miércoles, 30 de septiembre de 2020

SEGUIR EXIGE COMPROMISO



Pertenecer a un grupo, comunidad partido no presenta gran dificultad. Sin embargo, seguir sus directrices y vivirla con el espíritu de ese grupo, comunidad o partido es harina de otro costal. Esta apreciación nos lleva a significar y descubrir que seguir no es tanto ir detrás de alguien como de hacerlo con vida y compromiso. Es entonces cuando descubrimos que lo verdaderamente importante y difícil es comprometerse.

Porque, seguir a alguien no comporta ir detrás de él, sino de vivir comprometido con su causa. Y eso significa estar disponible a todo. Pero, ¿qué entendemos por todo? Todo es aceptar la misma actitud y disponibilidad con la que actuó Jesús en su periplo por este mundo. Es estar disponible a salir de ti mismo, de tus comodidades y seguridades. No todo consiste en cumplir con sobriedad y austeridad los cumplimientos establecidos, sino en salir de mis seguridades y ponerme en las manos del Espíritu Santo.

Estamos vivos y, mientras vivimos y caminamos, llamados a la Vida Eterna. Por tanto, no es nuestro destino acabar ni morir en este mundo, sino servirnos de catapulta para continuar nuestra vida en el otro. Y eso supone dejar que los muertos entierren a sus muertos, porque, los llamados a la vida tenemos que poner en primer lugar al único y verdadero Camino, Verdad y Vida.

Seguir a Jesús es levantar la mirada y, firmes en la esperanza y la fe puesta en Jesús, seguirle sin titubeos y sin volver la mirada atrás, porque lo que verdaderamente importa es el presente y la Vida Eterna que nos espera.

martes, 29 de septiembre de 2020

DESDE LO MÁS PROFUNDO DEL CORAZÓN HUMANO

 

Es de necio esconderse bajo las apariencias de mostrar lo que realmente no se es. Y es de necio porque, la necedad de obviar la realidad es doble necedad. Tarde o temprano la verdad emerge y tu realidad escondida bajo las apariencias te desnuda y te dejan en evidencia. Una evidencia mucha más dura que el mostrar lo que eres desde el primer instante de tu vida.

Repetidas veces, Jesús descubre esa necedad del hombre y habla de presentarse tal como se es, sin apariencias ni dobles intenciones. Parábolas como el fariseo y publicano - Lc 18, 9-14 - o como la de los dos hijos - Mt 21, 28-32 - y otras nos hablan de la apariencia del engaño y la doblez de nuestras profundas intenciones. No vale decir sí y luego hacer lo que te viene en gana. Mejor, aunque digas no primero, luego, después de acercarte y ver, responder con un sí verdadero y comprometido es coherencia y sentido común que hace justicia a la verdad.

Es el caso de Natanael, que en principio pensaba que de Nazaret no podía salir nada - Jn 1, 43-51 - tras acercarse a Jesús ve las cosas de otra manera y se da cuenta de que Jesús es el Hijo de Dios: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Y es que después de escuchar y ver, nuestro corazón percibe la realidad de forma limpia, auténtica y verdadera. Y se da cuenta donde está la Verdad. Esa Verdad que cambia tu corazón y le señala el camino por donde encontrará esa felicidad eterna buscada y anhelada.

Por otro lado, la experiencia de los ángeles nos muestran esa realidad de la que Jesús nos habla en el Evangelio de hoy: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre». Y digo experiencia porque en muchos momentos de nuestra vida hemos experimentado esa cercanía de Alguien que nos ha auxiliado, nos ha avisado, nos ha empujado a salir de aquel atolladero o peligro que nos amenazaba. El Ángel de la Guarda está siempre a nuestro lado y está para protegernos, auxiliarnos y mantenernos siempre en la esperanza de cumplir la Voluntad de Dios.

lunes, 28 de septiembre de 2020

UN AMOR UNIVERSAL



No se puede entender un amor individual, sectario o enclaustrado a un colectivo particular. El amor no puede permanecer encasillado o circunscrito a una parcela determinada. El amor no puede pertenecer a un grupo selectivo ni permanecer cerrado a otras corrientes y perspectivas diferentes siempre que el denominador común sea la verdad, la justicia, la libertad y el respecto a los derechos de las personas. El Amor, por tanto, es universal, pues, de no ser así dejaría inmediatamente de ser amor y convertirse en egoísmo y egolatría.

El Amor llega a todos los rincones perfumando de buen olor con la verdad, la justicia, la libertad, la fraternida y la unidad. Un amor que no cumple estas premisas sería un amor falso, apoyado en apariencias y en la mentira. Por eso, la grandeza de amar está en proporción directa con la humildad. A más amor, más humildad. Y es que para amar se necesita imperiosamente ser humilde, y, por tanto, pequeño.

Y ser pequeño es hacerse niño. Es decir, ser como un niño consiste en tener un corazón abierto a la obediencia, a la pureza e ingenuidad de vivir en la verdad y sin mentiras. Sin dobleces ni malas intenciones que busquen aparentar y engañar. Y es que el amor nace en todos los rincones donde brote la semilla de la verdad, de la justicia, de las buenas intenciones y los valores que respetan los derechos naturales de las personas.

Porque, donde se respira esta atmósfera nace el verdadero y único amor. Un amor universal que une y rema en un mismo sentido por y para todos.

domingo, 27 de septiembre de 2020

LA PACIENCIA DE DIOS ES INFINITA

Dios ha confiado en el hombre y, creado para ser feliz en y por el amor, lo llama a la eternidad desde la hora de su bautismo, pese a su respuesta negativa y a su rechazo de no escucharle y darle la espalda. No entendemos como Dios nos espera pacientemente y como nos descubre el eterno amor que nos muestra a pesar de recibir ese "no" por respuesta a no obedecerle, a no escucharle y a no seguir sus mandatos. Su paciencia es infinita y siempre está abierta a que ese "no" se convierta en un "sí".

