lunes, 31 de agosto de 2020

HOY SE CUMPLE ESTA ESCRITURA

Vidas Santas: Santo Evangelio según san Lucas 4:16
Lc 4,16-30
No miremos para otro lado, ni para otros tiempos. Se trata de hoy, sí, de hoy, en este preciso momento. La Palabra de Dios se cumple en cada instante como se cumplió en aquel instante cuando sentado las dijo: Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor».
Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír».

Y en este preciso momento el Espíritu Santo sigue la acción de dirigir a la Iglesia y a sus miembros desde el primado del Papa hasta el último creyente. Es verdad que ningún profeta es bien mirado en su tierra y que nuestro corazón se deja llevar más por las apariencias que por la verdad que vive en él. Porque, nuestra semejanza con nuestro Padre Dios está impresa en nuestro corazón. Somos amor porque de Él hemos salido y por Amor hemos sido creados. Y nuestro corazón, por mucha debilidad, inclinaciones y pasiones humanas que lo arrastren, siempre deseará amar y hace el bien.

Y esa sed de amar y amar con bondad nunca dejará de latir en nuestro corazón hasta el punto de buscar al Señor y encontrarnos verdaderamente con Él. Y lo haremos cuando seamos capaces de dejarnos amar por Él y, por tanto, abrirle nuestro corazón. Entonces nacerá la fe en nosotros y nuestra sed se irá calmando en la medida que nuestra vida beba de su Palabra y se sacie de su Amor. Gracias, Señor.

domingo, 30 de agosto de 2020

EL CAMINO ES LA CRUZ

Del Santo Evangelio según San Mateo 16, 21-27. "Aquel que quiera ir  conmigo" Ciclo A. Domingo 22 del Tiempo Ordinari… | Evangelio, Tiempo  ordinario, Palabra de dios
Mt 16,21-27
Imaginar otro camino es una utopía. Si es verdad que puedes desear otro camino, pues la cruz no gusta a nadie. No fue Jesús deseoso a la cruz aunque eso no contradice su voluntariedad. Sucede lo mismo cuando un padre o madre están dispuestos a sufrir, incluso entregar su vida por la de sus hijos. La cruz no es un camino deseado, pero, es la cruz realmente la que salva por verdadero amor.

Porque, el camino de la cruz está regado y recorrido por amor. No hay otro motivo que pueda moverte, valga la redundancia, a entregar tu vida en la cruz. Por amor hemos sido creados y salvados. Por tanto, seguir a Jesús es experimentar sabernos amados. Por amor hemos sido creados; por amor somos salvados y  por amor, Jesús, entregó su Vida en la Cruz para rescatar la nuestra para la Vida Eterna.

Los apóstoles se escandalizaron al conocer, del mismo Jesús, que tenía que padecer y entregar su Vida en la Cruz. Ellos no podían entenderlo, ni tampoco nosotros hoy. ¿Cómo es posible que Jesús, el Señor, que tanto bien había hecho, pudiese ser tratado como un delincuente y condenado a morir crucificado? Sin embargo, Jesús lo dejó muy claro, su mesianismo no es político ni de triunfo, sino de servicio. Es una vida entregada a la verdad y al servicio por amor.

Ahora, ¿cuál es nuestro planteamiento? ¿Seguir a Jesús? ¿Abrazar la Cruz porque sí? Nada de eso, se trata de abrazarla por amor a Jesús y de, correspondiendo a ese Amor recibido, entregar mi vida por Jesús al servicio de los hombres.

sábado, 29 de agosto de 2020

LA DENUNCIA, PELIGRO DE MUERTE

MISIONEROS DE LA PALABRA DIVINA: EVANGELIO - SAN MARCOS 6,17-29 | Evangelio  san mateo, Evangelio, Evangelio segun san lucas
Muchas veces he leído este Evangelio, y, por tanto, en consecuencia, muchas veces, valga la redundancia, lo he reflexionado desde, al menor en ese intento y esfuerzo, la acción del Espíritu Santo. Y cada vez se han sucedido ideas, pensamientos y respuestas diferentes, pues, la Palabra de Dios siempre suscita novedad, limpieza, verdad, esperanza y amor. Por eso, a pesar de leer lo mismo y, a veces, con frecuencia y poco intervalo de tiempo, siempre mi corazón recibe impulsos diferentes y nuevas palabras que renuevan tu vida y la hacen nueva.

Dicho esto, y metiéndome de lleno, a la Luz del Espíritu, hoy se hace presente en mí la gran valentía que manifestó Juan el Bautista ante el rey Herodes denunciando la ilegalidad de su matrimonio, con la mujer de su hermano Filipo, ante los ojos de Dios. Sin lugar a duda se trataba de un adulterio y de un acto que a nadie le gusta al verse trasladado de su papel de marido y apartado de su mujer. Pero, también herido por el despecho y el abandono de su propia mujer. No cabe duda que se trata de un pecado grave, que toma lo que no es tuyo desposeyendo al otro. Diríamos que no quieras para ti lo que tampoco quieres para otro

Un acto que representa una connivencia amoral y contraria a la Ley de Dios Tanto de Herodes como de la mujer de su hermano, Herodías. Y Juan, consciente de que eso estaba mal y era un mal ejemplo para el pueblo lo denuncia abiertamente. Sin tapujos, ni miedos. Consciente de que en esa denuncia se jugaba su vida, pero, también consciente de que importa más la verdadera vida a la que da paso ésta.

¿Qué significa este hecho y ejemplo de Juan para nosotros? ¿Nos ayuda a fortalecer nuestra fe y a denunciar con valentía y confianza, confiados en el Señor, todo aquello que es injusto?

viernes, 28 de agosto de 2020

SENTIDO COMÚN

MATEO 25, 1-13 | Bíblicos, Iglesia de dios, Biblicas cristianas
Mt 25,1-13
La mayor sabiduría, en mi humilde opinión, es el sentido común. Ese sentido que te da sensatez y prudencia para poner las cosas en su justo medio y aplicarla para bien de las personas dándole a cada cosa su justo valor e importancia. Quien vive la vida con sentido común, la vive en actitud vigilante, porque vigilar es sinónimo de prudencia y sensatez.

Aplicar el sentido común a cada instante de tu vida es estar en actitud vigilante actuando con prudencia y sensatez. Porque, no se trata de vivir en constante estado de alerta, estado que difícilmente se puede mantener. Se trata de actuar con sensatez y prudencia y de aplicar el sentido común en todos los momentos de tu vida. De modo que, si vas a recorrer un largo camino, te proveas de todo lo que necesitas para evitar sorpresas y carencias de lo más elemental. El sentido común te insta a estar preparado de todo aquello que necesitas y, de esa manera, evitar sorpresas.

Ahora, ¿cómo es que lo más importante de tu vida, el final, es decir, tu muerte, no la preparas para el encuentro con Jesús? Porque, no conoces la hora ni el momento ni el día. Por tanto, ese momento, que sabes que llegará, y no cuándo, debes de vivirlo en cada momento e instante de tu día a día. Porque, si no estás preparado puede llegar el novio y cogerte sin luz en la lámpara y sin el aceite necesario en tu alcuza.

