| Mt 10, 17-22 |
El tema de la tertulia
versaba sobre eso. Muchos se escandalizaban por esas violentas persecuciones a
los cristianos. En estas réplicas y contrarréplicas, Pedro alzó la voz.
Entonces, Pedro,
convencido de que estaba en lo cierto, agregó:
—Tengamos en cuenta que
vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron.
Con la paciencia y
suavidad que le caracterizaba, Manuel lentamente abrió su Biblia y leyó:
—Sin embargo, en medio
del rechazo, la claridad de la mirada de Esteban y la confianza en su Señor son
un testimonio que arrastra y mueve a un seguimiento fiel del Maestro.
Levantando su Biblia con
su mano, dijo:
—En Mateo 10, 17-22,
Jesús dijo a sus apóstoles: «¡Cuidado con la gente!, porque les entregarán a los tribunales, les
azotarán en las sinagogas y les harán…
Al terminar de leer,
miró para todos y concluyó:
—Termina diciendo: «Serán
odiados por todos a causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el final se
salvará».
Todos comprendieron que
realmente se puede morir así —Esteban era el primer testimonio— cuando se ha
descubierto una vida que colma por dentro de sentido, dignidad y esperanza.
Había un sentimiento que
envolvía el convencimiento de que vale la pena tener a Cristo como Señor de
nuestras vidas.