Sabido es que la paciencia de Dios no tiene límite y la prueba de ello somos nosotros, pues, de no ser por esa paciencia infinita nuestras posibilidades de salvación serían nulas. De modo que, si estamos vivos y con posibilidades de alcanzar esa felicidad que perseguimos es debido a la paciencia infinita que Dios tiene con cada uno de nosotros. 

¿Cuál es la razón?  Dios es Padre y como Padre quiere el bien de sus hijos y espera hasta el último momento que la puerta del corazón del hijo se abra y responda a sus más profundos deseos de amar y gozar del bien. Porque, en lo más profundo del corazón humano, el hombre desea amar. Y quien ama busca el bien del ser amado, que no es otro que el deseo del gozo y la felicidad eterna. 

Sin embargo, también sabe que existe el peligro por el pecado. Hemos sido creados libres y nuestra naturaleza herida y débil está amenazada por el poder del mal que nos tienta y nos seduce a rechazar la llamada del Amor de Dios. Y, por esa misma razón, un "sí" también puede ser transitorio y, seducido y tentado por las falsas propuestas de felicidad demoniacas, puede convertirlo más adelante en un "no".

Por tanto, es el amor la única y verdadera respuesta que responde a todos los interrogantes que el hombre busca y desea. Sobre todo a ese gozo y plenitud eterna junto a su Creador y Padre Dios.

sábado, 26 de septiembre de 2020

NO HAY OTRA ALTERNATIVA SINO LA CRUZ

Lc 9,43b-45

En el horizonte se divisa la Cruz, y eso, Jesús lo sabe muy bien. Nosotros ya lo adivinamos porque conocemos es hora donde Jesús le pidió al Padre que apartara este cáliz de Él - Lc 22, 39-46 -, pero, inmediatamente asumió la Voluntad del Padre. Es obvio que no hay otra alternativa que la de sufrir la Pasión y muerte en la Cruz.

Y es eso lo que trata, Jesús, de decirles a los apóstoles tras la euforia que ve en ellos al contemplar sus obras y milagros. Pero, se da cuenta que no le entienden ni quieres entenderle. No comprenden cómo puede sucederle algo malo a Jesús y sienten miedo de preguntarles porque temen decepcionarse. Esa actitud se asemeja mucho a la nuestra, al menos así la veo yo. Tampoco nosotros queremos oír hablar de cruz, pasión y menos de sufrimiento y condenación. Nos cuesta mucho descubrir que seguir a Jesús nos compromete a eso, a terminar compartiendo una vida de cruz.

Sin embargo, nunca debemos olvidar que tras la cruz - espacio de nuestra vida - viene el gozo y la dicha de la Resurrección. Entendemos que sin Cruz no hay Resurrección, porque, evidentemente, no habría muerte. La Resurrección, por tanto, es la clave de nuestra dicha y esperanza.

viernes, 25 de septiembre de 2020

UN MESÍAS ENVIADO A MORIR POR NOSOTROS


Se hace difícil seguir a Alguien cuya misión es morir y dar su Vida por los demás.  Indudablemente que no se entiende, porque, no es una muerte cualquiera sino una muerte indigna consecuencia de ser condenado a morir crucificado en la cruz. La muerte más ignominiosa y cruel con la que se condenaba a los mayores delincuentes y malhechores de aquella época.

Esa es la misión del Mesías enviado que, preguntado a los apóstoles por la identidad de Jesús, Pedro responde identificándole con el Mesías prometido. Indudablemente, desconocen la misión de Jesús y, posiblemente, Jesús les invita a que no digan nada, pues todavía no entienden que significa Mesías prometido y enviado a dar su Vida por la salvación de los demás. Y es que un Mesías no se entiende si no es un triunfador y un vencedor en todos los órdenes, políticos y de poder.

Igual a nosotros nos ocurre algo parecido. Si ellos desconocían la verdadera misión de Jesús, nosotros ponemos en duda su triunfo y resurrección. Muchos no alcanzan a creer porque no entienden el triunfo de Jesús en la Cruz. Es, precisamente, el Amor lo que da sentido a la muerte de Jesús y lo que realmente redime al hombre. Es el Amor lo que salva eternamente y no origina una espiral de violencia, odios, memoria histórica, hoy llamada, erroneámente, demócratica y otras guerras interminables entre los pueblos y las ideologías que, erre que erre son oleadas de enfrentamientos, luchas y violencia que solo perjudican al pueblo y, precisamente, a los más pobres.

Jesús muere para salvarnos y para enseñarnos que, solo el amor, nos salva, nos hace mejores, nos da la paz y nos reúne en torno a la verdad y la justicia. Pero, a pesar de todos, muchos siguen empeñados y dirigir el mundo con el poder, la ambición y el estar por encima de los demás. Al final, sus cruces, porque, sus cruces llegarán, serán cruces de desesperación, sin sentido y de perdición.

jueves, 24 de septiembre de 2020

CONOCERLE PARA AMARLE

Lc 9,7-9

Una de las premisas más certeras es la de saber que para amar hay primero que conocer. No se puede amar aquello que no se conoce. Por tanto, amar a Jesús supone primero conocerle y eso, exige y significa que nuestra búsqueda de conocimiento debe ser humilde, querida y disponible a recibir y conocer. Porque, si lo que busco es satisfacer mi curiosidad y acomodar mi conciencia a mis gustos, apetencias e intereses, me estoy equivocando tal y como le sucedió a Herodes y otros muchos.