 La vida no es un estado de alerta, sino un estado de irla viviendo día a día desde el sentido común que te mueve a estar en relación con Jesús, el Mesías enviado para rescatar tu vida de la esclavitud del pecado. Y  desde esa relación diaria intimar y dialogar con Él para, desde ese conocimiento, estar preparado cuando llegue el momento del encuentro personal cara a cara.

jueves, 27 de agosto de 2020

EN CUALQUIER INSTANTE

Mateo 24, 42-51 | Evangelio del dia, El hijo del hombre y Tiempo ...
Se nos olvida con facilidad que, nuestra vida, está y camina por el filo de la navaja. Eso significa que en cualquier momento puede ser herida y atravesada por la hoja afilada de la navaja. Es decir, pendemos de un hilo y en cualquier instante nuestra vida puede aspirar y desfallecer. Por tanto, esa posibilidad permanente nos exige máxima concentración y máxima vigilancia.

El ruido del mundo, que nos rodea, es una gran tentación y un gran peligro. Nos distrae, nos seduce y hace que perdamos nuestra atención y vigilancia. No cabe ninguna duda que nuestros compromisos mundanos los tenemos muy presentes e incluso nos preparamos para que no nos sorprendan ni se nos olviden. Ahora, nos preguntamos, ¿de la misma forma, sabemos lo que nos ha dicho nuestro Señor Jesús respecto al final de nuestra vida o a su segunda venida?

¿Tenemos en cuenta que nuestra hora - la muerte - puede venir sin avisarnos y, en cualquier momento, sorprendernos? Por tanto, es obvio repetirnos e insistir que necesitamos estar vigilantes y preparados para no ser sorprendidos a la llegada del Señor. Y nuestra preparación consiste en vivir según los talentos recibidos y posibilidades que nos ofrece la vida siguiendo la Palabra de Dios escuchada y fortalecida en y por los Sacramentos de la Reconciliación y Eucaristía. 

Y en el esfuerzo de cada día de vivir según la Voluntad de Dios. Una Voluntad que se traduce en dejarme llevar según los impulsos que el Espíritu de Dios mueve dentro de mí y actúa en mi corazón.

miércoles, 26 de agosto de 2020

VIVIENDO EN LA HIPOCRESÍA

CONSOLAD: Mateo 23, 27-32 «Estad en vela, porque no sabéis q ...
(Mt 23,27-32)
Jesús continúa señalando, hoy de forma vehemente, a los hipócritas: (Mt 23,27-32): En aquel tiempo, Jesús dijo: « ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y...

Y nos preguntamos, ¿hasta qué punto callamos la boca de aquellos que nos importunan y nos denuncia con la verdad? ¿Acaso nos incomodan tales denuncias? Solemos justificarnos alegando que nosotros no hubiésemos actuado como lo hicieron nuestros padres, pero, honradamente, pienso que mentimos. 

Y lo digo pensando en mi mismo, porque, en repetidas ocasiones he llegado a pensar que si hubiese nacido en esa época, ¿qué hubiese hecho? ¿Habría salido en defensa de los profetas?

En otras muchas ocasiones he pensado, ¿qué hubiese hecho yo, si de haber nacido contemporáneo de Jesús, respecto a creer en su Palabra y a seguirle? Y, consciente de eso, me pongo en presencia del Señor y me siento un privilegiado por, al menos, querer y desear seguirle a pesar de mis pecados.

martes, 25 de agosto de 2020

EL FUNDAMENTO: LIMPIEZA DE CORAZÓN

MATEO 23, 23-26 | Mateo 23, Evangelio de hoy, Evangelio
Mt 23,23-26
Nuestro mundo da más importancia a lo exterior, es decir, a la apariencia delante de los demás que a lo interior, es decir a lo que no se ve y se vive en la intimidad. Parece, al menos así se transmite, que lo que verdaderamente importa es lo que se y parece, sin importarnos lo real, que es lo que verdaderamente debe importar.

Y no es así. Todos nos damos cuenta enseguida de que lo importante es lo que ocurre en la realidad, no en las apariencias. La verdad, la sinceridad y el mostrarse con limpieza y honradez, transparentando lo que realmente guardas en tu corazón es el valor fundamental y real de la vida de cualquier persona. Todos huimos de la mentira y, aunque estamos tentados e inclinados a mentir, sabemos y comprendemos que está mal. 

Sabemos que aparentar es mentir y engañar a los demás y eso, delante de Dios, es un grave pecado. Porque, es una forma de vivir la mentira que tu corazón esconde y lo contrario a lo que dices y aparentas ser. Sin embargo, incluso no queriendo, caemos. Pero, la esperanza de, por la Misericordia de Dios, tener la oportunidad de levantarnos y reconciliarnos por el Sacramento de la Penitencia con nuestro Padre Dios, es la puerta que Jesús, nuestro Señor, nos ha dejado para, limpios, continuar la marcha.

Lo verdaderamente grave es cuando conscientes de nuestras mentiras, engañamos y aparentamos, resistiéndonos en dejarlas vivir en nuestro corazón y nos instalamos en esa vida de engaños y pecado.

lunes, 24 de agosto de 2020

¿PERCIBES TÚ, TU LLAMADA?

Evangelio del 24 de agosto: Juan 1, 45-51 | Juan 1, Evangelio ...

Es verdad que a mucha gente que has conocido se debe a que has sido presentado por otros amigos respectivos. Muchas de las personas que conoces has llegado a ellas a través de otros amigos. En el Evangelio de hoy, Felipe lleva a Natanael a la presencia de Jesús. Posiblemente, también nosotros hemos sido presentado a Jesús - bautizo - primera comunión - confirmación y otros -  y todo ha quedado en nada. Bien, porque no hemos querido; bien, porque hemos preferido las cosas de este mundo.

Quizás, por los motivos que sean no hemos querido guardar ni conservar la mirada de Jesús. No hemos dejado que traspase nuestro corazón y, pronto, hemos desviado esa mirada. Porque, la mirada de Jesús es la misma para todos, aunque, es posible que tenga matices diferentes. Un padre quiere a todos sus hijos por igual, pero, no a todos, queriéndolos profundamente, les da lo mismo. Cada cual tiene sus particularidades y sus cualidades. Todos no han recibido lo mismo - parábola de los talentos, Mt 25, 14-30 -. La mirada a Natanael, como a otros muchos, tiene sus características propias y sus llamadas personales. 

La mirada de Dios, a través de su Hijo, Jesús, tiene un denominador común: " Va llena de cariño, de ternura, de amor y misericordia. Nuestra insistencia, perseverancia y seguimiento serán determinantes para que, la mirada amorosa y misericordiosa de Jesús, sea profunda y nos inunde de su Gracia y su Amor.

Pero, también depende de nuestra libertad y voluntad, que Dios, nuestro Padre, ha dejado en nuestras manos para que seamos nosotros libremente los que decidamos dejar su mirada nos llegue al corazón.

domingo, 23 de agosto de 2020

JESÚS, EL HIJO DE DIOS

Del Santo Evangelio según San Mateo 16, 13-20. "Tú eres Pedro ...
Mt 16,13-20
Todos confesamos, al menos los creyentes, que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre. Pero, una cosa es confesarlo y otra muy distinta vivir eso que se confiesa. Ayer decíamos que cumpliéramos lo que dicen los escribas y fariseos, pero que no hiciéramos lo que ellos hacen. Es decir, tratar de cumplir lo que dicen, según la Palabra de Dios, pero no tomar sus ejemplos de lo que realmente viven y hacen en sus propias vidas.

