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miércoles, 4 de junio de 2025

MENSAJEROS DE FRATERNIDAD Y RECONCILIACIÓN

Jn 17, 11b-19

Manuel se sentía débil cada vez que olía el ambiente del mundo. Era difícil expresar un deseo de paz, de buena intención y de fraternidad. La corriente del mundo arrastra y es hostil al pensamiento de Jesús. Ser discípulo te creaba problemas, pues el mundo no comulga con la fraternidad ni solidaridad.

«Será difícil – se dijo – abrir el corazón hasta el extremo de darse en amor y misericordia. Posiblemente no te comprenderán ni entenderán esa actitud».

El mundo es hostil y seductor. No obstante es uno de los más graves peligros del alma. Caminamos entre lobos y muchos se introducirán entre nosotros. Eso nos exigirá estar muy atentos y unidos. No cabe duda de que la unión fortalece. Necesitamos estar unidos para resistir la lucha de un mundo que nos impone desigualdades, privilegios y margina al pobre y vulnerable.

 Unidos y en oración  permanente a nuestro Señor era la idea que llenaba la cabeza y el corazón de Manuel. Sabía y presentía, que unido al Señor resistiría las tentaciones y peligros del mundo, demonio y carne. Y eso le daba fuerza, ánimo y esperanza para seguir su camino.