La gran equivocación, es decir, nuestro gran error es buscarle y acercarme a Él sin el propósito de encontrar la verdad y escuchar su Palabra. Quizás equivocamos el camino o nuestra actitud, porque, en el mundo no hayamos la respuesta a los interrogantes que subyacen dentro de nuestro corazón. Sin embargo, la invitación a que vayamos y veamos está presentada y siempre activa.

La cuestión es preguntarnos qué actitud tengo y por qué le busco. Es cuestión de curiosidad o, por el contrario, busco una respuesta que dé sentido a mi vida. Porque, dependiendo que sea una u otra actitud la cosa cambia. El encuentro con Jesús, si es serio y en actitud de búsqueda de la Verdad cambia profundamente el rumbo de nuestra vida y, también, transforma nuestro corazón. Pone la jerarquía de tus valores siguiendo un orden donde el primer lugar es para el amor.

Un amor que, primero, se manifiesta en Jesús y, luego, se contagia en el tuyo, transformándolo y dándole vida semejante al suyo. Porque, amar es el punto de partida que nos une a Jesús y transforma nuestra vida llenándola de gozo, de amor y de paz.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

EN RESPUESTA AL ENCUENTRO CON JESÚS


 

El encuentro con Jesús no nos puede dejar igual, porque, de ser un encuentro auténtico produce un cambio de rumbo en tu vida. Si eso no se produce se descubre que tampoco el verdadero encuentro no se ha producido. De modo que, decimos que hay encuentro cuando tu vida empieza a girar en torno y al estilo de Jesús. Y eso empiezas a experimentarlo dentro y en lo más profundo de tu corazón.

Y esa es la misión a la que el encuentro con Jesús te envía, tal y como se manifiesta hoy en el Evangelio - (Lc 9,1-6): En aquel tiempo, convocando Jesús a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí. En cuanto a los que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos». Saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes -. 

No se trata de iniciar tu misión o de anunciar otra misión propia tuya. Se trata de continuar esa Misión de Jesús que ha nacido en tu corazón tras el encuentro personal con Él como resultado de su anuncio. Y si has tenido ese encuentro trascendente y responsable con Jesús, y, además, has recibido al Espíritu Santo en la hora de tu bautismo, estás también comprometido a anunciar la Buena Noticia que consiste en la llegada del Reino de Dios. Y una Buena Noticia se anuncia espontáneamente, casi sin querer y de forma natural, con alegría y entusiasmo.

El amor se nota y se ve, porque, el Reino de Dios es un Reino de paz, justicia y amor. Y, esa clase de Reino gusta a todos y es bueno para todos. Sin embargo, a pesar de ser una Buena Noticia, muchos la rechazan porque se dejan encandilar por las seducciones de este mundo, que a pesar de ser espejismos, atraen por su inmediatez aunque efímera y falsa.

martes, 22 de septiembre de 2020

UNA NUEVA FAMILIA

 

 Es cierto que Jesús nace en una familia. Necesita el calor de un padre y una madre y un hogar estable para crecer y madurar. La familia es la célula de la sociedad, y, Jesús, nace en una de tantas familias de su época donde transcurre sus primeros treinta años aproximadamente. Una familia sencilla y humilde en la que su padre adoptivo, José, desarrolla el oficio de carpintero para ganarse el sustento de cada día.

Sin embargo, la misión de Jesús no es quedarse en esa familia, sino la de formar una Nueva Familia, la Familia de los hijos de su Padre Dios, por y para lo que ha sido enviado a este mundo. Y eso Buena Noticia empieza a decírnosla en el Evangelio de hoy: (Lc 8,19-21): En aquel tiempo, se presentaron la madre y los hermanos de Jesús donde Él estaba, pero no podían llegar hasta Él a causa de la gente. Le anunciaron: «Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte». Pero Él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen». 

Y así es. La Nueva Familia de Jesús son todos aquellos que cumplen la Voluntad de Dios. Y, por supuesto, con estas Palabras de Jesús - mi madre y mis hermanos... - viene a descubrir que tanto su Padre adoptivo, como su Madre cumplen con la Voluntad de su Padre del Cielo. Ambos han dejado su voluntad, sus ideas, sus proyectos para asumir y aceptar la Voluntad de Dios.

Ahora, nosotros podemos preguntarnos, ¿también ponemos nosotros primero en nuestra vida la Voluntad de Dios? ¿Y cuál es su Voluntad? ¿No nos lo dice Jesús en repetidas veces? Se trata, pues, de amar y amar.

lunes, 21 de septiembre de 2020

¿LIBERTAD O ESCLAVITUD'

(Mt 9,9-13

En el fondo, aunque sabemos que no somos libres, seguimos pensando que los somos, porque podemos elegir y hacer lo que, aparentemente, nos venga en ganas. Sin embargo, la experiencia nos dice que esa no es la realidad y que no hacemos lo que pensamos que debemos hacer y de la manera que debemos actuar. En el fondo conocemos lo que está bien y lo que no lo está. Es decir, sabemos cuando estamos en pecado porque nuestra conciencia nos lo descubre.

En muchos momentos hemos experimentados situaciones que nos descubren lo débil de nuestra voluntad y, reconociendo que debemos actuar en verdad y justicia, actuamos de forma diferente y bajo la mentira y la injusticia. Es decir, miramos por nuestro propio interés y egoísmo. Nos viene al corazón una pregunta: ¿En realidad somos libres o esclavos? Porque, nos damos cuenta que, no queriendo, experimentamos que no podemos resistirnos a nuestras propias apetencias y egoísmos.