La pregunta está en el alero y se nos plantea también ahora a nosotros: ¿Quién es Jesús para mí? ¿Qué significa Jesús para mí? ¿Es alguien del que oigo hablar como manifiestan muchos?; ¿es un gran profeta y nada más?; ¿o, simplemente un buen hombre y hizo cosas buenas e importante? Pero, a pesar de todas esas cosas que oyes, ¿quién es Jesús personalmente para ti? ¿Te atreve a profundizar y a responder seriamente?

Cuando Jesús les hizo esa pregunta a los apóstoles, Pedro respondió : «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Es verdad que Pedro fue asistido y auxiliado por el Padre, sin el cual nada podemos entender y, menos, comprender. Pensemos que, unos días más tarde, Pedro niega por tres veces al Señor, a ese que hoy señala y afirma que es el Hijo de Dios. Eso descubre nuestras pobrezas y nuestra necedad y de que sólo, por la Gracia de Dios, podemos encontrar esa fe de creer en Jesús, el Hijo de Dios Vivo.

Sin embargo, no somos seres sometidos a unos instintos, pasiones o deseos. Es verdad que nuestro pecado nos inclina a esclavizarnos y someternos a ellos, pero, somos libre y podemos decir que no a lo que nos arrastra a decir que sí. Es decir, tenemos una voluntad y una razón para discernir lo bueno de lo malo, y la mentira y el engaño de la verdad y lo justo. Y esa voluntad y libertad podemos ponerla en manos del mal o entregarla al Espíritu Santo, recibido en nuestro bautismo, para que nos ayude, nos dé fortaleza y nos acompañe en la lucha de todos los días contra el pecado que el Maligno quiere que cometamos.

Lo verdaderamente importante es determinar si Jesús es Alguien que incide en mi vida y que influye en ella y que, a través de su Palabra y el ejemplo de su Vida, entregada por y para mi salvación, yo le sigo y me apoya en la Iglesia que Él ha dejado en manos de Pedro y el colegio apostólico.

sábado, 22 de agosto de 2020

PALABRA Y VIDA

Mateo 23, 1-12 | Mateo 23, Evangelio del dia, Fariseos
El mensaje llega cuando la palabra hablada se traduce en vida vivida. Y, sucede todo lo contrario, se dice una palabra que luego no tiene prolongación en la vida y con lo que realmente se vive. Y, Jesús, el Señor, advirtiendo esas actitudes en los escribas y fariseos de su tiempo, los descubre y los denuncia señalándolos: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas».

Conviene mirar para adentro y reflexionar respecto a lo que sucede también ahora en nuestras parroquias, comunidades, grupos, movimientos u otras asociaciones laicas evangelizadoras.  Preguntarnos, ¿es nuestra actitud, tanto eclesiásticos como seglares, como la de aquellos escribas y fariseos del tiempo de Jesús? , se hace necesario y vital. Rezamos, hablamos, practicamos actos piadosos y ponemos pesadas cargas en la conciencia de los demás hasta doblarles sus espaldas, mientras nosotros nos quedamos al margen eludiendo todo compromiso y escondiéndonos de todo esfuerzo.

Decimos y hablamos según la Palabra de Dios, pero, luego, vivimos y hacemos según nos viene en gana y nos apetece. Actuamos según nuestros sentimientos y nuestras apetencias. Pero, ¿acaso el amor son sentimientos? El amor son actitudes capaces de ser amable, generoso, atento, escuchante, justo, sincero y auténtico; capaces de perdonar, soportar, incluso al enemigo, y de actuar con misericordia. 

Si es así como hablamos, y me pongo en primera persona, así debemos intentar de vivir y actuar. Porque, de hablarlo y vivir con otras actitudes es engañar y mentir. Pero, sobre todo, mentir a nuestro Padre Dios diciendo que le amamos y dándoles la espalda a nuestros hermanos. Si, por tanto, decimos amar a Dios, ese amor debe quedar reflejado en nuestro estilo de vida, que no puede ser otro sino el de estar abierto a todos los demás para amar tal y como nos ama el Señor.

viernes, 21 de agosto de 2020

AMAR AL PRÓJIMO ES AMAR A DIOS

MATEO 22, 34-40 | Dios, Citas inspiradoras de la biblia, Palabra ...
Mt 22,34-40
Al equiparar el segundo mandamiento al primero, Jesús nos está diciendo que quien ama al prójimo ama también a Dios. ¿Por qué?  Porque, su Padre Dios está en todos aquellos que sufren, que están enfermos y necesitados y que padecen y sufren tanto necesidades materiales como espirituales.

Sucede lo contrario cuando decimos que amamos a Dios, pero, eludimos nuestro compromiso con los demás, sobre todo con los más necesitados, viviendo de forma individual y con indiferencia a todas esas necesidades y sufrimientos, que, precisamente recaen en los más pobres. Luego, nuestra declaración de amor a Dios es falsa y se esconde bajo las apariencias de la mentira.

Jesús nos lo dice muy claro, ambos mandamientos, primero y segundo, van unidos y son inseparables. En ellos están contenidos toda la ley y los profetas. De modo que todo lo que se haga, si no es movido por el amor a Dios es vano. Hemos sido creados por Amor y para amar. Y solo el Amor misericordioso de Dios nos salva. Por tanto, cuando confesamos nuestro amor a Dios, también confesamos nuestro amor a todos los hombres y mujeres de este mundo sin diferencias de ningún color, raza o creencias.

Nuestro amor, semejante al Señor, se extiende a todos sin condiciones. Claro es que con nuestras solas fuerzas no podremos conseguir amar a nuestros enemigos. Necesitamos estar injertados en el Espíritu Santo y ponernos en sus Manos para, como Jesús, ser capaces de ofrecer nuestra vida por amor a los demás. Es esa la expresión y declaración más grande que podemos hacer de nuestro amor a nuestro Padre Dios.

jueves, 20 de agosto de 2020

ESTÁS INVITADO

EVANGELIO - SAN MATEO - 22,1-14 | Evangelio san mateo, Evangelio ...
Gracias, Señor, por tu invitación. En esta parábola que me dices hoy me manifiestas tu invitación al banquete de Vida Eterna que tienes preparado para mí, y, también para todos aquellos que me escuchen y acepten tu invitación. Y lo haces de una forma sencilla, coloquial e inteligible para cualquier persona. Todos pueden entenderla desde el más sabio al más ignorante.

¿Quién no entiende lo que significa y en qué consiste una invitación? ¿Y quién no sabe lo que es una fiesta y un banquete? Pues, esa es la invitación que Dios nos hace y, por supuesto, sería de mal gusto no aceptarla. Sin embargo, muchos deciden rechazarla anteponiendo sus proyectos, sus fiestas personales y sus intereses. Una contradicción humana que, cegados por los espejismos de este mundo, rechazan la plena felicidad de la Vida Eterna.

Claro está que cuando somos invitados a una fiesta, entendemos que debemos acudir bien presentables. Es obvio que no podemos presentarnos de cualquier forma. También, todos entendemos esto, sin embargo, cuando es Dios nuestro Padre quien nos invita, se está refiriendo al vestido de nuestra alma. Porque, no podemos acercarnos a nuestro Padre Dios de cualquier manera. Nuestro vestido debe ser un corazón arrepentido, disponible al arrepentimiento y a la limpieza de corazón. Es la Gracia que recibimos a la hora de nuestro bautismo.

