martes, 26 de julio de 2011

LOS FRUTOS DE NUESTRO TALENTO (Mt 13, 36-43)


Sabemos que debemos hacer buen uso de todas las cosas de la tierra porque son para el disfrute de todos. Si las despilfarramos y las usamos mal, puede que a otros les falte. De igual forma, debemos y tenemos el deber y la obligación de aprovechar, reciclar, todo lo que nos sobra y que nos queda como residuos de lo que usamos. 

Es la forma de limpiar nuestro medio y de aprovechar todo lo que usamos y desechamos posteriormente. Es la forma de emplear todos nuestros talentos en servir a los demás y en darle utilidad a todo lo que sobra para bien y servicio de aquellos a los que les puede faltar.

Y, hoy, la Palabra de DIOS nos interpela para que hagamos uso de todos nuestros talentos en relación  y para el aprovechamiento de los demás. Y no sólo respecto a los bienes materiales sino también a los intelectuales y espirituales que cada uno de nosotros posea. Precisamente porque los ha recibido gratuitamente. Lo que recibas gratuito dalos gratuito.

El Sembrador ha sembrado mi campo particular de buena semilla, pero, por el Maligno, el pecado, también crece en mi campo cizaña que puede estropear la semilla buena que hay en mí, y tenemos que estar alerta y preparados para evitar que eso suceda.

Riega, SEÑOR, mi campo de buena agua y buen
abono para que mi tierra sea fértil y 
produzca buenos frutos. Amén