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Como el Padre me amó, así os he amado yo. |
La carencia del deseo nos hace felices, porque cuando en tu horizonte no hay deseos egoístas aceptas con alegría los acontecimientos que te suceden. Hay frases que recogen esta idea y que pensadores han plasmado de mucha formas. La felicidad está en no desear nada, porque si nada te turba ni te mueve, nada va a alterar tus ansias de tener o poseer.
JESÚS nos deja asombrados porque está por encima de todo esto. Sus Palabras perfeccionan todo lo que define y señala. En el " Amaos los unos a los otros" está contenido todo lo que se pueda pensar y decir sobre la felicidad, sobre la paz y la armonía. Porque amándonos toda envidia, todo orgullo, soberbia, vanidad, intereses y egoísmos quedan vencidos.
Cuando amas y procuras el bien del otro lo haces de forma desinteresada, pues de otra forma ya no sería amor sino egoísmo que busca su interés. Y cuando amas al estilo de JESÚS se hace presente la felicidad y la alegría, pues el bien del ser amado te llena plenamente.
Enseñame, SEÑOR, a saber morir a mis gustos y placeres.
Buscarme a mí y mis intereses es lo primero que hacemos,
porque pensamos que es ahí donde encontraremos
el disfrute y la felicidad. Pero pronto nos damos
cuenta que todo es efímero y caduco.
Nada te sacia. Es entonces, cuando descubre
que el camino es erróneo y que el gozo
y la felicidad están en otro lugar:
"El amor con el que JESÚS me ama
y quiere que todos nos amemos". Amén.