Aquel que fue expulsado no se había revestido de esa Gracia y dolor de contrición que necesitamos para restablecer la amistad e invitación que nuestro Padre Dios nos hace para asistir y participar de su Banquete celestial.

miércoles, 19 de agosto de 2020

TODO ES MISERICORDIA

Pin de Rosario Viviente Puerto Rico en La Santa Madre Iglesia | No ...
Cuando las cosas las pasamos por nuestra razón, encontramos una correspondencia entre lo trabajado y el tiempo. O entre el rendimiento y el trabajo. El hombre establece una relación trabajo - tiempo como causa de su salario. De modo que, a más tiempo trabajado, corresponde más salario; a más rendimiento, más retribución. Sin embargo, los criterios de Dios son otros.

Dios no mira el tiempo ni tampoco el trabajo. Primero, porque, por mucho trabajo, el hombre no puede alcanzar lo necesario para, ni siquiera acercarse a satisfacer la deuda con su Padre Dios. Si así fuera, el hombre nunca alcanzaría merecer compartir la Gloria de Dios. Y, segundo, porque la Bondad de Padre Dios es tan grande e infinita que, sin merecer nada el hombre y la mujer, Dios les da paga de Gloria y Vida Eterna.

Jesús, el Señor, nos muestra en esta parábola la grandeza del Amor de su Padre y su Infinita Misericordia. El quiere nuestro bien y solo le importa nuestra fe, obediencia, que descubre y hace visible la fe, y la limpieza y buena intención de nuestro corazón. Nuestra salvación no va a depender de nuestro tiempo de relación con Dios, ni de nuestras oraciones y buenas obras, aunque estas son necesarias y descubren y muestran nuestra buena actitud y empeño por estar y seguir al Señor.

Simplemente, porque por mucho que hagamos n mereceremos nunca nada. Todo es Gracia y Misericordia de nuestro Padre Dios.

martes, 18 de agosto de 2020

EN LA ACTITUD DE ZAQUEO

MATEO 19, 23-30 | Frases religiosas, Dios, Frases de inspiracion
(Mt 19,23-30
Las riquezas, tanto de orden material como espiritual, son dañinas para el alma. Eso no significa que en sí sean malas, sino que actúan como una tentación que seduce y es muy difícil de superar. De ahí la pregunta de los discípulos: «Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos». Al oír esto, los discípulos, llenos de...

Y así experimentamos que si sólo contamos con nuestras fuerzas, la derrota está asegurada. Por eso, la respuesta de Jesús nos da la clave: Jesús, mirándolos fijamente, dijo: «Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible». La promesa está hecha y nos la debemos meter en la cabeza para tenerla siempre presente. Nunca debemos dejar de mirar a Jesús ni olvidar lo que nos ha prometido, porque, eso puede ayudarnos y fortalecernos e impulsarnos para la batalla de cada día. Es la experiencia de Zaqueo y su conversíón total. No con sus fuerzas sino abierto a la acción del Espíritu Santo.

Es verdad que somos débiles y dados a caer, pero, con Jesús nuestra voluntad se fortalece y nos levanta de nuestras repetidas caídas. La Misericordia de Dios nos salva y nunca debemos olvidarnos de eso. Porque, no son nuestros méritos los que nos salvan, así que no te desanimes por tus frecuentes caídas ni por tus repetidos fracasos en tus obras. Es la Misericordia de Dios y su Amor Infinito la que nos salva y no nuestros méritos. 

Por tanto, serenos, esperanzados y abiertos a la acción del Espíritu Santo, tratemos de seguir adelante y de sostenernos en constante y perseverante contacto y relación con el Señor. La oración nos permite el diálogo, la escucha y la puesta en escena en nuestra vida de su Palabra.

lunes, 17 de agosto de 2020

SE TRATA DE RESTAR Y NO SUMAR

Mateo 19,16-22 – tendrás un tesoro en los cielos - Roguemos al ...En la medida que sumas, el resultado refleja que tiene más. Más y más suena a esa canción que dice: Todos queremos más... Sin embargo, el seguimiento a Jesús sugiere restar, es decir, quitar lastre a esa carga que todos llevamos encima y que, en muchos momentos nos impide avanzar y seguir el ritmo y los pasos de Jesús. Experimentamos en muchos momentos sentimientos de ataduras y dependencia de todas esas cosas que llevamos encima de nosotros. Tantas cosas nos impiden avanzar.

Por tanto, no se trata de añadir y sumar prácticas, normas, preceptos, cumplimientos e incluso obras. Se trata, sin apartar ni excluir todo lo anterior, de aligerar nuestra carga de tantas cosas que, quizás, entorpecen nuestro camino y oscurecen el horizonte impidiéndonos ver a Jesús. La cuestión es simple, pero, no por simple, fácil. Se trata de despojar y restar, y no añadir y sumar carga que nos impida avanzar y que, al mismo tiempo, nos esclaviza. 

Lo que importa es liberarnos para, de esa forma, entregar libremente nuestra voluntad a Dios. Eso fue lo que ocurrió y lo que nos dice el Evangelio de hoy. Aquel joven rico era buen practicante y, al parecer, religioso y muy buen cumplidor. Como él ha habido y hay muchos, tanto laicos como presbíteros en la Iglesia, pero, quizás,  no libres de carga y dispuestos a seguir a Jesús de manera plena. Se topan con razones y maromas que les atan al puerto del mundo. Y, lo verdaderamente importante es vaciarse de todo aquello que te ata a los intereses y criterios de este mundo. Todo aquello que te paraliza y no deja que el Espíritu Santo actúe en ti.

Aquel joven era rico y sus riquezas le impedían abrir su corazón a la acción del Espíritu y al Amor de Dios. ¿Nos ocurre a nosotros lo mismo? ¿Sabemos bien que riquezas, apetencias, egoísmos e intereses nos impiden seguir a Jesús? Porque, de eso se trata, de ir limando asperezas, sentimientos, prejuicios, soberbia y bienes materiales que nos nublen la mente y nos enturbien la mirada para que, ciegos y sometidos a la esclavitud de este mundo, nos perdamos en el camino y seguimiento al Señor.

domingo, 16 de agosto de 2020

LA COMPASIÓN NOS ALCANZA A TODOS

Pin en reflexiones
Mt 15,21-28
Jesús siente que en el gentío, con y en el cual camina, muchos le tocan. Es lo normal cuando va mucha gente caminando a tropel. Sin embargo, Él siente que alguien le ha tocado de manera diferente. Es un toque especial, con fe y necesitado de sanación, Es un toque que ha costado gran esfuerzo y riesgo, pues siendo mujer, incluso pagana, tenías pocas opciones de poder acercarte a Jesús.

Pero, Jesús sabe quien le ha tocado y los motivos que le han llevado a buscarle y tocarle. Y quiere descubrirle y probar su gran fe delante de todos. Quiere hacer visible ese testimonio de fe. Y ya conocemos que nos dice el Evangelio: En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo». Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se... - Mt 15,21-28 -.

