Lucas 5, 1-11 |
No es nada fácil
obedecer. Y más subordinándose todo un experto marinero a un carpintero. Desde
esta situación podemos imaginarnos y suponer la admiración y respeto de Pedro a
la Palabra de Jesús. Lo hace no porque crea que va a coger peces sino porque
Jesús lo ha dicho. Y el resultado es el que siempre se desprende de responder y
obedecer a la Palabra del Señor.
Es posible que a
nosotros no nos guste, no nos resulte beneficioso o no sea de nuestro pleno
agrado, pero todo lo que el Señor nos propone, nos señala y nos manda va en
favor y conveniencia de nuestro propio bien. Y es que no puede ser de otra
manera. ¿Cómo es que no nos va a dar lo mejor y lo que más queremos nuestro
Padre? ¡Y además un Padre todo poderoso!
Dios, nuestro Padre, nos ha creado para que seamos felices eternamente. Por tanto, nos cuidará y dará todo lo que nos convenga para conseguir esa felicidad eterna. Echar nuestras redes ha de ser una de las consignas que quizás tengamos también nosotros que hacer. Y, posiblemente, nos suceda como a Pedro. Pensamos que no vale la pena, que ya hemos hecho bastante y los resultados son los que son. Pues bien, hagamos lo que hizo Pedro, fiarse de la Palabra de Jesús y obedecer. Sigamos echando nuestras redes, a pesar de ser viejas, de estar medias estropeadas de tanto uso y sin ningún resultado. Creemos en tu Palabra, Señor.