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miércoles, 30 de junio de 2021

AL PARECER, EN ESTE MUNDO, PRIMA LA ECONOMÍA

 

No se mira el bien común, solo importa, por encima de todo, la economía, la productividad y la creación de riqueza. Prima, por tanto, y no solo es lo que parece sino la realidad, la economía por encima de la dignidad y el valor del bien y del ser humano - hombre y mujer - criaturas creadas y preferidas por Dios hasta el extremo de entregar la Vida de su único y predilecto Hijo.

No hablamos de una realidad pasada y correspondiente a otros tiempos, sino que hablamos también de la actualidad de nuestro tiempo de ahora. Y es que en la rabiosa actualidad de hoy sigue mandando la economía por encima de los derechos humanos.

 El aborto, la eutanasia, el sexo, la ley trans, el derecho a decidir, incluso los menores de edad, están por encima de la Ley Natural - sellada e impronta en nuestro corazón - y considerados como derechos humanos. Nos preguntamos, ¿es qué se puede considerar derechos humanos aquellos que van contra la propia dignidad y el bien de la propia persona humana? ¿Se entiende esta contradicción?

Estamos como Jesús en la otra orilla y enfrente a esos demonios que, como aquellos dos endemoniados tratan de destruir todo lo que huele a bien, a verdad y justicia. Todo lo que significa bien y concierne a su fe. Conocen nuestras debilidades propias de nuestra naturaleza humana y las tientan seduciéndolas con la riqueza y el poder. Y, frágiles, caemos una y otra vez. Realmente, somos débiles y si nos separamos de Jesús caemos en la trampa del demonio, que nos acecha para atacarnos en el momento oportuno y precipitarnos al abismo.