Nuestra reflexión va dirigida a los tantos cananeos que encontramos en nuestro camino de cada día. Cananeos que no creen; cananeos que rechazan al Señor y, por supuesto, no tienen fe; cananeos inmigrantes, cananeos paganos y cananeos que, indiferentes a la llamada del Señor e incluso a su compromiso de bautismo, viven una fe muerta y desactivada del compromiso cristiano.

Pues bien, nuestra fe, si es una fe activa, viva e injertada en el Espíritu Santo, debe ser sensible a todas esas actitudes cananeas, simbolizadas en esa mujer cananea, que, buscando al Señor y sintiéndose necesitada de sanación pensó que tocando su manto sanaría. También nosotros debemos buscar al Señor en nuestra vida y tocar su manto para que nuestra fe se fortalezca, crezca y aumente. 

sábado, 15 de agosto de 2020

LA ASUNCIÓN DE MARÍA

Una de las características que, en este momento, más me llama la atención y me toca el corazón, es la obediencia. La obediencia de María a la elección que Dios hace de ella, la anunciación y su disponibilidad a entregarse a cumplir la Voluntad de Dios. Porque, yo que tanto hablo de María, Madre de Dios, y a la que rezo todos los días varias veces, me  interpelo y me pregunto: ¿Estoy yo abierto, disponible y entregado a obedecer la Voluntad de Dios? Es decir, ¿escucho y estoy atento a lo que Dios me pide y quiere de mí?

Mirándolo de otra manera, ¿estoy yo dispuesto a recibir ese pan de cada día que le pido al Señor? ¿O lo que quiero y deseo es ese pan especial que a mí me gustaría y satisface mis gustos y apetencias? Son preguntas a las cuales debemos de ir respondiendo en la presencia y auxilio del Espíritu Santo. Porque, el ejemplo de María me testimonia la obediencia, el servicio y la vivencia comunitaria con la primera comunidad apostólica.

Indudablemente que María es subida al Cielo, porque, la Madre de Dios, la sierva y primera seguidora de Jesús, su Hijo, no puede estar en otro lugar que junto a su Hijo, a quien ha seguido siempre haciendo la Voluntad del Padre y siendo la primera discípula de su Hijo Jesús. 

Por tanto, cada instante que abro mis labios y rezo un "Ave María" debo tener presente este hermoso testimonio que María, la Madre de Dios, me testimonia: Obediencia - servicio - comunidad.

viernes, 14 de agosto de 2020

QUERER, QUERER Y QUERER

Mateo 19, 3-12 | Evangelio del dia, Hombre mujer, Hombres
El amor es la voluntad de querer. Los sentimientos fluctúan de un lado para otro y no permanecen estables. Hoy, mi parecer puede ser de una forma y, mañana, puedo sentir de otra. De esa forma, el amor, aun estando formado por sentimientos y pasiones, no es lo uno ni lo otro, pues, de serlo, sería inestable. El amor es un compromiso y Dios es la referencia y el ejemplo a seguir.

Pero, ese compromiso de amor necesita apoyarse en cuatro pilares: Amor, respeto, diálogo y perdón. Es precisamente, lo que hace nuestro Padre Dios con cada uno de sus hijos. En ese sentido, decíamos ayer, que nuestra unidad, fidelidad y salvación se debe a la Infinita Misericordia de nuestro Padre Dios. Dios nos respeta, nos escucha y nos habla, es decir, se abre a un diálogo con cada uno de nosotros, nos ama y nos perdona. Dios, en definitiva, nunca rompe con nosotros. Está siempre abierto a escucharnos y a perdonarnos porque, precisamente, nos ama.

Y amar no es sentir ni tampoco es pasión. Amar es querer, querer y querer. Para eso tenemos la voluntad libre, regalo de Dios, para, libremente, querer o rechazar. Y cuando contraemos libremente un compromiso sacramental, tal es el sacramento del matrimonio, tenemos que amarlo, respetarlo, dialogar nuestras diferencias y, sobre todo, perdonarnos. Si no, ¿para qué nuestra libre voluntad?

Observamos que todos los seres vivientes, a excepción del hombre, no tienen voluntad ni tampoco libertad. Ellos están sometidos al instinto animal. Sin embargo, el hombre sí tiene una voluntad libre que le hace darse cuenta de sus compromisos y responsabilidades. Pues bien, poner esa voluntad en responder a ese compromiso es amar. Por eso, el amor necesita tiempo y maduración y no confundirlo con sentimientos, pasiones o deseos. 

De ahí la necesidad de tomarse un tiempo de reflexión, previo a contraer el compromiso sacramental del matrimonio - preparación al matrimonio -, que nos ayuda a madurar nuestro amor y a darnos cuenta que amar es, incluso cuando nuestros sentimientos y pasiones van contra corriente, a imponer nuestra voluntad y responder a nuestro compromiso sacramental. Porque, eso es precisamente amar. ¿Acaso creen ustedes que Jesús, nuestro Señor, fue a gusto y deseándolo a entregarse a una muerte de cruz?

jueves, 13 de agosto de 2020

UNA ACTITUD MISERICORDIOSA

70 veces 7 (con imágenes) | Dios, Santos
Somos, me atrevo a decir, hijos de la Infinita Misericordia de nuestro Padre Dios, porque, por su Misericordia, valga la redundancia, somos perdonados y salvados, y, consecuentemente, hijos de Dios. Esa dignidad la habíamos perdido por el pecado. Ya vinimos a este mundo con ella perdida por el pecado original, pero, por la Gracia de Dios, la rescatamos a la hora de nuestro bautismo.

Y por el Amor Misericordioso de nuestro Padre Dios hemos sido rescatados, en la segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Hijo, que enviado por el Padre y encarnado en Naturaleza Humana, ha entregado su Vida para devolvernos y rescatarnos nuestra dignidad de hijos de Dios perdida por nuestros pecados. Y, ahora, podemos preguntarnos, ¿cuántas veces hemos sido perdonados por nuestro Padre Dios? Y descubrimos que por la Infinita Misericordia de Dios somos perdonados siempre. Una y otra vez hasta el fin de nuestros días en este mundo. Esa es nuestra esperanza y el aliento que nos impulsa a levantarnos y continuar el camino.

Claro, todos sabemos que ese perdón, por la Misericordia de Dios, se fragua en la medida que nuestro arrepentimiento es sincero. Es decir, hay una condición innegociable, ese acto de contrición necesario para que el perdón se realice. Porque, sin contrición esa petición de perdón es falsa e hipócrita. Y de esa misma forma que somos perdonados, nos preguntamos, ¿También nosotros perdonamos así?

Pues nos toca a nosotros ahora reflexionar sobre esas tantas oportunidades que tenemos cada día de ser misericordiosos en nuestra familia, en nuestro trabajo, en nuestra comunidad y ambientes sociales. Pero, no lo hagamos solo, sino abiertos a la acción del Espíritu Santo después de pedirle su asistencia y auxilio.

miércoles, 12 de agosto de 2020

¡QUÉ FE TENEMOS?

Pin en Evangelio
Siempre debemos estar interpelándonos nuestra fe, porque la fe, sobre todo la nuestra, es frágil y propensa a desfallecer en cualquier momento. La fe necesita fortaleza, pues se trata de creer en Alguien a quien no vemos y que, al compartirla con otros, la fortalecemos. Es decir, la fe compartida se fortalece. Es, pues, evidente que necesitamos ir en comunidad y caminar comunitariamente.