Y, abundando en esta experiencia concluimos que solo la Verdad nos hará libres. Libres para decidir hacer el bien, vivir en la verdad y ser generosos, honrados y misericordiosos, resistiéndonos a la maldad, la mentira y las injusticias que buscan y persiguen someternos y alejarnos del Señor.

domingo, 20 de septiembre de 2020

DERECHOS O MISERICORDIA

Mt 20,1-16


Nuestra idea de justicia está muy lejos de la de Dios. Mientras nosotros pensamos, a más méritos, más recompensa; a más tiempo y obras, mayor salario. Nuestra razón no alcanza a entender las razones de Dios, y mientras a nosotros nos parece que el tiempo, la cantidad y las obras son directamente proporcionales a los salarios o recompensas, con Dios no funciona así.

En la parábola que Jesús nos cuenta hoy, una hora para el Señor de la Viña puede ser suficiente para recompensarle con el salario de una jornada completa. Al parecer es el tiempo ni las muchas obras lo que premia el Señor, sino la disponibilidad, la buena intención y la actitud del corazón. Sorprende, pues, desde la razón humana, que a los últimos de esta parábola, el Señor de la Viña les pague lo mismo que a los que han trabajado todo el día. No entra en nuestras cabezas esa forma de establecer derechos y justicia.

Pero, ¿olvidamos que el Señor de la Viña, no solo nos da el trabajo sino que también es Señor del tiempo, la vida y todas nuestras obras? Por Él somos y existimos y, aunque nos ha regalado también la libertad para elegir ir, hacer y obedecer, Quizás, esa sea, aunque es también un regalo de su Amor e Infinita Misericordia, la alternativa a responderle o rechazarle.

De cualquier modo, para el Señor de la Viña, no cuentan ni las obras, ni las horas de trabajo como lo verdaderamente importante, Él solo nos pide la entrega de nuestra libertad, recibida gratuitamente, porque todo lo demás corre por su cuenta, es decir, son añadiduras que el Señor nos regala a nuestra respuesta de corazón de acudir a su llamada. ¿Acaso no nos damos cuenta que el Señor sale cada día a invitarnos a su Viña para que, auxiliados y asistidos por el Espíritu Santo, demos los frutos que a cada uno corresponde dar al amor que Él nos da?

sábado, 19 de septiembre de 2020

LA SIEMBRA DE TU VIDA

 Lc 8,4-15

 

Quieras o no, tu vida es una siembra, porque, en tu camino irás dejando la huella de tu vivir y los hechos con los que vas construyendo tu vida. Esa es tu siembra y de ella obtendrás los frutos que, en tu camino y con el tiempo, la tierra de tu corazón va produciendo. Ni que decir tiene que, la calidad de esos frutos dependerá del amor con el que se haya ido cultivando.

Posiblemente, muchas de tus pequeñas semillas no caerán en la tierra que tú deseas y, arrastradas al camino serán pacto de las pisadas de los que por allí pasan y de la comidas de los pájaros. Son semillas fugaces que de la misma manera que caen en la tierra, son devoradas por las palabras que se lleva el viento enviado por el diablo. Otras, quedarán atrapadas entre pedrusco que le impedirán crecer y desarrollarse, y, aunque por algún tiempo creen y se entusiasman, pronto terminaran desencarnadas y sin raíces que les impedirán crecer y dar frutos. También están aquellas que, crecidas entre zarzales escuchan la Palabra, pero, seducidos por los afanes, ambiciones y placeres del mundo, terminan abandonando.

Por último, están aquellas semillas que caen en tierra buena y hunden sus raíces en la profundidad de sus corazones hasta fortalecidas con la Gracia de Dios, mueren y dan frutos. Abundantes frutos buenos que perseveran hasta entregar sus vidas. Ahora, la cuestión es preguntarnos, ¿dónde han caído las semillas que, a lo largo de mi vida, he ido sembrando durante mi camino?

Responder a esa pregunta irá clarificando la siembra de mis semillas y los frutos que he dado. Bien está confesar que soy consciente de que muchas de mis semillas han caído a la orilla del camino; otras entre pedruscos y zarzales y, quizás las menos en tierra buena. Ese es mi propósito, esforzarme en que las semillas que restan a mi vida vayan cayendo en tierra buena y dando buenos frutos.

viernes, 18 de septiembre de 2020

EL PAPEL DE LA MUJER

Lc 8,1-3)
Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Por tanto, el hombre y la mujer se complementan para formar entre los dos la imagen de Dios. Un Dios que se manifiesta como hombre y mujer, porque es Padre y Madre. Así lo dibujó Rembrandt en su cuadro, mostrando la diferencia entre sus manos y distinguiendo claramente una mano femenina de otra masculina.
 
La Iglesia es realmente Iglesia cuando en ella se cobija la familia. No obstante la Iglesia es la reunión de familias en torno al altar Eucarístico, dando así lugar a la reunión de la gran reunión o comunidad cristiana. Y dentro de esa reunión de pequeñas comunidades domésticas, la mujer ocupa un lugar predominante y central. Se ha dicho que la mujer es el centro de la familia, y no solo se dice, sino que se experimenta y comprueba que así lo es.

