martes, 10 de diciembre de 2024

REGIDO POR LO CUALITATIVO, NO POR LO CUANTITATIVO

El valor no está en el beneficio general, es decir, en la cantidad, sino en la cualidad. Cada persona es un valor sea su tiempo y su momento productivo. La edad no es ningún signo de cantidad – beneficio – sino lo verdaderamente importante es la cualidad de esa persona en concreto. Así es la mirada de nuestro Padre Dios y la que nos enseña y anuncia su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Cada persona es un valor por sí misma, y, sobre todo, por ser hijo/a de Dios. Su valor y dignidad le viene dada por esa condición: ser hijo/a de Dios. Y su pérdida nos debe movernos a salir en su búsqueda, en su recuperación, en su alivio y salvación. Eso es lo que nos dice hoy nuestro Señor al hablarnos de la alegría que nos produce el recuperar y encontrar a la oveja perdida.

Para nuestro Padre Dios no somos un número entre cien. Y si se ha perdido una, quedan noventa y nueve todavía. ¡No, nada de eso! Para Dios, nuestro Padre, somos uno/a, que unidos a otros unos/as dan el total. Cada uno es único y presenta un singular ser, único para nuestro Padre Dios, que nos quiere con una Amor Infinito y Misericordioso. Y viene y quiere salvarnos personalmente. Somos algo muy importante para Él. No un número entre muchos.