jueves, 21 de enero de 2021

BUSCANDO RESPONDER A MIS INTERROGANTES

Mc 3,7-1

A lo largo de la vida de cada persona se presentan muchos interrogantes. Interrogantes sin respuesta inmediata, pero que, en el camino podemos ir dando respuesta. También, en el camino nos encontramos con muchos obstáculos a superar, pero algunos difíciles y ante los que nos sentimos impotentes e indefensos. Es entonces cuando nos acordamos de ese Dios que hemos oído y del que nos han hablado.

Quizás sea la primera vez que recurrimos a Él necesitado y reconociendo nuestra pobreza e impotencia. El Evangelio de Marcos nos narra uno de esos momentos en los que Jesús se ve asediado por el gentío que reclama su presencia para que les cure de sus dolencias y enfermedades. Tú, yo y todos también lo hacemos cuando se hace presente la enfermedad en nuestra vida.

Oímos hablar maravillas de sus curaciones y le buscamos. Hoy lo hacemos por medio de la oración, pero, curados o pasado ese mal momento, todo queda en los labios. Al corazón llega poco o nada. Pero, ¿quién realmente es Jesús? Los espíritu inmundo, a quienes expulsa, de dicen: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero Él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran. 

Posiblemente, supongo, Jesús no busca gloria ni fama, quiere simplemente tu corazón y tus pecados para curarte y limpiar tu alma. Quiere tu reconocimiento y arrepentimiento para devolverte esa dignidad de hijo de Dios. Quiere que le aceptes como el Hijo de Dios encarnado en naturaleza humana que ha venido a liberarte y salvarte del pecado.