viernes, 19 de abril de 2024

UNA RELACIÓN DE UNIDAD Y FRATERNIDAD

La meta a la que nos lleva este mundo es a la individualidad. Ahora tratan de desestabilizar la familia y, con ello, dejar al hombre solo como individuo sin relación para, desde ahí, someterlo con más facilidad. Porque, el hombre es un ser en relación y necesita el vínculo familiar para nacer desde el amor y educarse en el amor.

Jesús, que vive y padece esta situación ya en su tiempo, donde los pobres y enfermos eran marginados y excluidos, se ofrece – Cuerpo y Sangre- para establecer una amistad fortalecida en el Espíritu que nos una y que desde Él nos lleve a la unidad fraterna que nos haga más personas relacionadas, desde la verdad, justicia y amor, los unos con los otros.

En un mundo donde impera el poder, la riqueza y prevalecen los egoísmos, el hombre se aísla y, refugiado en los avances técnicos se individualiza y se destruye a sí mismo. Ha nacido para amar y ser amado, y eso exige una condición sine qua non; la relación amorosa y misericordiosa. Amar en la verdad, justicia y misericordia.

Solo en y por Jesús, el Hijo de Dios Vivo, el hombre puede encontrar y permanecer en su esencia vital, el amor. Porque, Dios es Amor y por Amor ha enviado a su Hijo para redimirnos con su Pasión, muerte y Resurrección. Él es ese Pan de Vida que nos da la sabiduría y la fortaleza de sabernos hermanos y de, en y por Él, estar relacionados y unidos en un solo Amor tal como el Padre y el Hijo.

 

jueves, 18 de abril de 2024

VIDA ETERNA

Se dice pronto y su expresión es breve: «Vida Eterna», pero su búsqueda es incesante en el camino de nuestra vida. ¿Quién no quiere ser eterno? Claro, eterno pero en plenitud de gozo y felicidad. De otra forma no merece la pena. Es lo que nos sucede con las cosas de este mundo, nos dan felicidad pero muy breve en el tiempo, no en la expresión de la palabra.

¿Vale la pena pasarlo bien un rato? Diríamos que no, pero como no hay otra manera de hacerlo ni otra posibilidad de pasar un rato feliz, lo deseamos y buscamos. Sin embargo, nuestro mayor deseo es ser feliz siempre, que no se acabe ese momento. Diríamos que la eternidad es la prolongación, sin final, de ese momento feliz. Y eso es lo que buscamos en todo instante, pasarlo bien.

La propuesta de Jesús es precisamente esa: (Jn 6,44-51): … Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».  Ahora, la cuestión es fiarte o no de la Palabra del Señor. Son muchos los que se han fiado, entre ellos yo. Y muchos también que no se fían, apuestan por esta felicidad que te ofrece el mundo pero que se acaba más pronto que tarde. ¿Tú, que quizás lees esta reflexión, ¿qué eliges?

Ahora, sabes el camino, y si no lo sabes Jesús, Camino, Verdad y Vida te lo muestra y enseña. Será cuestión de escucharle, conocerle, acercarse a Él y, confiando en su Palabra, seguirle. Así de fácil y sencillo, pero así de difícil y duro. La verdadera felicidad que buscamos, nos dice el Señor, está en nuestra disponibilidad a despojarnos de nosotros mismos para darnos en servicio por amor a los demás, sobre todo a los más necesitados.

miércoles, 17 de abril de 2024

SE TRATA DE VIDA ETERNA

Jesús lo dice muy claro en este pasaje evangélico. Claro, muy claro para aquellos que está dispuestos a creer en su Palabra: (Jn 6,35-40): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a … Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día».

Poco se puede añadir. Jesús lo deja muy claro. Ahora, tú y yo tomaremos una opción: creerle o no. Y dependiendo de esa opción nuestra vida será anuncio y testimonio de su Palabra o lo contrario. Poco más se puede decir.

Eso sí, desde mi experiencia te animo a creer. Dentro de ti está esa respuesta que buscas por otros caminos y tiene una sola dirección: encuentro con el Señor Jesús.

martes, 16 de abril de 2024

YO SOY EL PAN DE VIDA

Esa es la cuestión, Jesús, el Señor, es verdadero Pan de Vida y quien come de ese Pan y cree en Él no tendrá hambre ni sed jamás. ¿Lo crees o no lo crees? Tú tienes la palabra porque Dios la ha dejado a tu libre elección. Puedes creer o rechazarla. Puedes pensar que no te convence y que tienes mejor camino según tus pensamientos. Puedes hacer lo que creas más conveniente según tu entendimiento.

Ahora, no te equivoques, porque en eso te juegas la felicidad eterna. Viviremos eternamente, pero estar a la derecha o a la izquierda determinará nuestra eterna felicidad o eterna infelicidad.

Es evidente que nunca lo vamos a tener claro. Lo meritorio, por decir algo, es fiarnos a pesar de nuestras lagunas de entendimiento. Los apóstoles tuvieron esa lucha y al final creyeron. Es verdad que tuvieron muchas pruebas y apariciones de Jesús, pero también es cierto que ellos tuvieron que poner mucho de su parte. Muchos otros vieron signos y milagros y no creyeron.

¿En dónde estamos nosotros en este momento? Sería bueno tratar de respondernos a nosotros mismos.

