lunes, 6 de mayo de 2024

LLEVAMOS BUENA COMPAÑÍA

No vamos solo, sería una locura y una derrota segura. El diablo puede más que nosotros pero no cuando estamos unidos al Espíritu Santo, tercera Persona de la Santísima Trinidad. Y desde aquel día, bien por medio de nuestro padres que dieron el sí por nosotros, o bien porque, ya adultos, decidimos seguir al Señor, en la hora de nuestro bautismo, el Espíritu Santo vino a nosotros y desde ese momento nos acompaña, nos fortalece, nos ilumina y auxilia para que superemos todas las pruebas y tentaciones que el mundo, demonio y carne nos presenta.

Jesús se va a los cielos pero nos promete que vendrá a nosotros desde el Padre el Espíritu de la Verdad que enviará, nos dice. Y que procede del Padre. Estas son sus Palabras según el Evangelio: (Jn 15,26—16,4): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio. Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho».

Estamos avisados para que nadie se sienta engañado. Sin embargo, ese camino que se nos presenta de espinas y sacrificios es camino de verdad y de gozo eterno. Es precisamente lo que todos sentimos en lo más profundo de nuestros corazones y que realmente lo hacemos con nuestra familia. La exigencia aquí, y por amor, es hacerlo con todos y, de manera especial con los pobres y necesitados, e incluso con los enemigos.