Porque, sólo en la comunidad podemos probarnos al enfrentarnos al reto de amar a los otros. La vivencia de tu fe aislada te separa de la prueba del amor. ¿A quién vas a amar si tu fe está aislada? El hombre es un ser en relación y necesita de los otros para probar su capacidad de amar y, por supuesto, descubrir la medida de su fe. Creer en Jesús es sentirnos invitados a amar. Y amar, no de una manera cualquiera o como a nosotros nos guste sino como Él nos amó y nos sigue amando.

La fe necesita probarse cada día y, cada día, valga la redundancia, encontramos en el camino pruebas que nos invitan a descubrir y manifestar nuestra fe. Y eso, lejos de debilitarla, la fortalece cuando la compartimos con otros hermanos en la fe reunidos en torno a nuestro Señor Jesús. Él es la roca firme en la que nos apoyamos y, desde Él, animados por su Espíritu, fortalecemos nuestra fe y nos atrevemos a compartirla y a vivirla en comunidad.

martes, 11 de agosto de 2020

AGACHARSE O HACERSE PEQUEÑO

Pin en ;D...7JST
Mt 18,1-5.10.12-14
En muchos momentos, Jesús nos invita a ser humildes, a agacharnos ante la apetencia soberbia de nuestras propias ambiciones y pasiones. No podemos seguir a Jesús si no nos vaciamos de nosotros mismos y nos despojamos de todo aquello proyectos e ideas que postergan a Jesús dejándolo en un segundo plano. Para seguir a Jesús hay que despojarse de todo aquello que huele a suficiencia, a poder, a riqueza y a creerte mejor que el otro.

En una palabra, seguir a Jesús te exige ser como niño. Es decir, empequeñecerte, abajarte, humillarte y tener un corazón limpio, inocente, confiado y apoyado en nuestro Señor. Ser como niño implica y significa eso, tener un corazón ingenuo y bien intencionado. Ser importante para Jesús no significa tener éxito y poder en este mundo, sino aquel que se abaja, que se hace pequeño entre los pequeños y, sobre todo, humilde. Es estar en la disponibilidad de servir y de ser el último.

Ser importante es ceñirte a la cintura y agacharte a lavar los pies a los demás. Y eso no son palabras, sino el testimonio que nos dejó Jesús en su vida terrenal y, concretamente, ene el signo del lavatorio de los pies a sus apóstoles en la última cena. No sólo nos dejó su Palabra, sino que también la alumbró con su Vida, entregándola hasta la muerte en la Cruz. El fue Camino, Verdad y Vida.

lunes, 10 de agosto de 2020

RENUNCIAR, OLVIDARTE O MORIR A TI MISMO

Pin en La palabra de dios
Por estos tres caminos llegas al encuentro con Dios: Renunciar, olvidarte y morir a ti mismo. Porque, cuando renuncias a ti estás poniendo, antes, a los demás, pues, ¿qué significa renunciar? La renuncia contiene una privación y eso siempre lleva consigo privarte, valga la redundancia, de algo bueno, pues de lo malo ya de por sí tratas de renuncias instintivamente. Y en el acto de renunciar estás olvidándote de ti y priorizando el bien de los demás. 

Porque, en sentido contrario, cuando tratas, escondiendo en la falsa renuncia u olvido, de engañar y buscar tu interés, no estás renunciando sino falseando esa aparente y falsa renuncia. Por tanto, la verdadera renuncia sale a flote tarde o temprano. Y no olvides que, hagas lo que hagas en verdad o mentira, Dios te está viendo.

Y esa renuncia y olvido de ti mismo te llevan a la muerte de este mundo. Una muerte, que no siendo física es muerte al egoísmo. A un egoísmo humano que trata de evitar que tu siembra sea fructífera y que se mire más a sí misma que preocuparse por los demás. Por eso, lo verdaderamente importante es no mirar para tus adentro ni para ti mismo. Tu referencia y la mía tienen que ser Xto. Jesús. Él es el Camino, la Verdad y la Vida y para eso fue enviado, para guiarnos y darnos testimonio de la Verdad.

Él entrega su Vida y muere por ti y por mí. Él se olvida de sí mismo y se entrega por todos, amigos y enemigos. Su Vida se puede resumir en una renuncia, olvido y entrega de muerte para nuestra salvación. Su tarjeta de visita es el amor y la misericordia, que nos ofrece como regalo de salvación de parte de su Padre. Por lo tanto, sigamos el camino señalado por Jesús teniéndolo a Él como referencia y poniendo la mirada fija en Él.

domingo, 9 de agosto de 2020

LA FE, UN DON DE DIOS

Está claro que la fe, nuestra fe, estará siempre caminando en el filo de la navaja. Siempre expuesta a cortarse y a derrumbarse; siempre dispuesta a desaparecer y a morir hundida en las seducciones, falsas promesas y placeres del mundo. No hay otro camino, es ese el que nos ha sido dado y el que tenemos, queramos o no, que recorrer.

Ahora, no estamos abandonados a nuestra suerte o capacidades. Tenemos dones o talentos, que nos han sido regalados para poder defendernos y, sobre todo, al auxilio del Espíritu Santo, que, al ser bautizados, lo hemos recibido para, con Él, vencer inapelablemente a los poderes seductores e infernales del mundo, demonio y carne. Y esa debe ser nuestra fe. En ella debemos apoyarnos y descansar todas nuestras esperanzas. Xto. Jesús y yo, mayoría aplastante.

Conocer que nuestra fe pasará por momentos difíciles, por momentos de dudas y zozobras tempestuosas que la introducirán en un mar de oscuridades y vacilaciones, es saber que nuestra fe necesita ser probada. Y ese recorrido de dificultades y zozobras son las pruebas a las que está sometida y las que darán testimonio y certeza de que tu fe se sostiene firme. Pero, una firmeza apoyada en la Roca firme que es el Señor Jesús, sostén y baluarte de nuestra fe, alimentada y fundamentada en su Palabra y su Resurrección.

Nos experimentamos fuertes, seguros y firmes en muchos momentos de nuestra vida. Pero, no es así. Somos tremendamente frágiles, débiles y, a la menor zozobra, nuestra barca se tambalea y nuestra fe se desvanece. ¿Acaso tú no lo has experimentado? Esa experiencia nos demuestra nuestra gran debilidad y pequeñez. Necesitamos, pues, estar a su lado; rogarle que nos ase su mano y nos salve del hundimiento de nuestra fe y de sumergirnos en el lodo de este mundo. Confiamos en Ti, Señor.

sábado, 8 de agosto de 2020

DESCOMPROMETIDO Y ACOMODADO

MATEO 17, 14-20 | Mateo 17, Nombres de dios, Palabra de vida
Si tuviera que hacer una lista de mis gustos y deseos, saldrían muchas cosas que, en principio me apetecen, pero, luego no llenan mi alma de gozo y felicidad. Son instantes que, al igual que aparecen, desaparecen fugazmente. Por la Gracia de Dios, sé distinguir, de momento, lo bueno de lo no bueno e incluso lo malo. Sé apreciar y gustar lo que satisface y da gozo con sabor a eternidad de lo que es fugaz y huele a podredumbre e infelicidad.