Posiblemente, los tiempos que corren están descentrando el valor fundamental de la mujer en la familia, que no está reñido con su rol social y, también necesario. Jesús ha querido constituir su Iglesia en torno a la familia. Familia que el formó con su Madre y  Padre adoptivo José. Familia que se extiende a todos aquellos que cumplen la Voluntad de Dios, porque, solo cumpliendo la Voluntad de Dios encontraremos el Camino, la Verdad y la Vida que, precisamente, Él que lo es, nos señala.

Y la mujer tiene un papel muy importante. Así nos lo ha transmitido Jesús que se hizo acompañar, tal como nos dice el Evangelio de hoy, por muchas mujeres: En aquel tiempo, Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido...
 
Jesús rompe una tradición sobre la mujer y la hace partícipe de su misión dándoles misiones importantes en momentos puntuales de su misión. Solo hay que ver que la puerta por donde Jesús viene a este mundo es María, su Madre, y mujer bendita entre todas las mujeres.

jueves, 17 de septiembre de 2020

A MÁS AMOR, MÁS PERDÓN

Lucas 7, 36-50 - ParroquiaWeb | Evangelio del dia, Evangelio, Perfume de  mujer
Es la lógica humana, cuanto más amas, más misericordia y, por supuesto, perdón, alcanzas. Pero, también es la lógica Divina. Nos lo dice Jesús en el Evangelio de hoy: (Lc 7,36-50): En aquel tiempo, un fariseo rogó a Jesús que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa. Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, y poniéndose...

La realidad es que cuando descubres el amor verdadero experimentas que no es posesivo sino todo lo contrario, libre. El amor es libre, porque, de no serlo, sería, no amor sino egoísmo. Y su mayor deseo y aspiración es el bien del ser amado., hasta el punto de llegar al extremo de dar su vida por él. Su aspiración máxima es conseguir la felicidad del ser amado. Es entonces cuando tu vida cambia y te sientes feliz pensando y dándote para la felicidad del ser amado.

¿Comprendes entonces lo que puede suceder cuando te encuentras verdaderamente con Jesús? Te lo puedes explicar en todo aquellos, desde María hasta el último que tú conozcas que se han encontrado con Él. En todos hay un denominador común, sus vidas han cambiado y todo ha quedado en un segundo plano. Él, el Señor, es lo primero y lo único amado y, todo lo demás, queda supeditado a Él.

Aquella mujer pecadora, de la que Jesús habla en el Evangelio, es muestra y ejemplo de lo que queremos transmitir y significar. Ella, experimentándose libre por el Amor Misericordioso de Jesús, le manifiesta su agradecimiento pleno y su disponibilidad de entregarse a corresponder, con ese mismo amor, en aras del bien, la verdad y la justicia. Un amor que se concreta en buscar la verdad que nos brinda paz y felicidad.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

FIRMES EN NUESTRAS IDEAS

Jesús era #amigo de los que estaban mal vistos por la sociedad. Jesús  brinda su amistad a TODOS no juzga . O… | Juzgar a los demas, Quien es  jesus, Evangelio de hoy
Es posible que tengamos fe, pero no estamos dispuestos a movernos de nuestras ideas ni un ápice. Nos proponen otras alternativas y no respondemos y nos mantenemos firmes en las nuestras. Jesús, en el Evangelio de hoy nos pone varios ejemplos con los que denuncia y pone al descubierto nuestra actitud recalcitrante: (Lc 7,31-35): En aquel tiempo, el Señor dijo: « ¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la...

Tener fe exige vaciarnos de nuestras ideas para, limpios de toda influencia, dejar entrar las que nos propone Jesús, la Luz que nos ilumina, Porque, Él nos propone y anuncia la Buena Noticia que nos salva. Por tanto, la cuestión no consiste en confesar la fe, sino vivirla en el día a día de nuestros compromisos y responsabilidades en la familia, el trabajo y en nuestras relaciones sociales de cada día.

Ahora, nos preguntamos, ¿respondemos nosotros a esas exigencias de nuestra fe? Porque, invitaciones no nos faltan tal y como Jesús nos ha señalado en el Evangelio. La Buena Noticia ha sido anunciada y corresponde a cada uno reflexionarla interiormente y dar una respuesta coherente a la propuesta a nuestra fe. No se trata, pues, de decir sí, sino de responder con nuestra participación y compromiso a vivir nuestra fe en cada instante de nuestra vida.

martes, 15 de septiembre de 2020

LA MATERNIDAD DE MARÍA


Una madre es un tesoro y esa es la experiencia del hijo. Sentirse acogido y protegido por el calor, la ternura y amor de una madre es algo que no tiene precio. El instinto de los polluelos a cobijarse bajo las alas de su madre dibuja una estampa de ternura, de entrega y del amor instintivo de la gallina en defensa de sus polluelos.
DIOS ME HABLA HOY: Juan 19, 25-27 | Arte biblico, Jesús fondo de pantalla,  La cruz de jesus
Juan, 19, 25-27

Nosotros tenemos el privilegio de tener dos madres. Una, la de la tierra que nos ha dado la vida, por la Gracia de Dios, y, otra,  la del Cielo que nos la ofrece Jesús, su Hijo, en el momento de entregar su Vida desde la Cruz, para nuestra salvación. Pero, simultáneamente, le pide a su Madre que sea también la Madre de todos. Y, desde ese momento, la Virgen es también Madre nuestra.

María es la Madre que camina, nos acompaña y nos guía por el camino que nos lleva a contactar con su Hijo. María nos enseña la forma y la manera de seguir a Jesús, mostrándonos humilde, obedientes y confiados a su Palabra y a su Amor. María es la Madre que nos aglutina, nos da esperanza y ruega por nosotros en todos los momentos de nuestra vida. Sobre todo en esos momentos de dificultad, de riesgo, de confusión y de peligro.

