Mt 5, 38-42 |
Abrió el Evangelio del día y
leyó: ... Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agrava … Y se paró. No pudo seguir leyendo, su
cabeza no razonaba ni comprendía. No podía entenderlo´
—¿Cómo es posible que a
quien me hace mal, yo responda con el bien? ¿Se puede entender esto desde el punto
de vista humano, Manuel?
—Para el hombre es imposible.
Nuestra manera de proceder nos exige responder de manera proporcional, quizás
con más daño, al mal recibido. La propuesta que nos hace Jesús, el Señor, nos
supera.
—¿Y qué hacemos entonces?
—¿Qué nos dice la
experiencia? La violencia engendra violencia. Es decir, cuánto más respondemos
al mal con mal, más violencia engendramos y a peor va nuestra convivencia, paz
y justicia.
—¿Y eso qué significa?
—Significa que Jesús tiene
razón. Solo el amor y el bien pueden con el mal y la violencia.
—Luego, ¿la solución es
amar?
—Tú lo has dicho. Es Palabra
de Dios, y nuestra propia experiencia nos lo demuestra. Su muerte en la cruz,
aparentemente un fracaso, resultó el triunfo del amor y la misericordia. Y eso
le da verdadero sentido de esperanza a nuestra vida. Solo el amor nos lleva a
la vida eterna en plenitud de gozo y felicidad.
Pedro, algo más tranquilo volvió al Evangelio y, lleno de paz y esperanza, pudo seguir leyendo: Mt 5, 38-42: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo …
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