jueves, 27 de octubre de 2022

EL PLAN DE DIOS

Lucas 13, 31-35

Jesús es fiel al plan de su Padre. Nada le va a detener. Ha venido a anunciar el Amor Misericordioso de su Padre y la salvación eterna para todos aquellos que, reconociéndose pecadores, se acojan a su Misericordia. Nadie le detendrá en su misión. Su camino está ya diseñado y Jesús no parará hasta el extremo de entregar su Vida.

Es lo profetizado, Jerusalén que mata a los profetas y a los que se te envían. En tiempo de persecuciones los pastores no deben abandonar a los fieles. Y así sucede con los misioneros y todos, fieles y misioneros, que, actualmente, están entregando su vida por la fe en Xto. Jesús, quizás en estos mismos momentos que lo escribimos.

Jesús no se paró y su Iglesia tampoco se va a parar. Los misioneros y los voluntarios permanecen. El martirio es cuna de cristianos que se sostienen firmes en la fe. Nadie, injertado en el Espíritu Santo, da un paso atrás. Cristo es el centro y nuestra Roca y Fortaleza. En Él estamos dispuestos también a entregar nuestra vida, porque, la muerte no existe para el cristiano, sino el paso – Pascua – por la muerte a la vida. Una vida donde florecerá el gozo, la felicidad para siempre.

Sabemos, por la fe en su Palabra, que llegará el final y la victoria será plena. De esta manera Jesús lo dice al final del Evangelio de hoy: Les digo que no me verán hasta el día que digan: “Bendito el que viene en nombre del Señor”.

Y esto nos debe animar a fortalecer nuestra fe. Nos debe animar a proclamar la Palabra de Dios y a vivir en la Verdad y Justicia Divina. Y a no tener miedo, pues lo peor que nos puede pasar es perder la vida. Y sabemos que perder la vida en este mundo es ganar la verdadera Vida, la Eterna y junto al Padre. Por tanto, nuestra misión también es, como hizo nuestro Señor Jesús, vivir en la Voluntad del Padre. Y la Voluntad del Padre es que nos amemos hasta el extremo de entregar la vida por ese amor que proclama la verdad y la justicia.