Tener fe, aunque la medida de la misma sea poca, es escuchar la Palabra que nos dirige Jesús y, rumiada en mi corazón, llevarla a la vida para vivirla. Es decir, ponerla en práctica. Por tanto, se trata de dar la vuelta a esa posible lista de gustos y deseos y emprender el camino contrario siguiendo y realizando la Voluntad de Dios.

Tener fe es caminar en la actitud de perder mi aparente vida para ganar la real, la verdadera, que empieza cuando ésta se halla perdido aparentemente. Porque, la realidad es que la hemos ganado. Ganar, pues, la vida es hacer lo contrario a nuestros deseos y apetencias egoístas, porque, se trata de vivir, a pesar de los pesares, según la Voluntad de Dios y no según la mía. Y cuando estás abierto a eso y me esfuerzo en ponerlo en práctica, estoy descubriendo que tengo fe.

Por tanto, mi reflexión trata de descubrirme como pecador y amigo de mis gustos y apetencias, que no son precisamente las de mi Padre Dios. Y eso me lo dice Jesús, su Hijo predilecto, enviado a este mundo para guiarnos y no dejar que nos quedemos en nosotros mismos sino, comprometidos podamos romper esa descomprometida y acomodada  apetencia a hacer lo que nos gusta y ganar esta vida arriesgando perder la otra, la única verdadera y Eterna.

viernes, 7 de agosto de 2020

UN SEGUIMIENTO QUE COMPLICA TU VIDA

MATEO 16, 24-28 | Versículos bíblicos, Decir no, Palabras
Siempre nos asusta emprender el camino que nos señala Jesús, porque es un camino difícil, complicado y lleno de obstáculos y problemas que te complican la vida. Y es que seguir a Jesús es aceptar un camino de cruz y, por supuesto, a nadie, menos sabiéndolo, nos apetece caminar tras la cruz de padeció Jesús.

Por nuestra propia naturaleza huimos de los sufrimientos y de todo aquello que nos lleva a la privación y al martirio. Entendemos la felicidad, que todos perseguimos, como un estado placentero y sin problemas que nos comprometa y nos exija discernimiento. Es decir, un camino fácil y alejado de toda cruz. En ese sentido, seguir a Jesús nos crea siempre problemas. 

Posiblemente, la Transfiguración, y de hecho habrá muchas transfiguraciones minúsculas y personales en nuestras propias vidas, es un aldabonazo para despertarnos, animarnos y alumbrarnos la meta a la que estamos llamados y seguimos tras el seguimiento, valga la redundancia, a Jesús. Es la meta final donde se colman todas nuestras máximas aspiraciones y a la que aspiramos personalmente y comunitariamente con los que peregrinan hacia esa meta final.

Es, precisamente ahí, donde se esconde esa promesa de, "perdiendo esta vida ganamos la auténtica" - Mt 10, 37-42 - para, de esa forma, perdiendo ésta, ganar la auténtica y verdadera, la plena de gozo y felicidad que salta hasta la Vida Eterna. Cuidemos, pues, esos momentos de desfallecimiento y desánimo con verdadera paciencia, fidelidad y fortaleza, para apoyados en la esperanza caminar confiados en que nuestro Padre Dios camina con nosotros y nos espera con los brazos abiertos.

jueves, 6 de agosto de 2020

TABOR

Padre Luis Zazano - Evangelio del Día Mateo 17, 1-9 - YouTube en ...
Hay muchos momentos de nuestra vida que nos sentimos pletóricos, optimistas y esperanzados. Experimentamos, con gozosa alegría una esperanza de paz y felicidad que llena plenamente todos esos momentos de nuestra vida. Es como si experimentáramos un Tabor dentro de nuestro corazón que nos llena de fortaleza y esperanza para comenzar de nuevo el camino.

Sin embargo, como si de una nube se tratara, también en instantes desaparece y se presenta de nuevo la realidad. La vida vuelve y se hace presente en su normalidad de cada día. Despertamos con los mismos problemas, las mismas luchas y las mismas tentaciones. Experimentamos que hemos bajado de nuevo la montaña y el camino nos desafía de nuevo.

Cada día es parte de ese tabor y de esa cruz con la que tengo que cargar. Ese tabor en el que tengo que poner todas mis esperanzas y esa cruz - mi cruz - con la que tengo que cargar sobre mis espaldas. El tabor - mi tabor - representa la esperanza que me da firmeza, sostén y fortaleza para seguir hacia delante, para confiar y creer en la Palabra del Señor, y, para, sobre todo, no perder de vista la meta y el final del camino de mi cruz.

Es muy importante tener delante de mis ojos y en el centro de mi corazón la experiencia y esperanza de mis tabores donde Jesús, el Señor, me ha tocado o lo he sentido cerca de mí y se me ha manifestado como un sentimiento de esperanza o una luz que me alumbra el camino a seguir. No perdamos esa visión que fortalece mi camino y anima mi vida a seguir hacia delante.

miércoles, 5 de agosto de 2020

INSISTENCIA - PERSEVERANCIA = RESPUESTA

Pin en LECTURAS & SALMOS
Mt 15,21-28
Jesús nos lo sugirió en otro momento: Pedid y se os dará... Mt 7, 7-12. Y en el Evangelio de hoy nos da una prueba de su admiración a aquellos que insisten y perseveran en la confianza de que Él responderá a la suplica confiada en su Poder y Palabra. Al final eso descubre la medida de nuestra fe.

Porque, una fe verdadera se descubre cuando persevera en la insistencia, confiando y esperando ser correspondida. Supongo y pienso que Jesús, el Señor, nos pone a prueba cuando permite, con su silencio, descubrir la verdad y autenticidad de nuestra fe. Porque, cuando es verdadera no desfallece, y, además, persevera en la insistencia de ser escuchada y atendida. La insistencia materializa esa esperanza que, valga la redundancia, espera la respuesta. Eso es precisamente la fe. 

Podemos ahora, humildemente y esperanzados, preguntarnos, ¿es nuestra fe así? ¿Está apoyada en esa generosa caridad y misericordia de la que habla y manifiesta con sus obras Jesús? Porque, de no ser así desfallecería y se quedaría en el camino sometida a los poderes maliciosos del mundo, demonio y carne. 

Jesús es el Señor, nos ama y quiere salvarnos de la esclavitud del pecado. Pero, al crearnos libre nos pide nuestra disponibilidad y confianza. Una confianza apoyada en la fe que nos fortalece y nos refuerza el fiarnos de su Palabra, a pesar de nuestras debilidades, dudas y noches oscuras. Una fe que se hace visible en la persistencia, como la de aquella mujer cananea, a la que Jesús admira por su insistencia y su esperanza. Porque la verdadera fe está inmersa y revestida de gran humildad, perseverancia e insistencia.

martes, 4 de agosto de 2020

IMAGEN DISTORSIONADA

MISIONEROS DE LA PALABRA DIVINA: EVANGELIO - SAN MATEO 15,1-2.10 ...
Sin poder remediarlo nos experimentamos inclinados a formarnos una imagen distorsionada de la realidad en base y apoyado en lo que nuestros ojos ven en el exterior. Nuestras actuaciones, observadas exteriormente, dejan en nuestra retina una imagen de lo que realmente son las personas. Pero, podemos preguntarnos, ¿es esa imagen real? O dicho de otra forma, ¿transmite esa imagen que transparentamos la imagen real que realmente somos?