María, que supo estar con su Hijo hasta acompañarlo al pie de la Cruz, también está con cada uno de nosotros acompañándonos hasta el pie de nuestra cruz. Una cruz que se concreta en el seguimiento a su Hijo entregando nuestra vida en cumplimiento de su Voluntad.

lunes, 14 de septiembre de 2020

LA CRUZ, SIGNO DE SALVACIÓN

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Jn 3,13-17
Cuando nos invitan a seguir a Jesús, de entrada experimentamos animadversión por la cruz. Un camino de cruz no apetece a nadie y seguir a Jesús supone cargar con tu cruz y seguirle. Sin embargo, la cruz tiene otra mirada, es el signo de nuestra salvación y la máxima expresión de nuestro amor.

Porque, la cruz es la revelación del Amor del Padre y, también, la solidaridad de Jesús, el Hijo, que se entrega voluntariamente por amor para rescatar al hombre de la esclavitud del pecado y, merecer, por los méritos, valga la redundancia, de la Pasión y muerte de Jesús, la Vida Eterna. Desde ese contexto y, sobre todo, desde la fe, la exaltación de la Cruz es la celebración del triunfo de la Vida sobre la muerte, del amor sobre el pecado, y, sobre todo, del triunfo de Jesús, el Hijo de Dios, sobre la muerte, con su Resurrección.

Jesús asume voluntariamente nuestros pecados y entrega su vida para darnos la posibilidad de liberarnos de esa esclavitud que nos atenaza y nos somete. Jesús es el Mesías solidario y misericordioso que nos entrega su vida incondicionalmente invitándonos a nosotros también a solidarizarnos con todos aquellos que sufren, que son marginados, excluidos, esclavizados y crucificados para aliviarlos y ayudarles a bajar de esas cruces donde crucifican sus vidas. 

Y cuando se va descubriendo ese compromiso solidario, tomamos la cruz de nuestro camino para compartirlo con aquellos que sufren y lo pasan mal. Y con aquellos otros que, desconociendo la invitación de Jesús, ignoran que la cruz es signo de salvación.

domingo, 13 de septiembre de 2020

DEUDOR INSOLVENTE

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Sin perdón no puedo salvarme.  Soy un deudor perpetuo debido a que mi deuda me es imposible pagarla. La realidad de mi vida es esa. No tengo esperanza de saldar mi deuda con mi Padre Dios. Nunca podré satisfacer la deuda de mis pecados y, mi única esperanza es confiar y creer en la Infinita Misericordia de mi Padre Dios. Es esa, su Misericordia la que realmente me salva.

El perdón es la expresión del amor, pues, estás amando cuando perdonas, y, en la medida de tu perdón serás perdonado. Pero, pensemos, el perdón misericordioso de Dios tendrá efecto y relación con el perdón que tú tengas con los demás. Eso no lo deduzco yo, y, menos, lo digo. Eso lo dice Jesús en la parábola que hoy nos expone en el Evangelio: Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le...

Un amor que, semejante al de nuestro Padre Dios, se caracteriza por la incondicional disponibilidad de amar a los amigos, familiares, conocidos y, sobre todo, a enemigos. Jesús no nos mira por nuestros actos de piedad desencarnados de la realidad de nuestra vida. Sólo, si estos responden coherentemente a lo que realmente vivimos cada día y coinciden con la Voluntad de su Padre, serán del agrado de Él.

Porque, una cosa debe quedarnos meridianamente clara, el salir de nuestras comodidades para darnos en servicio incondicionalmente a los demás, sean amigos o enemigos, es la única expresión del amor verdadero a Dios, y de hacer, precisamente, su Voluntad. Sólo así toda nuestra hoja de piedad tiene verdadero y auténtico sentido.

sábado, 12 de septiembre de 2020

UN CORAZÓN BUENO DARÁ SIEMPRE FRUTOS BUENOS

LUCAS 6, 43-49 | Lucas 6, Evangelio segun san lucas, Pensamientos
Lc 6,43-49
Sabido es que de un árbol bueno no nacerán frutos malos, sino todo lo contrario, frutos buenos. Y, por el contrario, de un árbol dañado nacerán frutos malos y dañados. Lo afirmamos con ese refrán que todos conocemos: "de tal palo, tas astilla". Es de sentido común comprender que de algo malo no puede salir nada bueno y de lo bueno, en consecuencia, saldrán cosas buenas.

Por tanto, coincidiremos que de un hombre de buen corazón, sus frutos serán buenas obras, y, por el contrario, de un hombre de un corazón corrompido y herido por el pecado, sus frutos serán obras malas. De modo que, lo único y verdaderamente importante es dar y producir buenas obras, y eso lo descubrimos en lo más profundo de nuestros corazones. El hombre desea y quiere hacer buenas obras. Esa es su genuina intención y su impronta en el corazón humano. No olvidemos que hemos sido creados semejantes a Dios.

Ahora, sucede que ese corazón humano está sujeto al pecado y puede corromperse. Luego, dependiendo de su cultivo, de sus cuidados, de sus buenas o malas relaciones, del agua con la que sea regado, su bondad o maldad producirá buenos o malos frutos. Lo dice claramente Jesús, nuestro Señor, en el Evangelio de hoy cuando habla de edificar el camino de nuestra vida sobre verdadera y firme Roca o en unos cimientos arenosos que a la menor tempestad se viene abajo.

Necesitamos, pues, purificar nuestros corazones de todas aquellas inmundicias que los contaminan y le impiden realizar buenas obras. Por tanto, la lucha está planteada en el acontecer de cada día. Una lucha contra corriente que el mundo establece y contra criterios que confunden, contaminan tus buenas obras transformándolas en malas obras y malos frutos.