¿Entendemos lo que nos quiere decir Jesús: «Yo soy el Pan de Vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás»

No se trata de este mundo sino de la plenitud del otro. Posiblemente en este mundo tengamos, como sucedió con Jesús, carencias, precariedades, y una vida sobria. El Pan que Jesús nos ofrece es ese alimento que nos dará fortaleza y libertad para lograr desposeerte y darte a los demás. No se trata un pan de abundancia, de hartura y bienestar. Se trata de ser libre hasta el extremo de darte plenamente porque ya no sientes ni hambre ni sed de las cosas de este mundo. Simplemente un gozo de amor misericordioso.

lunes, 15 de abril de 2024

IMPORTAN OTRAS COSAS NO LAS DE ESTE MUNDO

Es evidente que vivimos con los ojos cerrados. O, al menor, los mantenemos cerrados la mayor parte del tiempo. Es cuestión de escucharnos y, sobre todo, de Escuchar al Señor que nos habla cada día. Sucede que apagamos, con nuestros ruidos, su Voz y nos afanamos, mal dirigidos por el príncipe de este mundo, en la búsqueda de las cosas materiales y caducas de este mundo. Solo lograremos ser cada día más infeliz.

Debemos hacernos una pregunta: ¿Qué es lo que realmente buscamos en Jesús, la solución a nuestros problemas o parecernos a Él y darnos como Él se dio? Porque, lo primero es innato al ser humano y lo que instintivamente  y espontáneamente el ser humano busca. Todos buscamos y deseamos satisfacer nuestras necesidades de salud y subsistencia, y en Jesús, sobre todo después de la multiplicación de los panes, todos le buscan para satisfacer materialmente todas sus carencias.

No debemos asustarnos ni preocuparnos, es algo consustancial con nuestra propia naturaleza y normal que procedamos de esa forma. Pero, Jesús no nos rechaza por eso, al contrario se nos ofrece como solución a todos nuestros problemas que se nos plantea en este mundo. Dichoso y bienaventurados los que creen en Él. Y es que en esa relación con El, como ocurrió con los apóstoles, encontramos la Luz y la Gracia de que nuestro entendimiento se ilumine y nos demos cuenta del Amor Misericordioso de nuestro Padre Dios y recibamos el don de la fe.

Conviene, pues, levantar nuestra mirada hacia arriba y atesorar tesoros, no de aquí abajo, sino de los que son apreciados y valorados en el Cielo. De sobra sabemos cuales son. Busquemos pues, al Señor por lo que nos puede ayudar a vivir en el Amor y la Misericordia.

domingo, 14 de abril de 2024

SORPRENDIDOS Y CONFUNDIDOS: NO ATINABAN A CREÉRSELO.

Creo que incluso lo comprendemos desde la gran distancia en el tiempo que nos separa de los apóstoles. Tampoco a nosotros nos resulta fácil ahora creérnoslo. Tenemos el testimonio escrito de los apóstoles, de la Iglesia que ha ido transmitiendo la Resurrección del Señor a través de los siglos, pero nosotros y cada generación correspondiente seguimos desconfiando y poniendo pegas.

Es evidente que sin fe no podemos dar un paso, y menos tener un encuentro serio y profundo del Señor. Se hace necesario creer, fiarnos del testimonio apostólico, de la Iglesia y de la Palabra del Señor. Y, sobre todo, de abrirnos a la acción del Espíritu Santo.

Todo se ha cumplido en Él. Estaba escrito y trazado ya el plan de salvación que el Padre había pensado para su Hijo, y para recuperarnos devolviéndonos la dignidad de hijos y liberándonos de la esclavitud del pecado. Pero, somos tercos, preferimos las cebollas y la esclavitud de Egipto al camino, aunque de cruz, del desierto que nos lleva al encuentro con el Señor y a participar de la Gloria Eterna. Pidamos al Espíritu Santo, que nos acompaña desde la hora de nuestro bautismo que nos abra los ojos, el entendimiento y aumente nuestra fe.

sábado, 13 de abril de 2024

SOY YO, NO TEMAN

Hay muchos momentos de nuestra vida que buscamos, y es precisamente lo que necesitamos, una palabra de consuelo, de comprensión y de ánimo. Por experiencia sabemos que en los momentos de apuro llamamos a nuestra Madre del Cielo o suplicamos a nuestro Padre Dios. Son como expresiones que salen de nuestro corazón de manera espontánea sin apenas tiempo para pensar que decimos. Y eso realmente prueba que dentro de nuestro corazón está sellada la impronta de la huella de nuestro Creador: Su Amor Infinito y Misericordioso.

Poner toda tu confianza en el Señor te fortalece y te vigoriza hasta el punto de sobreponerte y conseguir superar o soportar los miedos, las angustias o las privaciones. No se trata de que por la fe tus problemas disminuyen o desaparecen. La vida, tu vida, es un camino de cruz, y la cruz supone peligro, angustia, dolor y dificultades.

Pero, la diferencia está en recorrer ese camino solo y por tu cuenta o hacerlo junto, confiado y apoyado en el Señor. Los problemas y las dificultades serán las mismas, pero tu fortaleza y tu esperanza serán otras si pones tu fe en la presencia del Señor. El Espíritu Santo, que ha venido a ti el día de tu bautismo, te dará ánimo, esperanza, fortaleza y valentía para enfrentarte a ellos y superarlos.

La fe nos da la seguridad de una Presencia, la presencia de Jesús que nos impulsa a superar las tormentas existenciales, la certeza de una mano que nos aferra para ayudarnos a afrontar las dificultades, indicándonos el camino incluso cuando está oscuro. La fe, nos dice el Papa Francisco, en resumen, no es una escapatoria de los problemas de la vida, pero nos sostiene en el camino y le da un sentido. (13082017)