jueves, 3 de enero de 2013

¿ES JESÚS NUESTRA REFERENCIA?

Jn 1, 29-34

Porque esa es la pregunta, no hay otra. Jesús marca la diferencia en todo, y nuestra vida estará bien orientada o no dependiendo de que estemos con Jesús o fuera de Él. Verdad es que muchos no lo creen así, y en esa actitud niegan y rechazan su dependencia de Jesús.

Detrás del poder, de las riquezas, de la prepotencia y soberbia se esconde la actitud de rechazo al Señor. Nada se necesita cuando te sientes fuertes y capaz de ser el mejor. Te bastas tú solo. Sin embargo, todo cambia cuando experimentas la necesidad de ayuda, de pobreza y de salvación. Es entonces cuando estás en el momento de dar paso al encuentro, de encontrarte con la mirada de Jesús.

Juan así lo descubrió. Supo darse cuenta que había llegado su hora y había llegado el que había que venir. Él lo señaló sin ninguna duda a aquellos que le preguntaron, e indicó a sus mismos discípulo quien era el Maestro. Su misión había terminado, y empezaba la de Jesús, el Mesías prometido para la salvación de los hombres.

Pidamos a nuestro Padre Dios que nos de siempre la luz que nos alumbre el camino que conduce a su Hijo Jesús. Él es la luz de la Vida, la Verdad y el Camino que nos conduce hacia la Casa del Padre. Sólo Él es capaz de salvarnos y a Él solo debemos seguir. Amén.