Es verdad que estamos sujetos a nuestras pasiones y egoísmos. Sostener nuestro corazón firme conlleva lucha, esfuerzo y fortaleza, pero, dependerá en donde apoyamos esa lucha de cada día, Roca o arena.

viernes, 11 de septiembre de 2020

PECADORES Y JUECES

Lucas 6,39-42 - ParroquiaWeb | Evangelio, Evangelio del dia, El maestro
Todos reconocemos nuestra imperfección. Es evidente que nos sabemos pecadores y no nos atrevemos a levantar la mano en señal de que estamos libre de pecado. Sin embarogo nos atrevemos a juzgar y a servir de guía para otros. ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿Acaso un pecador puede limpiar a otro pecador? ¿No se hundirán ambos en el abismo?. 

Es de sentido común mirarse interiormente primero, para luego, limpio, tratar de limpiar al otro. Se hace necesario recuperar la vista para luego servir de guía al que no ve. Por tanto, es aconsejable reflexionar sobre mis actitudes, mis errores, mis fallos y pecados, para, luego, en el esfuerzo de corregirme, por la Gracia de Dios, ayudar a corregirse a otros. Sería necesad querer limpiar sin estar yo limpio.

 No pretendamos ser maestros ni guías, primero, porque no lo somos, y, segundo, porque, nuestra debilidad es tal que nuestro testimonio no alcanza para servir y ser guía para otros. Por tanto, seamos sinceros con nosotros mismos y, abiertos a la Gracia de Dios, dejémonos limpiar interior y externamente para, por la acción del Espíritu Santo ser guía para otros señalándoles el camino hacia Xto. Jesús, Camino, Verdad y Vida. 

jueves, 10 de septiembre de 2020

LA DIFICULTAD DEL AMOR

LUCAS 6, 27-38 | Frases sabias, Frases sobre el hogar, No juzgues
El mandato es el amor y eso, a parte de que todo cristiano lo sabe, es la máxima que todo cristiano debe cumplir y vivir. Y, el peligro está en que, sabiéndolo, nos quedemos a media y no lo cumplimos.

Es ahí donde debemos reconocer nuestra condición de pecadores. El amor encierra una gran dificultad hasta el punto que, de nuestra capacidad de actuar dependerá nuestra salvación.

Todos experimentamos la necesidad de amar en lo más profundo de nuestro corazón. Y cuando digo todos me refiero a todos en general. el hombre ha sido creado por Amor y para amar, de modo que si no ama está yendo contra su propia naturaleza de amar. 

El amor será su asignatura pendiente. Ahora, ¿dónde está la dificultad de amar? Porque, cada cual, sea creyente o no, amará a los suyos, a sus amigos y bienhechores.

La dificultad se esconde en amar a los que no te aman e incluso a los te odian.  Eso, que no entiendes ni cabe en tu cabeza es la apuesta de Jesús por el hombre. El te ama así y, sin pedirte nada a cambio, te entrega su Vida y la ofrece para tu salvación.  Mayor riesgo imposible.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

LOS PREFERIDOS SON LOS POBRES

FELICES LOS POBRES ...Lucas 6,20-26. | Dibujos fano, Mensajes para niños,  Bienaventuranzas
Lc 6,20-26
Ha quedado muy claro que Jesús, el Hijo de Dios, ha venido a salvar a todos los hombres sin excepción. Sin embargo, hay una condición significativa, los pobres. Es decir, la pobreza es la condición irrenunciable de todos aquellos que quieren ser acogidos a la salvación que trae Jesús, el Mesías prometido y enviado por el Padre. Estos, los pobres son, pues, los preferidos por Jesús.

Entendemos por pobres aquellos que materialmente están, por las causas que sean, desposeídos de lo necesario para vivir dignamente. Y, por tanto, sufren. Supongo que, muchos son los que desperdician lo recibido y, despilfarrándolo, quedan sumidos en la pobreza. Son pobres por sus pecados y derroches, y, quizás, también por sus egoísmos. De cualquier forma, no nos toca a nosotros juzgar, sino todo lo contrario, amar como nos ama nuestro Padre Dios que nos enseña, en parábolas como la del Padre amoroso - Lc 15, 11-24 - a tener una actitud amorosa y misericordiosa con los demás.

Una cosa nos debe quedar muy clara. Se trata de que son verdaderamente los pobres los preferidos de Jesús, y, a ellos, ha venido a salvar preferiblemente. La cuestión, por tanto, es la siguiente: ¿Soy yo pobre? ¿O soy rico,  de los que me río, o me encuentro saciado? Porque, de estar en un lado o en otro dependerá también ser de los preferidos de Jesús. Por tanto, hagamos una verdadera y profunda reflexión que nos ayude a convertir nuestro corazón suficiente, rico e indiferente en un corazón pobre, necesitado y abierto a la acción del Espíritu Santo.

martes, 8 de septiembre de 2020

MARÍA, LA PUERTA DE NUESTRA SALVACIÓN

Pin en Dios, la Virgen y Santos
Mt 1,1-16.18-23
Quizás nos resulta familiar y conocido el texto del Evangelio de hoy. Posiblemente, los asiduos a la lectura diaria del Evangelio, lo conocerán, si no de memoria, si en su contenido. También es frecuente ver escenificaciones de esos momentos que marcaron la acontecido a María y José en los momentos previos a su nacimiento. La Navidad, fecha en la que celebramos el nacimiento de Jesús, es la época más propicia para su representación y recuerdo.

