Hay muchos
momentos en nuestra vida que nos cuesta encontrar el camino correcto de la
verdad. Buscamos luz que nos ayude a discernir sobre lo que es verdad y lo que
no lo es. Hay muchas mentiras disfrazadas de verdad y eso pone en riesgo
nuestra elección y nuestra vida.
Las palabras del
Evangelio de hoy que Jesús nos anuncia nos llenan de gozo y alegría. Sentirse
protegido, defendido y seguro da paz y tranquilidad a tu vida. Saber que Jesús
te acompaña, vigila tus pasos y está pendiente de ti es algo inenarrable y
difícil de explicar pero gozoso y esperanzador.
Por experiencia
sabes que fuera del redil – de la presencia de Dios – te amenazan ladrones,
lobos y otros pastores interesados pero falsos. Las ovejas no pueden exponerse,
sin más, a tales riesgos. Su Pastor es aquel que les posibilita ir al pasto seguro.
Él, precisamente, es la puerta, la única puerta por donde se entra y sale.
La vida, nuestra vida no tiene otra alternativa. No busquemos otros pastores ni otras puertas porque nos los hay ni las hay. Jesús es el único Pastor que da su Vida por sus ovejas, las conoce y las protege. Nuestra vida no tiene otra entrada ni otra salida que la que nos lleva al redil del buen Pastor. Él es la única puerta que nos conduce a la vida y vida eterna.