domingo, 23 de enero de 2022

TODO LO PROFETIZADO EN EL ANTINGUO TESTAMENTO, SE CUMPLE EN JESÚS EN EL NUEVO

 

Nada se había dejado al azar. Todo lo profetizado por los Profetas del Antiguo Testamento estaba pensado y anunciado para que se cumpliera en el Nuevo. Y se cumpliera en Jesús de Nazaret. Así lo describe y narra el Evangelista Lucas refiriéndose a Teófilo: (Lc 1,1-4; 4,14-21): Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas…

Era lógico que la fama de Jesús se extendiera como la pólvora. Su autoridad entre lo que dice y lo que hace es única, y todo su obrar tiene cumplimiento. Acudió a Nazaret – donde se había criado – y, como costumbre, entra en la sinagoga en sábado. Allí le entregan el rollo del Profeta Isaías y, desenrollándolo, encuentra el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor». Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy».

Lo verdaderamente importante no es quedarnos aquí, sino mirarnos y ver que pensamos nosotros hoy y donde estamos. ¿Qué nos dice la Palabra? ¿La escuchamos? ¿La reflexionamos? ¿Tenemos también nosotros al Espíritu? ¿No adviertes que tú – también yo – lo hemos recibido en nuestro bautismo? ¿Y le ponemos escucha y atención a lo que nos sugiere y nos dice? Tengamos muy presente que también el Espíritu de Dios está sobre nosotros. Y, en cada momento de tu vida, aunque no lo percibas, se cumple esta escritura: Tu compromiso de anunciar la Buena Notica a los pobres.