Esa es la pregunta que nos interpela. Es decir, cuando observamos que una persona cumple las leyes y normas establecidas, ¿pensamos que es una buena persona? Confesamos que no conocemos las intenciones de su corazón y, por tanto, las obviamos. No obstante, ¿no es en lo más profundo del corazón donde tiene lugar las verdaderas intenciones de la persona? Luego, ¿por qué nos atrevemos a emitir un juicio sobre su manera de actuar? La realidad es que no tenemos suficientes juicios para poder hacernos una imagen real de la persona en concreto.

Luego, la verdad de nuestra ser y obrar está dentro de nosotros mismos. Son esas, nuestras intenciones más profundas y escondidas en nuestro corazón, las que descubren esa personalidad y esa fiel imagen de lo que verdaderamente somos. Y ahí solo llega Dios, de modo que todo lo demás, sin querer atreverme a decir que es bueno o malo, transmite una manera de ser, que es auténtica cuando coincide con lo que realmente se cuece dentro de tu corazón. 

Porque, la verdad que hay en ti está escondida dentro de tu corazón. Y cuando, sale a la luz transmite la realidad de lo que tú eres y piensas. Y es esa verdad la que te hace libre y la que te lleva a encontrarte con la única y absoluta Verdad, el Señor, Camino, Verdad y Vida.

lunes, 3 de agosto de 2020

NO DESESPERES, LLEGARÁN MOMENTOS DE DUDA

MATEO 14, 22-36 | Frases cristianas, Versículos bíblicos, Biblia
La duda es un mal acompañante, pero, quieras o no, siempre te acompañará. Y, hasta cierto punto, creo que es muy necesaria, porque, ella te descubrirá la medida de tu fe. Cuando tienes dudas experimentas realmente si tu fe está viva y si, apoyada en Xto. Jesús, vas superando todas las dificultades que te hacen dudar, que te producen miedos y que te invitan a dejarte llevar por las seducciones con las que este mundo te tienta invitándote a rendirte al mundo y sus encantos.

Porque, cuando eso se produce, quizás sin darte cuenta y por la astucia del Maligno, que sabe donde están tus debilidades, trata de alejarte de la presencia de Dios e inclinarte a la vida fácil, placentera donde el placer, las riquezas y el poder priman sobre lo demás. Por eso, conviene no apartarse de la presencia de Dios, y eso nos exige estar en activa oración, reflexión y constante unión con el Señor. Porque, lo sabemos y no podemos ignorarlo, la duda llegará. 

Llegará disfrazada de tentación, de seducción, de placer, de comodidad, de vida fácil y placentera, de vanidad, de avaricia, de poder, de soberbia, de aspiraciones materiales y de suficiencia y de tantas cosas más a las que está sometida nuestra naturaleza humana. El camino de nuestra vida tienes muchos obstáculos donde el pecado - desobediencia a Dios - se disfraza de muchas maneras y esconde su malicia para llevarnos por el camino de la perdición. 

Su primera intención es cortar nuestra amistad con Dios y, una vez la ha conseguido y nos ha aislado, someternos a su voluntad. Tiene muchos recursos para ello y, además, nuestra naturaleza herida y debilitada por los apegos y placeres humanos. Y si a eso consigue apartarte del Espíritu de Dios, que te vigoriza, te alimenta y te fortalece, te quedas en sus manos. Por eso, recuerda siempre en esos momentos de debilidad esa frase de animo que Jesús, tendiéndote la mano, te dice: "¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?"

domingo, 2 de agosto de 2020

CINCO PANES Y DOS PECES.

evangelio san mateo 14 13 21 lunes 1 de agosto de 2016 ...
Mt 14,13-21
Cinco panes y dos peces es la medida más pequeña que cada uno puede dar. No cabe duda que con cinco panes y dos peces, tú puedes comer bien y quedar, por ese día, bien alimentado, pero, ¿qué son cinco panes y dos peces para unas cuantas miles de personas? Esa es la cuestión, ¿qué soy yo para solucionar los ingentes problemas de este mundo? 

Sin embargo, Dios no te pide sino tu persona, tu entrega, tu cinco panes y dos peces, porque, Él pondrá lo demás. Dios sabe quién eres y sabe lo que realmente puedes hacer. Sólo te pide que tengas fe en Él, y Él hará lo que convenga y sea necesario. Así ha sido en todos los que se han fiando de Él. La lista es larga y la historia los guardas para que tú puedas conocerlos y aprender de ellos. De esa forma tocó el Señor el corazón de San Ignacio de Loyola - fundador de la compañía de Jesús -.

Si piensas un poco, descubres que todas las grandes cosas que se han hecho han empezado por la aportación de cinco pobres panes y dos peces, y Dios ha hecho el resto. Esos cinco panes y dos peces son esos talentos que Dios te ha dado para que los pongas al servicio de los demás. Indudablemente que te cuesta ponerlos en pleno rendimiento, pero, ¿a quién no le cuesta? Tu vida te ha sido regalada para el bien de otra. Por eso, la comunidad es necesaria y el hombre y la mujer son necesariamente comunitarios. La célula de la sociedad es la familia.

Es posible que tu hambre lo abastezcas en las cosas materiales que, aunque te alimentan ahora, se gastan después. Son alimentos temporales, vacíos y huecos que se consumen y se destruyen. Es necesario que te des cuenta que hay un alimento superior, espiritual y eterno que debe descubrir y alimentar tu deseo de Él, porque es ese alimento el que sacia tu hambre para Siempre y te da la Vida Eterna en plenitud.

sábado, 1 de agosto de 2020

BUSCAR LA VERDAD COMPROMETE TU VIDA

ha resucitado de entre los muertos - Mateo 14,1-12 - Roguemos al Señor
Mt 14,1-12

Todos hemos experimentado que decir la verdad nos complica la vida. Y eso nos ocurre cuando tenemos que decirle a alguien, sea familia, amigo o extraño que está actuando mal o mintiendo a la gente. La experiencia está muy reciente y hemos comprobado y lo decimos abiertamente que los políticos nos han engañando. Y lo han hecho muchos, con responsabilidades y sin responsabilidades políticas. No hace falta demostrar nada, pues, las hemerotecas están ahí y lo dejan al descubierto. Y, además, está al alcance de todos de conocerlo y saberlo, pero, decir la verdad compromete.

De eso habla el Evangelio de hoy, miente Herodes, miente la mujer de su hermano, que cohabita con él, y miente la hija de Herodías, que utilizando su belleza y atracción femenina, seduce y derrumba la voluntad del rey Herodes. Y ante estas avalanchas de mentiras - hoy ocurre lo mismo en nuestro mundo - Juan el Bautista emerge en defensa de la verdad. Una verdad que le cuesta su vida, pero que, por nuestra fe, cualquier cristiano comprometido estaría dispuesto a cambiarse.

¿Por qué? Porque, por la fe creemos que Juan goza de la felicidad eterna junta al Padre. Porque, creemos que Juan es uno de esos bienaventurados y dichosos de los que habla Jesús desde el monte donde proclamó las bienaventuranzas. Porque, creemos que vivir y proclamar la verdad es el tesoro más grande que tenemos y podemos encontrar, porque, esa Verdad, proclamada y anunciada por Jesús, nos hace libres y nos da la Vida Eterna.