jueves, 7 de septiembre de 2023

PALABRA DE DIOS

Lucas 5, 1-11
Hay momentos que la razón no nos deja avanzar. Lo hemos intentado muchas veces y siempre el resultado ha sido el mismo. Sería absurdo y disparatado volverlo a intentar. Supongo e imagino que ese era la circunstancia y la situación de Pedro aquel día y en aquel momento, ¡cómo que remar mar adentro y echar las redes para pescar! ¿Acaso no hemos estado toda la noche pescando sin coger nada?

No es nada fácil obedecer. Y más subordinándose todo un experto marinero a un carpintero. Desde esta situación podemos imaginarnos y suponer la admiración y respeto de Pedro a la Palabra de Jesús. Lo hace no porque crea que va a coger peces sino porque Jesús lo ha dicho. Y el resultado es el que siempre se desprende de responder y obedecer a la Palabra del Señor.

Es posible que a nosotros no nos guste, no nos resulte beneficioso o no sea de nuestro pleno agrado, pero todo lo que el Señor nos propone, nos señala y nos manda va en favor y conveniencia de nuestro propio bien. Y es que no puede ser de otra manera. ¿Cómo es que no nos va a dar lo mejor y lo que más queremos nuestro Padre? ¡Y además un Padre todo poderoso!

Dios, nuestro Padre, nos ha creado para que seamos felices eternamente. Por tanto, nos cuidará y dará todo lo que nos convenga para conseguir esa felicidad eterna. Echar nuestras redes ha de ser una de las consignas que quizás tengamos también nosotros que hacer. Y, posiblemente, nos suceda como a Pedro. Pensamos que no vale la pena, que ya hemos hecho bastante y los resultados son los que son. Pues bien, hagamos lo que hizo Pedro, fiarse de la Palabra de Jesús y obedecer. Sigamos echando nuestras redes, a pesar de ser viejas, de estar medias estropeadas de tanto uso y sin ningún resultado. Creemos en tu Palabra, Señor.