y los profetas y cada uno de nosotros también tendremos que morir.

Y las Palabras de Jesús las toman como imposible y como de alguien que está o consideran endemoniado. Leemos: «En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás». Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: ‘Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás’. ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?».

Debemos de pensar que, quizás, a nosotros nos esté ocurriendo lo mismo. Tenemos muchas dudas y no llegamos nunca a disiparlas plenamente. Siempre están con nosotros y nos inquietan y nos alertan para ponernos en guardia. Claro, hoy nosotros tenemos una gran ventaja, y es que, por la Iglesia, nuestra madre sabemos quien es Jesús y entendemos sus Palabras en el Evangelio. Pero, debemos de comprender y ponernos en el lugar de aquellos contemporáneos de Jesús.

Jesús es el Hijo de Dios, la segunda Persona de la Santísima Trinidad y ha existido siempre. Es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob y su nombre es Yo soy. Abraham se llenó de alegría cuando vio el día del Señor - Gn 18 -  y los judíos, que tienen por padre a Abraham se agarran a la ley y tradiciones y no salen de ahí, no ven más. Tratemos nosotros de levantar nuestra mirada y mirar más arriba para encontrarnos con el Señor, verdadero Hombre y verdadero Dios. Quizás estos momentos de pandemia, entre otras cosas, nos traiga la oportunidad de encontrarnos con el Señor.

miércoles, 1 de abril de 2020

SER LIBRES NOS LLEVA A SERVIR

Sergio E. Valdez Sauad: Juan 8,31-42. LA VERDAD LES HARÁ LIBRES
Jn 8,31-42
Eres libre cuando descubierta una necesidad estás presto a servir y a ayudar para aliviarla o, a ser posible, erradicarla. Porque, ser libre nos lleva a servir por amor. Sin embargo, nuestra experiencia nos descubre que no somos libre al experimentarnos apegados y sometidos a muchas cosas que nos pueden. Apegos, hábitos o vicios que nos dirigen y someten nuestra vida esclavizándonos e impidiéndonos hacer el bien y optar libremente por amar.

Porque, el amor es lo que sentimos en lo más profundo de nuestro corazón y que, muchas veces, no escuchamos porque nos lo impiden nuestros apegos, nuestras pasiones, nuestras, en resumen, esclavitudes. Y es que nuestra naturaleza está sometida a las tentaciones del Maligno, que tiene todas las cartas en su poder y las maneja a su antojo. Igual que en el desierto tentó al Señor y no pudo con Él, también nos tienta a nosotros que, si estamos apartados del Señor y no abrimos nuestro corazón al Espíritu Santo, nos maneja como quiere.

Nuestra libertad está en acercarnos al Señor y pedírsela.  Sólo la Verdad nos hará libre y el Señor es no sólo el Camino, sino la Verdad y la Vida. En Él encontraremos la sabiduría, la fortaleza, el camino y la voluntad para actuar con verdadera libertad. Es, por tanto, muy necesario e importante para nuestra vida actuar con verdadera libertad, que consiste en hacer el bien, no en hacer y buscar mi bien, sino el bien propio y el de los demás. Algo que nos suena mucho: amar como quiero que me amen a mí. Y eso, a veces, no se ve encarnado en los que realmente se creen y se llaman a sí mismo, hijos de Dios, sino a los que realmente creen en Jesús, el Hijo de Dios Vivo y hacen su Voluntad.