jueves, 12 de junio de 2025

SACERDOTES, PROFETAS Y REYES POR LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

Jn 17, 1-2.9.14-26

—Pedro, ¿sabías que desde la hora de tu bautismo no solo quedas purificado del pecado original sino que también quedas transformado en Sacerdote, Profeta y Rey?

—Sí, he oído eso, pero, otra cosa es que no llego a entenderlo bien.

—Bueno, lo que yo entiendo es que al recibir el Espíritu Santo en nuestro bautismo, quedamos revestido de la misma misión de Cristo como Sacerdote, Profeta y Rey. Y esto significa que, por el Bautismo estamos llamados a vivir una vida de servicio a Dios y a los demás, siguiendo la referencia y modelo de Jesús.

Y esto nos exige que prediquemos, no a nosotros, sino la Palabra de Dios, que está por encima de nosotros. Y, asistidos por el Espíritu Santo predicar con nuestra vida y obras la verdad, la justicia, la paz, la misericordia y todos los valores que nos vienen de Dios. Y, por supuesto, por el bautismo quedamos también transformados en reyes, es decir, capaces de conducir, gobernar, reinar y pastorear por la acción del Espíritu en actitud de servicio y misericordia.

—Ahora me queda la cosa más clara. Espero, por la acción del Espíritu, dar todo lo que he recibido en aras de mi compromiso de bautismo.

—No obstante, remarcó Manuel, no debemos apurarnos ni tampoco echarnos encima una loza que nos aplastes y sus efectos sean los contrarios. Sabemos lo que realmente somos, pequeñas criaturas débiles y pecadores, por tanto, pongámonos siempre en manos del Espíritu y, en su nombre y por su Gracia, dejemos guiarnos aceptando el peso de nuestra propia cruz.

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