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martes, 3 de junio de 2025

LLAMADOS A LA VIDA ETERNA

Jn 17, 1-11ª
Hoy se lo decía a un amigo:

—Hemos sido creados, no para morir, sino para vivir eternamente. Y vivir en plenitud de felicidad. Se trata, pues, de recorrer este tiempo y en este mundo injertados en el Señor y hacer su Voluntad. Tenemos al Señor Jesús, el Mesías enviado por el Padre, como Camino, Verdad y Vida para no perdernos y a su Espíritu para acompañarnos en nuestro camino por este mundo.

El amigo no dijo nada. No sé si porque no cree y no le interesa, o porque realmente no tiene respuesta, y cegados por el mundo, demonio y carne permanecen con el corazón cerrado y endurecido. De alguna manera, muchos son los llamados y pocos los elegidos.

Me faltan palabras para poder expresarme respecto a esa hermosa y generosa oración que Jesús dirige a su Padre. Toda su vida ha sido un darse a glorificar al Padre, y ahora pide al Padre por aquellos que le han escuchado. Sólo se me ocurre pedirle al Señor que se acuerde de mí y me tenga entre sus elegidos y pida al Padre por mí, por mi familia y amigos. Y le abra los ojos a aquellos que persisten en sostenerlos cerrados. Esa esperanza me da fuerzas, levanta mi espíritu y me llena de gozo y alegría. Porque su Misericordia es infinita.