La realidad que tanta repetición se presta a viciarse y a ser difícil reflexionarla con aires renovados e intenciones puras que nos ayuden a fortalecer nuestra esperanza y purificar nuestro espíritu. Se hace necesario un esfuerzo de nuestra parte, a la luz del Espíritu Santo, para, abundando en el espíritu de María y José, ser capaces de vislumbrar su fe y su marcada obediencia a la Voluntad de Dios.

La primera intención que, ahora, en este momento que reflexiono, entra en mi corazón es la dureza y monotonía de cada día. Es la batalla contra la tentación de "otra vez con lo mismo" y el cansancio de la insistencia, de la esperanza y de la fe. Pienso, ¿cuántas veces se ha cansado María? Y, ¿cuántas dudas han pasado por su cabeza? ¿Cómo es posible que Dios me pida esto así?, pudo pensar María ¿No podía ser de otra manera? También yo me pregunto muchas cosas respecto a mis sueños.

¿Y José? ¿Cómo pudo enfrentarse a aceptar el estado de María? ¿Creyó en su sueño según le anunciaba el ángel sobre María? ¿Y yo, creo en mis sueños cuando intuyo que Dios me indica algo? Con estas preguntas y otras que puedan surgir quiero dejar patente lo difícil que resultó para María y José seguir la Voluntad del Padre. Y, por tanto, destaco la obediencia de María, su gran fe y esperanza en que la Voluntad de Dios era lo que debía realizar. Más tarde, su Hijo, diría: "Mis padres, hermanos son - Lc 8, 19-21 -  los que hacen la Voluntad de Dios"

De José podríamos decir lo mismo. Acepto esa misión de ser el padre adoptivo de Jesús superando todas las dificultades que la sociedad de su época le presentó, aceptando a María como su esposa a pesar de los acontecimientos que se habían producidos contrarios a las costumbres de su pueblo. Supo poner la obediencia y la fe por encima de sus proyectos. Dios el centro de su vida. Ahora nos toca a nosotros hacer lo mismo, y para ello, tener los oídos y los ojos muy abiertos.

lunes, 7 de septiembre de 2020

IMPORTA EL ESPÍRITU DE LA LEY

Lucas 6, 6-11 | Lucas 6, Evangelio, Evangelio del dia
Es obvio que el espíritu de la ley persigue el bien. Una ley se establece y se legisla para regular las relaciones entre las personas en orden al bien, la verdad, la justicia y la paz. Pero, por encima de toda ley está siempre el espíritu de buscar lo mejor y el bien para el hombre. De forma que, la ley nunca puede ir en contra del bien, la verdad y la justicia.

Por tanto, no favorecer el bien del hombre y buscar su mejoría inmediata, es decir, hoy, y no mañana, es de sentido común y lo más lógico y natural. Porque, el hombre busca el alivio inmediato y no tiene ningún sentido dejarlo para otro día. Una ley que exija eso es un disparate ilógico que no entra en la lógica y en la cabeza del hombre. Y es eso lo que provoca Jesús en aquella ocasión en la sinagoga aprovechando que un hombre sufre parálisis en un brazo. 

La pregunta es, ¿conviene o no curar esa parálisis del hombre hoy? ¿Por qué dejar para mañana ese dolor o impedimento físico? Una ley no puede, aunque no sea algo vital, impedir la mejoría de la persona hoy prolongándola para mañana u otro momento. No se puede anteponer y priorizar la ley posponiendo el bien del hombre. Y eso lo deja meridianamente claro Jesús delante de aquellos escribas y fariseos que buscan primero el cumplimiento antes que el bien del hombre.

No cabe ninguna duda que la ley está para respetarla y cumplirla en orden de servicio al hombre. Un servicio que conlleva el bien, la verdad y la justicia. El espíritu de la ley debe siempre buscar primero el bien del hombre. Es la intención de Lucas, dejar sentado que la ley debe siempre buscar y encontrar la verdad que beneficia y mejora la vida del hombre. Y Jesús lo descubre, lo anuncia y lo realiza.

domingo, 6 de septiembre de 2020

LA CORRECCIÓN NECESITA DEL AMOR

Pin en #Dios te ama y pelea por sus hijos...
Cuando vislumbras un posible error en otra persona y decides corregirle, debes primero despojarte de tus intereses, ideas propias y alumbrarle el error al que lo está cometiendo. Todo eso realizado desde una actitud de amor y buscando siempre el bien y la verdad. Y, por supuesto, desde la acción y luz del Espíritu Santo. Porque, hacerlo desde una actitud partidista es añadir más error al ya existente error.

La corrección necesita mucho amor, pues, solo desde esa actitud amorosa tu intención está siempre dirigida a buscar la verdad. Y, precisamente, la verdad es la que te hace libre para que puedas decidir libremente, valga la redundancia, el bien y buscar lo bueno, lo verdadero y justo. Y esa búsqueda te exige que tú estés también abierto a la verdad.  Y por tanto, al ser corregido.

Amor, paciencia y reciprocidad son las tres condiciones necesarias para emprender una buena corrección. Se hace, pues, necesario hablar primero con el Señor - oración - y preparar nuestro corazón, abierto y disponible, para que, iluminados por el Espíritu Santo, afrontar con garantía la búsqueda de la verdad entre el problema, conflicto o corrección que se nos plantea.

La comunidad siempre tendrá la asistencia del Espíritu, pues, donde dos o más se reúnen en mi Nombre, Yo estaré presente entre ellos. Y, por supuesto, donde esté el Señor se hace siempre la Luz.